Robo De Arte

Las obras de arte no sólo captan la admiración de quienes disfrutan de verlas, sino también el interés de aquellos que las sustraen de los museos, de manera tan precisa y sigilosa, que en la mayoría de los casos nunca se recuperan las piezas y la policía no logra capturar a los criminales.

El robo de arte y antigüedades, es el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo después del tráfico de armas y drogas, según reporta la Asociación para la Investigación de los Crímenes contra el Arte

Muchos afirman que estos actos se comenten por “amor al arte” sin embargo la idea que se ha dado al público es totalmente equivocada, ya que estos hechos son casos serios y se les ha llegado a relacionar con el crimen organizado y ha servido incluso para financiar actividades terroristas.

El mercado del arte robado se dice que mueve en el mundo unos diez billones de dólares anuales. Todo funciona como una cadena de complicidad, las obras de arte robadas llegan a manos de anticuarios que no suelen revelar su procedencia. Del anticuario, las obras de arte pasan a manos de coleccionistas que, en caso de intervención policial, exhiben la factura que acredita que adquirieron la obra en el mercado legal de antigüedades, documento que también muestra la casa subastadora. Todo legal. Pero bajo la realidad del mercado, que lleva a que ni el anticuario, ni la casa de subastas, ni el coleccionista muestren gran interés en averiguar la procedencia de la obra que entra en el mercado. Los que roban se convierten en el primer eslabón de la cadena pero ¿es en verdad por “amor al arte” o existe algo mas que atraiga a los delincuentes de robo de arte a comer, actos que no cualquiera haría?

Es cierto que demasiado dinero existe detrás de un robo, si realmente el ladrón sabe el negocio y la manera para mover la pieza dentro del mercado negro probablemente habrá beneficio de eso pero si eres un simple delincuente o persona común no existirá mucho futuro, eso sin mencionar los daños que pueda sufrir la pieza. No importa en qué museo del mundo se encuentre, ni que obra se contemple, los cazadores de obras de arte están al acecho del momento ideal para sacarlas de circulación.

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