Rock, David. El radicalismo argentino. 1890-1930. Amorrortu. Buenos Aires. 1992.
Enviado por elpampapiojoso • 2 de Julio de 2016 • Resumen • 5.009 Palabras (21 Páginas) • 752 Visitas
Fases de constitución del radicalismo:
El partido radical, se origino en la década de 1890 y estaba integrado por una minoría de la elite, escindida del poder político. Es un resultado de una lucha intra oligárquica, debido al acceso a los cargos públicos y los beneficios del poder. Luego, en una segunda instancia va a convertirse en una coalición entre esa elite y las clases medias urbanas.
Inicialmente la Unión Cívica (UC) estaba integrada por jóvenes universitarios; caudillos que controlan la vida política de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires; grupos clericales enfrentados a Juárez Celman; pequeños comerciantes y dueños de talleres artesanales.
En lo que respecta a los caudillos podríamos distinguir a dos grupos, uno liderado por Mitre que representaba a los exportadores y comerciantes de Buenos Aires, y el otro por Alem que contaba con el apoyo de hacendados, pero también tenía la habilidad para organizar a votantes criollos (caudillo urbano).
1891 – 1896
En torno a las relaciones que debían mantenerse con el Presidente de la Nación, Carlos Pellgrini, la Unión Cívica se divide, y nace la Unión Cívica Radical regida por Alem.
El plan de Alem era apoderarse del gobierno central primero y luego de las provincias
En este período, el autor destaca:
Los grupos de clase media sólo eran motivados políticamente durante épocas de crisis económica externa (ejemplo 1890).
El apoyo urbano obtenido por Alem tenía origen en los antiguos grupos criollos y no así de la nueva clase media formada por inmigrantes y sus descendientes.
La imagen nacional y revolucionaria del radicalismo, se vio afectada por su participación en la negociación de distintos subsidios.
Distintos grupos se presentaron en contra de la tradición “personalista” y el favoritismo oficial, dando lugar a la fundación del Partido Socialista por J. B. Justo (1894).
El radicalismo siguió siendo, en muchos aspectos, un partido tradicional
Alem va a perder apoyo entre los grupos terratenientes, y pierde poder a causa de disputas internadas entre él y otros dirigentes
En 1893, después de un fracasado intento de alzamiento, Alem se enfrenta a su sobrino H. Yrigoyen y poco tiempo después se suicida.
1896 – 1905
Este período se caracteriza por el surgimiento de Yrigoyen como sucesor de Alem, y el resurgimiento del radicalismo en el marco de una nueva escisión de la oligarquía y una creciente polarización de la clase media.
En 1905, con el apoyo de jóvenes militares y estudiantes universitarios hubo un nuevo intento, liderado por Yrigoyen, de golpe de estado. “… representó un fiasco todavía mayor que los precedentes, poniendo de manifiesto que si bien los radicales habían conseguido cierto apoyo militar, los altos mandos del ejército seguían adhiriendo al gobierno conservador.”
Sin embargo, en el largo plazo, tuvo efecto en los gobiernos que se sucedieron, ya que estos tenían el constante temor de ser asaltados, y por otro lado permitió darse a conocer a la nueva generación de jóvenes.
1905 – 1912
Este proceso esta delimitado entre el intento de golpe de estado en 1905, y la ley Sáenz Peña de 1912, período en el que los radicales tuvieron un importante reclutamiento del sector popular. Surgen dirigentes intermedios locales, y se afilia el grueso de los que después serán los líderes de la clase media del partido. En lo que respecta a la organización local, a partir de 1908, se dejan de lado los clubes y surgen los comités, cuyo objetivo era conducir la movilización popular.
En este contexto el crecimiento del radicalismo estuvo ligado al proceso de estratificación social, “… que concentró los grupos dirigentes de alta jerarquía en las clases medias urbanas dedicadas a las actividades terciarias.” También, por otra parte, comienza una tendencia de la clase media urbana de acceder a cargos políticos en aras de escalar en la posición social.
En este sentido, los hijos de los inmigrantes, van a jugar un papel muy importante en el aumento de la popularidad del partido radical; vinculación que no va a ser ignorada por los otros sectores y altamente criticada.
En lo que respecta a la propaganda, este período se caracterizó por la conformación de un aparato discursivo anti oligárquico, cuyos eslóganes sostenían la abstención y la intransigencia revolucionaria. Por otra parte, y también como parte de su estrategia, dentro del discurso radical nunca quedó en claro su plataforma política, donde simplemente se hacía referencia la igualdad y la democracia, y donde sólo quedaba en claro la denuncia ante una oligarquía corrupta. “Aquí se deja traslucir también que los radicales no apuntaban a introducir cambios en la economía del país…” sino que por el contrario, el modelo agro exportador debía ser fortalecido promoviendo una alianza entre la elite y los sectores urbanos. Por lo tanto no era de esperarse una reforma agraria ni un proceso de industrialización sino una amalgama de ideas liberales y pluralistas. Donde se aceptaba la dependencia del país con sus conexiones en ultramar para contar con mercados y fuentes de inversión.
“Este pasó a ser quizás el factor que más alentó a los reformadores de 1912 a interpretar que la política radical no representaba un peligro fundamental para los intereses de la elite, y que el peligro podía disiparse haciendo concesiones en lo que se refiere al gobierno representativo.”
1912 - 1916
En lo que respecta a la figura de Yrigoyen, ese se hizo fama de figura misteriosa, nunca pronunció un discurso en público, y ocupo casas modestas situadas en barrios pobres de Buenos Aires. Su estilo político implicaba el contacto personal y la negociación caraca a cara, además de establecer una decana de lealtades personales. Su constante ataque a la oligarquía le trajo un considerable apoyo en los sectores medios; de hecho ante su capacidad para organizar a las masas y la amenaza de rebelión, logró presionar lo suficiente a la clase dirigente para que acepte la reforma electoral.
De manera que, en este período, los radicales abandonan su abstinencia electoral y comenzaron a postularse.
Pero, cabe destacar, que la organización del partido no había terminado y que todavía seguía falto de una coordinación central. En aras de concreción de estos aspectos, la vaguedad de la plataforma y el discurso radical, significó una herramienta para presentarse como un partido nacional por encima de las distinciones regionales y de clase.
Ahora bien, la fuerza del partido radicaba en su organización local, y en ese sentido se estableció un sistema de patronazgo
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