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Resumen Subterra


Enviado por   •  26 de Octubre de 2011  •  7.054 Palabras (29 Páginas)  •  1.197 Visitas

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Subterra

Los inválidos

Diamante: caballo de acarreo de la mina

Los obreros viejos e inútiles para la mina, volcadores de carretillas, se aprestan a ver la extracción del caballo de la mina después de 10 años, el que consideran su amigo.

Diamante les recordaba esos tiempos de mejores días, que ahora era desechado por su incurable cojera y destinado a la estéril llanura, desolada y arenosa.

Las grandes poleas de la cabina comenzaron a girar y elevaron del pozo una jaula con una red colgando, enredada en ella con las patas abiertas, el caballo negro.

Los empleados se alzaron para ayudar a liberarlo de la red en la plataforma. Era un caballo de pequeña alzada, ideal para la mina. Cubierto de heridas y llagas en los sitios de arreos de tiro.

Ventrudo, cuello largo, huesudas ancas y casi sin crines en la cola. Inmóvil, cegado por la luz del día, se acerca el más viejo de los volcadores con expresión de gravedad, el cual era considerado el mas culto. Mira al caballo y a los obreros y comienza un discurso : ¡Pobre viejo¡ ¡La mina te arroja porque ya no sirves¡ ¡Camaradas este bruto es la imagen de nuestras vidas y destino ¡, si todos marcháramos contra nuestros opresores los dispersaríamos con el 1º golpe como paja al viento. Los obreros miraban desconfiados al anciano que se aventuraba en una senda desconocida, un desequilibrado que osaba rebelarse a las leyes de su destino.

Se acerca el capataz y todos toman su carretilla, el viejo toma la cabeza de Diamante y le dice: -Adiós amigo, nada tienes que envidiarnos.

El caballo cegado por la luz del día camina hacia adelante, chocando, retrocediendo y devolviéndose con cada obstáculo, no entendía que ya no estaba en un rincón de la mina.

Un caballerizo lo ató por el cuello y lo arrastro a la carretera, sus heridas y cojera eran terribles, el sol dañaba sus heridas y las moscas no lo dejaban de atacar.

Se detuvo en una depresión del terreno y lo golpeo en las ancas para que continuara su camino, mientras él se retiraba.

Hondonada desierta, con yerba reseca y diminutas charcas de agua cenagosa. Un zumbido y un relincho de dolor lo encabrito, eran tábanos de las arenas. Corrió y cayo en una ancha grieta y quedo incrustado. Los tábanos se retiraron ya saciada su hambre, los buitres comenzaron a llegar y sombras a rodearlo. Al atardecer, termina la jornada en la mina y se retiran los obreros , cansados y en fila.

La compuerta 12

Pablo: niño

Pablo se aferra a las piernas de su padre mientras el piso se hundía en el pozo camino a la mina a toda velocidad. Luego se detuvo en la entrada de una galería, caminaron por ella a 40 mts del pique, se detienen en una gruta excavada y se dirigen donde un hombre pequeño y viejo que hacia anotaciones en un registro enorme.

-Señor , aquí traigo a mi hijo- dijo el padre.

El hombre conmovido por su inocencia responde: ¡Hombre, este muchacho es muy débil para el trabajo! ¿Es hijo tuyo?.

-Si señor.

-Pues deberías tener lastima, envíalo a la escuela.

-Ya tiene 8 años , debe ganarse el pan que come- dice el padre.

El capataz toco un silbato y apareció Juan.

-Leva al chico a la compuerta 12 , que reemplace al hijo de José aplastado ayer por la corrida.

El capataz se dirige al hombre: no has llegado a los 5 cajones diarios, si sigues así te daremos de baja.

Los 3 caminan por el túnel de rieles y el hombre preocupado por la advertencia se angustia aun más.

Todos se han dado cuenta de su decadencia, pero la lucha en la mina convertía en viejos a los jóvenes.

Caminando por el corredor se detienen delante de la compuerta 12, el goteo grueso y el martilleo sobre sus cabezas, cosas que Pablo no entiende, son en realidad producto del choque de las olas en las rompientes de la costa.

El guía enseña a Pablo al abrir y cerrar de la compuerta, y el padre esta mas tranquilo después de ver que tiene la fuerza para mover la palanca. Es la corrida, veamos como lo haces – dice el padre- y Pablo mueve la palanca justo cuando pasa un caballo al trote arrastrando el carro con minerales.

El padre mas confiado le dice que lo dejara solo pero que vendrá a verlo de vez en cuando. Pablo ahora entiende que no es un paseo y se aferra a la pierna del padre suplicándole que lo saque de allí. El viejo se congoja y recuerda sus 40 años en la mina, pero también recuerda su hogar con hambre y piensa que Pablo había nacido para la mina. Se alejan después de arrancárselo violentamente de las piernas, el niño grita como salvaje , y se escucha a lo lejos: ¡Madre! ¡Madre!

El hombre se echa a correr y agarra el pico que empuña bravamente contra el mineral, los pedazos de piedra le hieren la cara y el pecho desnudo, hilos de sangre se mezclan con su sudor, con la esperanza de terminar pronto una dura jornada.

El Grisú

Míster Davis: Ingeniero en jefe.

Viento negro: joven de muy mal carácter.

El capataz espera frente al ascensor, de improviso aparece en la puerta el ingeniero, ambos penetran en la jaula, la que se detiene frente a la galería principal, se produce un silencio, seguido de un cuchicheo. Míster Davis, obeso que inspiraba temor y respeto por su rudeza con los mineros. Inspeccionaba de tarde en tarde la mina lo que lo ponía de pésimo humos, que descargaba con castigos y multas a los obreros. Se dirige con el capataz por unos tortuosos corredores sentado en la parte plana de una vagoneta, la que es empujada por dos jóvenes. Se detienen y el ingeniero revisa unas bigas, furioso ordena al capataz cambiarlas, pero en la pendiente el joven que acarrea la vagoneta no pudo arrastrar mas y se desmaya. Ms Davis lo golpea , pero al ver su resistencia a continuar, sigue su inspección a pie. El capataz después de reparar la viga se reúne con el ingeniero en una plazoleta.

-Da la orden a la familia del muchacho que salgan de la habitación, ¡no quiero holgazanes aquí!- dice el ingeniero.

El capataz envía una nota al mayordomo al mismo tiempo que se imagina a esa pobre gente en la calle.

Descansan un momento , cuando observan una linternas que se acercan.

-Son los barreteros de la Media Hoja que vienen a tratar la cuestión de los rebajes, ayer quedaron citados aquí-informa el capataz, mientras el ceño del ingeniero se frunce cada vez mas.

Al reunirse al ingeniero se para y dice amenazante- ¡Vamos! ¿ que esperan?, ¡que despachen pronto!

Un hombre delgado, bajo y calvo avanzo frente al ingeniero y dijo:

“Como la nueva veta solo alcanza un grueso de 60 cm, tenemos que excavar 10 decimos mas para dar cabida a la vagoneta, trabajo que es muy duro pues la tosca es muy solida y con la presencia del

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