Resumen Blumer
Enviado por • 1 de Marzo de 2015 • 2.165 Palabras (9 Páginas) • 199 Visitas
Blumer – La sociedad como interacción simbólica
Su expresión de “interacción simbókuca” hace referencia, desde luego, al carácter peculiar y distintivo de la interaccion, tal y como ésta se produce entre los seres humanos. Su peculiaridad reside en el hecho de que estos interpretan o “definen” las acciones ajenas, sin limitarse únicamente a reflexionar ante ellas. Su “respuesta” no es elaborada directamente como consecuencia de las acciones de los demás, sino que se basa en el significado que otorgan a las mismas. De este modo, la interaccion humana se ve mediatizada por el uso de símbolos, la interpretación o la comprensión del significado de las acciones del prójimo.
Para el autor, solo Mead ha intentado profundizar en lo que el acto de la interppretacion implica para la comprensión del ser humano, de su acción y de su asociavion.
El aspecto primordial del análisis de Mead es que el ser humano posee un “si mismo”. Al afirmar esto, Mead quería decir principalmente, que puede ser el objeto de sus propias acciones: es decir, que puede actuar con respecto a si mismo como con respecto a los demás. Por ejemplo, enfadarse con uno mismo. El hecho de que los seres humanos actúan con respecto a si mismos de ésta y otras incontables maneras, es fácil de observar empíricamente.
Mead considera que esta aptitud del ser humano para actuar con respecto a si mismo, es el principal mecaismo con que cuenta para afrontar y tratar con su mundo. Es decir, lo capacidta para orientar sus acciones en función de lo que advierte del mudno que lo rodea. Todo aquello de lo que la persona es conciente, es algo que se indica a si misma. La vida de un individuo, desde que se despierta hsta que se duerme, es un constante flujo de indicaciobnes hechas a si mismo: la conciencia de las cosas que afronta y toma consideración, como el hombre afronta el mundo utilizando indicaciones que se hace a si mismo. Es el mismo mecanismo que interviene en la interpretación de las acciones de los demás.
Para Mead, el hecho de formularse indicaciones a sí mismo es de una importancia capital por dos razones: en primer lugar, indicar algo es desgajarlo de su planteamiento, ponerlo aparte, otorgarle un significado o, empleando la terminóloga de Mead, convertirlo en un objeto. Un objeto, es decir algo que el individuo se indica a sí mismo, no es lo mismo que un estímulo. En lugar de ser un estímulo previo que estimula el acto, el objeto es un producto de la inclinación del individuo a actuar. En todo momento, la persona está señalándose a sí misma diferentes objetos, confiriéndole significado, evaluando su grado de conveniencia para la acción que el desarrolla y tomando decisiones en función de dicha evaluación. (Parecido a la acción social de Weber con arreglo a fines). Esto es lo que significa interpretar o actuar basándose en símbolos.
La segunda consecuencia importante es el hecho de que los seres humanos se formulen indicaciones a sí mismos, es que su acción es construida o elaborada, en lugar de ser un mero producto de la conducta. Ha de ser consciente de lo que quiere hacer y de la manera de hacerlo. Tiene que señalarse las diversas condiciones que pueden servirle para instrumentar esa acción y aquellas que pueden entorpecerla; ha de tener en cuenta las exigencias, las expectativas, prohibiciones y amenazas que puedan surgir en la situación en la que actúa. No hay tipo de acción consciente en la que esto no se cumpla.
Este proceso es ajeno y distinto a lo que se denomina “yo” en psicoanálisis. La autoformulacion de indicaciones es un proceso comunicativo móvil en el curso del cual el individuo advierte cosas, las evalúa, les confiere un significado y decide actuar conforme al mismo. El ser humano se enfrenta al mundo o a los “otros” por medio de tal proceso, y no como un mero “yo”.
Al señalarse a sí mismo estas cosas, las afronta pudiendo reaccionar contra ellas aceptándolas, rechazándolas o transformándolas de acuerdo con el modo en que las interprete. Su comportamiento, por lo tanto, no es consecuencia de factores tales como presiones ambientales, estímulos, motivos, actitudes e ideas, sino del modo en que manejar e interpreta a estos factores en el contexto de la acción que está elaborando.
Mead advierte asimismo que la elaboración de la acción por el individuo a través del proceso de indicaciones que se formula a sí mismo, siempre tiene lugar en un contexto social. Fundamentalmente, la acción en grupo reviste la forma de un entrelazamiento de las líneas de acción individuales. Cada sujeto ajusta su acción a la de los demás, enjuiciando lo que estos hacen o pretenden hacer, esto es, aprender el significado de los actos. Para Mead, esto se realiza mediante la “asunción del papel” de los demás, ya sea el de la persona especifica o de la de un grupo (el “otro generalizado” - rol). Al asumir dichos papales, el individuo trata de evaluar la intención o dirección de los actos ajenos, y elabora y ajusta su propia acción a la de los demás basándose en esta interpretación de los actos de éstos.
Dichos postulados presuponen lo siguiente: que la sociedad humana se compone de individuos dotados de un “si mismo”, que la acción individual es una elaboración y no un mero producto, y que las personas que llevan a cabo mediante la conciencia y la interpretación de los actos de la situación en la que actúa: que la acción colectiva o de un grupo consiste en una ordenación de acciones individuales, realizada cuando los individuos interpretan o toman en consideración la acciones ajenas. (3 premisas fundamentales).
Hay muchas corrientes sociológicas en contra de estas premisas. Se expondrá brevemente los principales puntos de desacuerdo: ver a las personas, no como individuos dotados de un “si mismo”, sino como organismos con cierto tipo de organización, que responden a las fuerzas que actúan sobre ellas. En general, dichas fuerzas están incluidas en la estructura de la sociedad, como es el caso de “la estructura social”, “la cultura”, “el estatus”, “la costumbre”, “la institución”, “las normas y los valores sociales”, etc. Esto niega o ignora, que los seres humanos poseen un “self” y que actúan formulándose indicaciones a sui mismos.
Tampoco creen que las acciones sociales de los individuos en el seno de la sociedad sean elaboradas por ellos mediante un proceso de interpretación, sino que consideran dichas acciones como el producto de los factores que influyen sobre y a través de los individuos.
Tanto los enfoque de los sociólogos generales como la postura de la interacción simbólica, difieren en el modo
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