Simon Bolivar Y Carta Magna
Enviado por natalieyizel • 13 de Noviembre de 2013 • 2.566 Palabras (11 Páginas) • 1.463 Visitas
La expansión de Estados Unidos en el siglo XIX
Desde el momento de la independencia, las trece colonias que formaron inicialmente Estados Unidos experimentaron un proceso de expansión demográfica, territorial y económica que, junto con la consolidación de su sistema democrático, puso las bases de la gran potencia en que iba a convertirse tras la guerra de Secesión.
Crecimiento demográfico e industrial
A lo largo del siglo XIX la población de Estados Unidos creció extraordinariamente a causa de dos factores:
La constante llegada de inmigrantes europeos, en su mayoría jóvenes, procedentes sobre todo de Gran Bretaña, Irlanda y Alemania.
La alta tasa de natalidad.
La población pasó de menos de cuatro millones de habitantes en 1790 a siete millones en 1810, trece millones en 1730 y cuarenta millones en 1870.
Los Estados Unidos experimentaron un fuerte crecimiento económico, sobre todo a partir de la década de 1830. Ello se debió a:
La disponibilidad de una mano de obra abundante y joven.
El desarrollo de las innovaciones técnicas, especialmente en la industria textil y en la navegación a vapor.
La temprana aplicación de los métodos de división del trabajo y producción en cadena en las fábricas.
La industria textil, beneficiada por el perfeccionamiento de las máquinas, impulsó la industrialización en un primer momento. Después, la expansión de las líneas férreas dio origen a una poderosa industria siderúrgica que pronto se convirtió en el motor del desarrollo económico.
Expansión territorial
El presidente James Monroe (1758-1831) justificó la expansión en el continente frente a la presencia de las potencias europeas con la llamada doctrina Monroe (1823), resumida en la fórmula «América para los americanos».
La expansión se efectuó mediante:
La compra: en 1803 se compró la Luisiana a Francia, y en 1819 la Florida a España. Alaska fue comprada a los rusos en 1867.
La anexión y la guerra: Texas fue incorporada en 1845, mientras que California y Nuevo México fueron cedidos por México en 1848, tras la derrota en la guerra (paz de Guadalupe- Hidalgo).
La colonización: la llegada masiva de colonos permitió la expansión hacia el Oeste, favorecida por las grandes extensiones de tierras cultivables y las minas, sobre todo las de oro de California.
El ferrocarril: facilitó el asentamiento de la población en las nuevas tierras y permitió la especialización económica de las diferentes zonas:
Cereales en las praderas centrales.
Plantaciones de algodón en el Sur, con mano de obra esclava procedente de África.
Industria en el Noreste.
Buscadores de oro en 1848. La «fiebre del oro» atrajo a California a decenas de miles de buscadores a mediados del siglo XIX. Gran parte del país se pobló con los numerosos pioneros buscaban una vida mejor.
El Destino Manifiesto
Es una filosofía estadunidense con la que se trata de justificar la manera en que ese país ha entendido su lugar en el mundo y la forma de relacionarse con otros pueblos. Es una doctrina, frase e idea que expresa la creencia de que los Estados Unidos de América está destinada a expandirse hacia los cuatro vientos pues respalda la idea de que esté, se expandiera sobre los territorios no conquistados de Norteamérica y, en general, sobre el Hemisferio Occidental. De acuerdo a este ideario, no bastaba la ocupación de territorios y por ello también era usado para justificar las adquisiciones territoriales hechas por Estados Unidos.
Esta doctrina no estaba exenta de racismo, pues consideraba que los habitantes estadounidenses eran superiores a los «mestizos» de los países vecinos ubicados al sur de la frontera, por lo que debían ser «regenerados». Pretende dar a entender al mundo que Dios eligió a ese pueblo para ser una potencia política y económica y ser una nación superior al resto del mundo.
El origen del concepto del Destino Manifiesto se podría remontar desde la época en que comenzaron a habitar los primeros colonos y granjeros llegados desde Inglaterra y Escocia, a el territorio de lo que más tarde serian los Estados Unidos. Pues un puritano de la época escribió:
"Ninguna nación tiene el derecho de expulsar a otra, si no es por un designio especial del cielo como el que tuvieron los israelitas, a menos que los nativos obraran injustamente con ella. En este caso tendrán derecho a entablar, legalmente, una guerra con ellos así como a someterlos..."
Aunque también podemos suponer que este mismo concepto fue el tomado por españoles y portugueses anteriormente para realizar sus respectivas conquistas, pues estas se realizaron también “en el nombre de Dios”. Sin embargo podría decirse que la expresión Destino Manifiesto o Manifestó Destiny (en ingles) fue usada por primera vez en 1845, por el periodista John L. O'Sullivan quien escribió en la revista Democratic Review de Nueva York:
"El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino..."
Con ello pretendía justificar la expansión de Estados Unidos hacia otros territorios. Muy pronto, políticos y líderes de opinión aplaudieron el Destino Manifiesto, que fue pensamiento y visión del entonces presidente James Knox Polk (1795-1849), undécimo mandatario del país que es quien impulso la guerra contra México en 1846-48, conflicto bélico que anexó a Estados Unidos más de la mitad del territorio Mexicano.
Hace décadas en nuestro continente se dejó de recordar términos políticos como “Doctrina Monroe” y “Patio trasero de EEUU” en referencia a América Latina, como se dejó de mencionar las reiteradas intervenciones militares directas de EE.UU. o las indirectas conspirando y derrocando a Gobiernos o imponiendo otros.
Noción y contexto histórico de la Doctrina Monroe
En realidad James Monroe fue el presidente que anunció la doctrina en 1823, pero quién la formuló fue John Quincy Adams, entonces uno de sus asesores, aunque posteriormente llegó a la Casa Blanca. Estados Unidos en aquellos años se enfrentaba al dilema de la posible restauración de los dominios coloniales europeos en los recién independizados países latinoamericanos. Los demás asesores
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