Revolucion Mexicana
Enviado por MdeGuillen • 17 de Mayo de 2014 • 1.804 Palabras (8 Páginas) • 223 Visitas
PAPEL Y VISIÓN SOCIAL DEL MAGISTERIO EN LA HISTORIA DE MÉXICO
De la independencia a la reforma liberal: 1821-1976
México había heredado del virreinato una enseñanza no estructurada. Las escuelas elementales o de primera letras dependían de los ayuntamientos, aunque si existía un gremio de maestros que velaba por sus intereses. El primer intento esfuerzo educativo se debió a la compañía lancasteriana, que recibió apoyo de los primeros gobiernos independientes, y estableció escuelas en la capital, con el sistema de ‘’monitores’’, donde los alumnos más capaces y avanzados enseñaban a los más pequeños, bajo la supervisión de un inspector o maestro guía. También la compañía estableció las primeras escuelas normales a principios de la década de 1820 para formar profesores. La academia se extendió a toda la educación en general, pues los constantes conflictos armados, afectaron los de por si incipientes esfuerzos que se habían hecho en ese campo.
Hay que mencionar que la mayoría de los maestros estaban poco preparados (a veces solo sabían leer y escribir y tenían conocimientos elementales de aritmética), de este modo podemos decir que la educación que se impartía era rudimentaria y muy elemental, la labor educativa se encontraba desestructurada y dispersa; y la profesión de maestro era de libre ejercicio y no institucionalizada, puesto que en el gobierno no existía una cartera de educación.
En cuanto a la cuestión didáctica, en buena parte continuaba siguiendo los patrones heredados de la colonia. El maestro era la mayor autoridad en el aula, se encontraba por encima de alumno, y transmitía el conocimiento de forma vertical y rígida, y no podía haber algún tipo de cuestionamiento a su saber. Además la disciplina en el salón de clases era severa en términos generales, puesto que utilizaba en muchos casos la coacción moral y aun la represión física hacia los alumnos (de ahí provenía el viejo dicho de que ‘’ la letra con sangre entra’’). En la segunda mitad del siglo XIX, los liberales mexicanos se propusieron secularizar la educación, con la natural oposición de la iglesia y los conservadores.
El porfiriato: 1876-1910
Durante la larga presidencia de Porfirio Díaz, bajo el impulso y guía de Justo Sierra, La educación tomo especial relevancia como elemento esencial del desarrollo de la nación. Ya para 1880 el gobierno decreto que la enseñanza primaria fuera laica y obligatoria y en 1891 una ley retomaba lo anterior y ordenaba que las escuelas públicas fueran gratuitas.
Un aspecto muy importante era el enfoque pedagógico que se promovía en esta época era la escuela objetiva, bajo la corriente filosófica del positivismo (de origen francés), introducida a México por el educador Gabino Barreda.
Un punto a destacar fue la introducción del tema de la higiene, debido alta incidencia de epidemias y enfermedades, y el reforzamiento de la enseñanza de la moral, pero ya no de tipo religioso sino civil, que ponía énfasis en el reforzamiento de la identidad nacional (como lo sería también en la década de 1920), las buenas costumbres y contra los vicios (un ejemplo fue que en esta época comenzó la llamada guerra contra el pulque) que degeneraban al pueblo.
En cuanto al tema de la profesionalización del magisterio, es en este periodo que se empieza a dar los primeros pasos para lograr ese objetivo. Las causas de ello eran los bajos sueldos, las precarias condiciones de vida de los docentes, que se habían venido deteriorando desde principios del siglo, y el bajo reconocimiento social y la poca valoración de su trabajo (que había decaído debido a las guerras y inestabilidad política y social recurrentes hasta 1867, las reformas secularizadoras y el rezago económico), comprobado con profesiones como la abogacía y la medicina.
La revolución Mexicana: 1910-1940
En las primeras dos décadas de la época revolucionaria, después de la caída del regimiento porfirista, la educación paso a segundo plano y no se pudo hacer mucho por la profesionalización de los maestros y en general por la educación. En cuanto a la participación de los maestros en la Revolución, esta fue activa e importante socialmente, aunque no en número, puesto que solo pocos profesores se unieron al alzamiento contra Díaz, y la gran mayoría se sumaron cuando la dictadura había caído. La situación de los profesores siguió siendo difícil en el plano económico durante el gobierno de Venustiano Carranza (1917-1920). Estallaron huelgas en la capital por la falta de pago y su situación social seguía sin mejorar. En cuanto a la cuestión educativa, con la constitución de 1912, y particularmente con el artículo tercero, se instauraba definitivamente la educación laica, gratuita y obligatoria y se daba sustento legal al monopolio educativo.
En el aspecto pedagógico se abogaba por una educación más humanista, con contenido social y en donde el niño tuviera una participación más activa en su formación, buscando dejar de lado el enciclopedismo, la memorización y el aprendizaje mecánico. La educación debía estimular sus fuerzas interiores, su creatividad y su iniciativa. Sin embargo, a pesar de la ruptura con el paradigma ideológico del positivismo, que se consideraba que tenía, hasta cierto punto, un concepto deshumanizado y autómata del conocimiento y el proceso educativo, se intentó mantener un enfoque racionalista; por lo que se hicieron los primeros intentos de introducir una educación de esta naturaleza.
A principios de la década de 1930 las dificultades del gobierno, durante la gestión de Narciso Bassols al frente de la SEP, con las organizaciones magisteriales se dieron por incrementos salariales, cuestiones de categorización y por la aplicación de la educación sexual, asunto cuyo
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