Soy Comunista

Soy Comunista

Y ya por fin creo que estoy en disposición de explicar (sucintamente) porque soy comunista. Después de explicar la génesis de todo y de intentar vacunarme contra ataques estúpidos, ya es hora.

Si soy comunista es en primer lugar porque me atrae su objetivo final: la sociedad sin clases y sin Estado de personas libres e iguales. Sin explotación, hambre o injusticia.

Podemos discutir si esto es posible, pero difícilmente encontraremos a alguien que no conceda que, al menos, sería deseable. Y aunque el objetivo final se considere inalcanzable yo lo veo como una utopía, no como una quimera. Me explico: creo (quizás siguiendo a Heráclito) que en el mundo, y más aún en lo social, nunca se esta en una posición estática, sino más bien dentro de un proceso.

Existirían, por poner un ejemplo, unas sociedades más democráticas que otras. Pero todas se esta democratizado o «desdemocratizando». Fluyen. Van hacia algún lado (creo que esto esta tomado de Luckaks).

Y es por eso que me apasiona la utopía comunista, independientemente de si es posible o no. No por que crea que la vaya a ver (por lo menos en esta reencarnación), ya se que, como decía Eduardo Galeano, cada paso que doy hacia el horizonte este se aleja un paso más, pero para eso sirve la Utopía, para caminar. Y la utopía comunista es el lugar correcto hacia el que caminar.

Otro gran punto a favor del comunismo es su modo de llegar o (mejor dicho) avanzar hacia su utopía. Lo que suele llamarse «la toma del poder». Tal y como yo lo veo, por teoría y práctica los comunistas han tratado de tomar el poder (no confundir con tomar el gobierno) a base de organizaciones de masas, principalmente partidos políticos y sindicatos, que van aumentando fuerzas y la conciencia del pueblo hasta que están en condiciones de desencadenar una revolución.

Otras ideologías que incluso pueden compartir objetivos tienen, a mi modo de ver, métodos de llegar mucho menos efectivos. Esperan tener suerte con un golpe de mano, esperan que la revolución surja espontáneamente sin tanta preparación o incluso creen en un mesías que traerá el cielo a la tierra. Yo creo que la revolución sólo podrá desencadenarse, triunfar y mantenerse con un inmenso trabajo previo de organización y concienciación de masas.

Siguiendo con la ideología, me atrae del comunismo (del marxismo) el intento de crear una ideología por y para los oprimidos. Esto es importantísimo porque sin ideología propia y autónoma estamos perdidos frente a los opresores. Lo voy a ilustrar con un ejemplo muy claro para mi. Durante la Revolución Francesa la constante radicalización de la misma (principalmente en París) desembocó en que el proletariado de la época llegara a tomar el gobierno: eran los llamados «sans culottes». Tenían el mando, sin embargo carecían de una ideología propia distinta de la de la burguesía, por lo que el único programa político que pudieron realizar fue una versión extrema del programa burgués, pero no uno radicalmente diferente. Sin una ideología propia,

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