Resemantizar la Independencia y pensar la ciudadanía: El proyecto de renovación del Museo de la Independencia Casa del Florero
Enviado por Arley Chaparro • 12 de Noviembre de 2016 • Tesis • 1.489 Palabras (6 Páginas) • 284 Visitas
Resemantizar la Independencia y pensar la ciudadanía: El proyecto de renovación del Museo de la Independencia Casa del Florero
Sebastián Vargas Álvarez.
En este texto del Cursante de Sebastián Vargas Álvarez se busca reflexionar acerca de los motivos y de la misma renovación del Museo de la Independencia Casa del Florero. Lugar que, por su importancia en la sociedad colombiana, presentó cambios en su estructura arquitectónica como en su narrativa.
Habría que dejar dos conceptos clave para el desarrollo del texto, El museo como un espacio de configuración y trasmisión de la memoria social en la medida en que colecciona, clasifica, investiga, preserva y exhibe aquellos objetos y tradiciones. Aunque su función ha cambiado con el transcurso de los años, el museo es un guardia de la memoria y constructor de la identidad nacional. Y por medio del análisis del mismo -de su narrativa e inclusive de aspectos materiales- en el transcurso del tiempo podemos encontrar las formas de representación de la nación y de la construcción de la identidad nacional. “El análisis histórico del discurso público que se manifiesta en símbolos, performances, música y discursos permite acceder a aspectos del cambio histórico inaccesibles de otras formas”[1].
El siguiente concepto es el de conmemoraciones, estas son rituales performativos que permiten a la sociedad reactualizar su memoria, y a partir de allí, reproducir y reafianzar o por el contrario cuestionar y problematizar sus identidades. Son ocasiones en las cuales puede observarse cambios o permanencias en las formas en que la sociedad se relaciona con la historia[2]. Las ordenes que quisiera imponerse o legitimarse se hacen por medio de uso de lecturas particulares del pasado, con vistas a un futuro desde el presente en el cual se está.
Las principales razones para la nueva estructuración del museo fueron las siguientes. El proyecto se enmarca dentro de una tradición de centralización de la memoria social (el museo queda ubicado junto a la plaza de Bolívar, en el corazón de la capital colombiana). Por ser una de las propuestas museográficas más ambiciosas y costosas que emprendió el gobierno de Colombia, no solo para el Bicentenario sino en las últimas décadas. Por medio de su análisis permite establecer la transición entre dos tendencias divergentes de la representación histórica y de la función del museo.
Lo que se buscó con esta renovación fue que este museo pasara de tener una idea tradicional de un templo sagrado de la nación a un museo que se centre en conceptos de la independencia y ciudadanía que desmitificara la historia patria. La historiografía que encierra todos los acontecimientos y procesos de la independencia ha venido evolucionando gracias a todas las investigaciones referentes al tema, es sabido qué, la independencia colombiana no fue un hecho aislado que se centrase en un solo foco. Es el resultado de ciertos procesos americanos y europeos. La museografía ha cambiado en la misma medida que la historiografía, la diferencia entre estas dos es que, a diferencia de la historiografía, la museografía se centra en espacio que pretende exhibir objetos tridimensionales. Los objetos allí expuestos deben jugar un papel importante en la sociedad, pues allí es donde se los objetos representan aspectos únicos de la cultura nacional.
La historia misma del museo es importante a la hora de generar nuevas perspectivas museográficas, es para muchos autores importantes tomar la misma historia del museo y exponerla. Y particularmente en este museo tiene más prioridad por ser un museo en el cual nace el mito de la fundación del país. A través del análisis de la historia del museo encontraremos las capas sediméntales del desarrollo de la misma sociedad. Pues nos permite conocer parte de la cultura histórica de una sociedad, además de cómo ha cambiado la amera de jerarquizar los temas, los personajes y tratar los acontecimientos.
El proyecto de renovación tuvo como principio dos bases, la primera la parte física y la segunda estructural del museo propio. El museo fue inaugurado el 20 de julio de 1960 con motivo de los 150 años de la Independencia de la Patria, y tomó el mismo nombre “Museo del 20 de Julio”. El museo exhibe objetos propios de los próceres de la independencia como el mismo florero que desencadenó -como el mito lo dice- la independencia. En un principio y en el transcurrir de los distintos directores del museo, estos objetos y narrativas siguieron en pie, sirviendo al tradicionalismo de la narrativa y como señala el autor: “En suma, se trataba de una institución de carácter devocional, dedicada a la veneración, el respeto y el recogimiento: “[…] espacios fríos, distantes y anclados en un pasado sesgado e inamovible centrado casi exclusivamente en la materialidad de sus acervos o en una específica interpretación de la historia” [3]. Siguiendo a Vargas, ni si quiera los grandes acontecimientos colombianos y propios de la capital colombiana, y de la misma plaza en donde se encuentra el museo lograron cambiar su objetivo tradicional y ortodoxo, el Bogotazo y la toma al Palacio de Justicia, sucesos que tuvieron relación con la casa y que, en el caso del Bogotazo la dejaron en una semi-destrucción.
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