Tema 16. El reinado de Alfonso XIII.
Enviado por luciamartrod • 5 de Octubre de 2016 • Apuntes • 2.459 Palabras (10 Páginas) • 326 Visitas
Tema 16. El reinado de Alfonso XIII.
- Introducción.
El reinado de Alfonso XIII (1902-1931), se abrió bajo el pesimismo del “desastre de 98”. La monarquía trató de revitalizar el sistema canovista ante la nueva realidad política y social, y al no conseguirlo, el régimen entró en una continua y prolongada crisis en la que sus pilares fundamentales se fueron derrumbando uno a uno.
La economía en este periodo experimentó una fuerte expansión, debido, fundamentalmente, al incremento de las exportaciones que se produjo como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Pero, como ya ocurrió en otras épocas, la burguesía se preocupó más del negocio inmediato que de las inversiones para mejorar el futuro.
Como consecuencia del desarrollo industrial el Movimiento Obrero se fortaleció notablemente, entrando en conflicto con una burguesía que se resistía a perder sus privilegios.
- Las consecuencias del desastre del 98.
La derrota y la consiguiente pérdida de las colonias fueron conocidas en España como el “desastre del 98”. Aunque la crisis del sistema político y de la sociedad y la cultura española ya estaba anunciada, el desastre se convirtió en símbolo de la primera gran crisis del sistema político de la Restauración.
- Una crisis política y moral.
A pesar de la envergadura de la crisis de 1898, sus repercusiones inmediatas fueron menores de lo esperado. No hubo crisis económica, sino crisis moral. En cuanto a la crisis política, el sistema de la Restauración sobrevivió tras la pérdida, asegurando la continuidad del turno dinástico. Esta crisis estimuló los movimientos nacionalistas, sobretodo en País Vasco y Cataluña. La crisis del 98 fue fundamentalmente moral e ideológica, y causó un impacto psicológico entre la población. La sociedad y la clase política española estaban en estado de desencanto y frustración, tras la destrucción del mito del imperio español en un momento en el que las potencias europeas estaban construyendo vastos imperios coloniales. La prensa extranjera presentó a España como una “nación moribunda”, con un ejército ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos incompetentes.
- El regeneracionismo.
Algunos intelectuales formados en la Institución libre de Enseñanza consideraban que la sociedad y la política, estaban influidas por la doctrina católica y no favorecían la modernización y el desarrollo. Se impulsó con insistencia la regeneración de España, y esta corriente recibió el nombre de regeneracionismo. Su mayor representante fue Joaquín Costa. La crisis de 1898 agudizó la crítica regeneracionista. Costa afirmaba que había que “cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid”. Los regeneracionistas defendían la necesidad de mejorar la situación del campo español y elevar el nivel educativo y cultural del país: “escuela y despensa”. Asimismo, un grupo de literatos y pensadores, la Generación del 98, intentaron analizar el “problema de España” en un sentido muy crítico y tono pesimista. Tras la pérdida de los restos del Imperio español, había llegado el momento de una regeneración moral, social y cultural del país.
- El fin de una época.
El desastre de 1898 significó el fin del sistema ideado por Cánovas, y la aparición de una nueva generación de políticos, intelectuales, científicos, activistas sociales y empresarios, que empezaron a actuar en el nuevo reinado de Alfonso XIII. La política reformista no llevó a cabo las profundas reformas anunciadas, y el sistema siguió funcionando con cambios mínimos. El ejército fue acusado por parte de la opinión pública de tener gran parte de la responsabilidad del desastre. Creció un antimilitarismo en diversos sectores sociales, mientras que el ejército tenía el convencimiento de que los militares debían tener mayor presencia en la vida política del país. Esto culminó en el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923 que inauguró una dictadura.
- El reformismo dinástico.
El desastre de 1898 mostró las deficiencias del régimen de la Restauración y dio lugar a un reformismo político, basado en las ideas regeneracionistas. La mayoría de edad de Alfonso XIII marcó la segunda parte de la Restauración.
- Las reformas de Maura.
En 1902 subió al trono Alfonso XIII, lo que coincidió con una renovación de liderazgo dentro de los partidos dinásticos. En el Partido Conservador Antonio Maura, y en el Partido Liberal José Canalejas, Esta nueva generación de políticos, influida por el regeneracionismo de Costa, impulsó importantes proyectos de reforma, y se mantuvo el turno dinástico y el falseamiento electoral.
El gobierno de Maura tenía espíritu renovador aunque dentro de las ideas conservadoras. Su proyecto político era establecer una “revolución desde arriba”, que afirmaba que el régimen debía reformarse desde el gobierno para impedir que lo transformase una revolución popular. Se formó una nueva base social, las “masas neutras”, personas que no votaban o se conformaban, con cuya ayuda pretendía configurar un Estado fuerte, capaz de gobernar eficazmente desbancando a los caciques sin que las clases populares tuvieran gran protagonismo. Se dio una reforma electoral con la Ley Electoral que hizo más difícil el fraude de las elecciones, especialmente en las ciudades.
Maura procuró atraer hacia el régimen el nacionalismo, como el de la Lliga Regionalista (catalanes), intentando satisfacer sus peticiones de autonomía. Su gobierno adoptó medidas económicas para reactivar la industria y promulgó la Ley de Colonización Interior para estimular la agricultura (la “despensa”). En lo social, aprobó la Ley del Descanso Dominical, y creó el Instituto Nacional de Previsión, dedicado a los seguros obreros. La defensa del equilibrio social conllevó una actitud muy intransigente en el mantenimiento del orden público, especialmente con la brutal represión de la Semana Trágica de Barcelona, que fue la causa principal de la caída del gobierno conservador.
El conflicto colonial de Marruecos
España acuerda con Francia en La Conferencia de Algeciras el recibimiento de una parte de Marruecos, El Rif, con la obligación de pacificarlo y organizarlo. El interés español por esta región vino estimulado por los posibles beneficios económicos, pero sobre todo el deseo de restaurar el prestigio del ejército, hundido tras el desastre de Cuba y conseguir que España se convirtiera de nuevo e potencia colonial. Los rifeños infligieron una importante derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo. Se decidió entonces aumentar el número de soldados en El Rif y se dispuso que partieran algunos regimientos desde Barcelona, lo que provocó un movimiento de protesta popular.
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