SIERVO SIN TIERRA
Enviado por oscarylilo • 2 de Agosto de 2014 • Tesis • 2.587 Palabras (11 Páginas) • 271 Visitas
Ficha de análisis literario de
SIERVO SIN TIERRA
Titulo de la obra: SIERVO SIN TIERRA
Autor: Eduardo Caballero Calderón.
Nació en Bogotá en 1910 y murió en la misma ciudad en 1993; sus cenizas se encuentran en la capilla de su finca en Tipacoque (Boyacá), donde aceptó ocupar el cargo de alcalde, lo que dio lugar a sus libros Tipacoque y Yo el alcalde: soñar un pueblo para después gobernarlo. Eduardo Caballero Calderón fue novelista, ensayista, periodista. También fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española y embajador de Colombia ante la UNESCO en París.
Autor de Ancha es Castilla, Breviario del Quijote, El Cristo de espaldas, Manuel Pacho y El Buen Salvaje. Con esta última novela ganó en 1966, en España, el Premio Nadal.
Género literario: Novela. Novela de la tierra o “nativista”.
Tema central de la obra: La lucha de un campesino pobre, de raza indígena e ignorante, Siervo Joya por obtener un pedazo de tierra. Es la lucha infructuosa de toda una vida por ser propietario de una parcela para cultivarla con independencia. Después de prestar el servicio militar, regresa al campo, en donde trabaja como arrendatario de una pequeña parcela, dedicado al cultivo de maíz, al tiempo que sirve como peón en un trapiche vecino. Siempre vive sometido a los terratenientes, los administradores y mayordomos.
Argumento
La mejor descripción de Siervo Joya, el campesino sin tierras, está en sus propias palabras: “Nací y me crié entre cabras, puercos, perros, gallinas y mi mama”. Cuando esta, que se llamaba Sierva Joya, murió, el hijo quedó huérfano y solo. A instancias de su comadre, admitió como compañera a Tránsito, que tenía un hijo de Ceferino, un delincuente a quien la policía dio muerte después de haberse fugado de la cárcel. Dos años después, influido por el cura, se casaron. Con los dos hijos que tuvieron y el perro Emperador, formaron la familia.
Sus superiores lo involucran en la política liberal de Boyacá para gritar vivas, hacer mandados y votar en las elecciones, lo cual lo llevó a creer que la “revolución” repartiría las tierras entre los pobres, hecho que cambiaría su vida y le permitiría disponer de tierra propia y suficiente. En una manifestación política en Soatá, en medio de una borrachera, dio muerte al godo Atanasio. Los conservadores pidieron un castigo ejemplar y Siervo paga dos años de cárcel. De allí logra fugarse con los demás presos gracias a la rebelión popular causada por el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Los liberales perdieron el poder y las ilusiones “revolucionarias” de Siervo se van al suelo. Los godos tomaron los puestos de mando y asustaron a los liberales, lo cual obligó a muchos de estos a emigrar.
Por fin, con unos ahorros obtenidos en Sogamoso después de dos años de trabajar como peón en tender la línea del ferrocarril, Siervo pudo dar un anticipo para comprar su anhelada tierrita, Pero en el camino que conducía a la tierrita adquirida, yendo con Tránsito y el perro Emperador, enfermó y quedó tendido frío y tieso. Murió al anochecer y Tránsito fue al día siguiente a decirle al administrador, Don Ramírez, que desbarataran el negocio, pues no tenía ni un peso para el cajón, y las velas, y el responso, y el cura, y tenía que seguir viviendo con el Siervito y el perro.
PERSONAJES
Personajes principales.
Siervo Joya. Este campesino joven es el personaje central, en medio de una dura vida por la supervivencia en zona rural, explotado por el terrateniente y sus colaboradores y siendo víctima de su propia ignorancia. Es un hombre engañado que termina siendo destruido por las “banderas” políticas. Es alto y delgado, tanto que se le notan las costillas; sus piernas son duras y elásticas y sus pies anchos y gruesos. Sus manos son fuerte, su cara esquelética y con cuatro dientes en la boca. Es muy habilidoso para cazar.
Tránsito. La compañera de Siervo Joya, es también de raza india, pobre y explotada, pero de inteligencia natural y desconfiada. Ella sigue a su esposo como una esclava; le teme a la violencia de Siervo y por eso es sumisa. Es ignorante y está resignada a su suerte. No tiene ninguna esperanza de dignidad o de libertad. Su cuerpo no es atractivo y es bizca; tiene cabello largo y negro, de ojos color café y es casi tan alta como Siervo.
Don Ramírez. El administrador de la hacienda en donde trabaja Siervo. Además cacique político en el partido liberal de la época.
Floro Dueñas. El propietario de la hacienda. Hombre rudo, también vinculado con la causa liberal. Tenía cultivos y animales y empleaba peones para trabajar; prestaba a interés a los vecinos el dinero que le daba la Caja Agraria y con eso se enriquecía.
Personajes secundarios.
Roso. Mayordomo de la hacienda.
Ceferino. Delincuente que fue el primer amante de Tránsito.
La comadre Chava. Comadre de Siervo y dueña de una tienda sobre la carretera.
El agente viajero. Vendedor de preparados y medicinas. Engaña a Siervo con negocios en los cuales Siervo cree ingenuamente.
Arsenio Florez: Cacique conservador. Es bajo, gordo, con piernas gruesas y cortas. Usa botas de montar como las de la policía y sombrero de alas muy anchas. Tiene el rostro hinchado y con un bigote como de cerda. Siempre carga muchas armas.
El candidato. Un joven que es candidato a diputado y tiene el apoyo del alcalde, el concejo, el personero, el notario y los patronos de Siervo. Tiene cara verdosa y bigote pobre. Usa ropa deportiva y es buen orador
El cura. Propagandista del matrimonio entre sus feligreses y encargado de convencer a Siervo para que se case con Tránsito.
El ayudante. Se queda con las botas que Siervo había conseguido cuando prestaba el servicio militar.
Clase de narrador
Narrador objetivo
“Bajaron a estirar las piernas el Magistrado del Tribunal Superior de Santa Rosa y su señora, que iban a visitar a unos parientes de Enciso, según le contaron al cura que se quedaría en ese pueblo, de donde era párroco.”
“Cuatro días de jornal en el mes le daba Siervo A Don Floro Dueñas por el agua, y otros tantos a la hacienda por el arriendo, de manera que le quedaban tres semanas libres y estas las empleaba en arañar su pedregal con la vieja pica oxidada que le había dado el mayordomo.”
“La comadre los dejó allí, cuidando de la hacienda, y se
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