Soldados De Perón - Gillespie

El autor busca detallar el fenómeno de separación y confrontación de distintas facciones del peronismo que habían trabajado juntas durante el exilio de Perón. Junto con la adversidad se fue la solidaridad.

Para los Montoneros la vuelta de Perón dio comienzo a un período favorable donde extendieron su influencia política. Seguían, sin embargo, dependiendo de Perón. Es su fe incuestionable en Perón se avinieron a la dominación de los sectores burgueses y burocráticos del peronismo.

La economía no permite hacer concesiones a ambos bandos y se privilegia el ala derecha y sindicalista del peronismo.

Montoneros tienen cierta fuera dentro del gobierno federal y en el Congreso Nacional.

Su fuerte es la UBA, su trofeo. También son capaces de movilizar grandes masas.

Gradualmente los privilegios de la izquierda se van reduciendo a medida el ala derecha y los representantes sindicales se hacen más y más dominantes

No pudieron con sus movilizaciones impresionar a Perón. Su persona, con la ayuda del aparato sindical, podían movilizar las masas a Plaza de Mayo.

Buscaban un cambio, pero confuso y desarticulado. Y esperaron pasivamente demasiado tiempo.

Los Montoneros también tenían una traba económica, que los debilitaba en su accionar dentro del Peronismo, lo que se ve en su vacilante comportamiento político. Por un lado desaprobaban de gran parte de la legislación pasada (como partes del Pacto Social) pero por otro seguían creyendo que Perón instauraría el socialismo en el gobierno y que interpretaría la legislación en ese espíritu.

Pacto Social: Políticamente represivo. Conciliación obligatoria, huelgas podían ser declaradas ilegales, suspensión de derechos o privilegios para sindicatos huelguistas, etc.

Finalmente, al no mejorar la situación, los representantes de la JP se vieron forzados a dimitir o quedar mal públicamente. Las diferencias ideológicas con el peronismo y con el mismo Perón finalmente fueron reconocidas, pero siguieron pegados a la figura del general por estrategia.

Dentro del movimiento se consideró que el proceso de liberación había sido traicionado y que el mayor traidor era Perón (no ya sus allegados).

La Triple A les roba la UBA.

Las vacilaciones dificultan el crecimiento de la JPT.

Tarde se ponen a buscar alianzas en otros ámbitos, habiendo tanto tiempo confiado ciegamente en las promesas de Perón y lo que ellos pensaron que éste representaba. Finalmente se volvieron contra el sistema político que los excluyó, como antaño.

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