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Tesis De Mexico


Enviado por   •  19 de Marzo de 2012  •  10.468 Palabras (42 Páginas)  •  885 Visitas

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No somos hijos de la chingada, somos hijos de la chingona

Hay un genocidio silencioso y silenciado desde el inicio de la humanidad a nivel mundial y se efectúa a través de los siglos, de todas las ideologías, de todas las etnias, de todos los pueblos, no importa el grado de preparación intelectual de los que lo ejecutan, todo es por la ignorancia selectiva de ambos géneros, me refiero a la condena que siempre ha tenido la mujer, que la han arrinconado y no ha sabido valorarse y que propició este tipo de genocidio.

Desde los inicios de la humanidad, la mujer por su aparente indefensión para afrontar los peligros del espacio externo, no era capaz de enfrentarse a los dinosaurios, temía por sus crías y permaneció en el espacio interno, esto quedó estigmatizado, es huella que siempre aflora; ella ha permitido las vilezas y deturperios que recibe, porque no ha querido salir de la cueva; está cómoda, es víctima-victimaria. Ha llegado el momento que asuma su responsabilidad, que no acuse al otro género de ser el autor de su condición de víctima, tiene que reconocer sus capacidades y facultades, limpiar el resentimiento de la víctima que llena de culpa por su misma autoflagelación, culpa al otro y a otros. Tiene que valorar su tarea; es la gestadora y pandora de los hombres y mujeres. En su custodia están los hijos y ella les transmite su condición de minusválida limitada y cuando se rebela de esta condición, imita la conducta del otro género. No ha logrado entender su ser mujer y es ella la que tiene que descubrir y mantener su singularidad, es la multiplicadora de la especie humana. Hoy por su aparente entrega a esta tarea, que no ejecuta plenamente, se dedica a auto sabotearse e inutilizar al otro y llega a ser la restadora y divisora de la humanidad y esto es aprovechado por las mentes expoliadoras, depredadoras y destructoras, obsesivas en su codicia, ávidas del poder, del dominio, de la expoliación de hombre y de la naturaleza; que llegaron a construir métodos o formas de poder y control de la humanidad; somos inducidos e influenciados a través de todos los medios; hemos sido domesticados por estas mentes manipuladoras y es principalmente en el área de nuestra sexualidad que es un sentido y que por estos engaños e imitaciones no hemos logrado entenderlo y así hemos sido esclavizados por esta minoría que detenta el poder y que actualmente domina el mundo. Ellos han mantenido este genocidio y se opone al despertar del género femenino, que actualmente se tiene que incorporar al ámbito del trabajo, porque el emolumento de los hombres ya es insuficiente para mantener a la familia y a los poderosos.

Hemos sido manipulados, los actuales conflictos mundiales han seguido un patrón y secuencia secular de lucha entre los poderosos y nosotros en el papel de conejillos de laboratorio en quienes ensayan sus múltiples operaciones perversas para que sigamos bajo su yugo.

Este despertar corresponde realizarlo a las mujeres del mundo, somos más de la mitad de la población mundial; es necesaria la redención sexual y en este nuevo siglo tenemos que extirpar los programas de expoliación de hombre por el hombre. No más división, todos somos iguales y auto gestores de nuestro estado de bienestar. No más repetición de este ciclo destructivo.

Tú, mujer despierta, deja de causar tu interdicción, adquiere tu mayoría de edad; sé responsable de ti. Tu misión es valiosa, eres la causa de todo este desarrollo equivocado de la humanidad. Tienes capacidades y facultades para realizar este cambio. Reconoce tu fortaleza, borra el estigma, quita la maldición, se sincera, se honesta. Quítate la niebla que te esconde. Que tu función multiplicadora no la asumas como sacrificio, porque es la realización de tu deseo, puedes prepararte y aportar, compartir tu gran experiencia que adquiriste en la cueva donde has estado, sal a ayudar al otro, experto en el espacio externo, quien solo expresa su prepotencia por falta de tu auténtico apoyo. Haz que logre entender su condición y ambos rompan y borren esta programación que inexorablemente se repite.

Nuestro pueblo debe conocer su verdadera historia, basta de ser hijos de la chingada, nuestra cultura ancestral fue deturpada y distorsionada, porque era peligrosa para el grupo europeo. Ellos han sido los realizadores de todas las guerras fraticidas más atroces de la Tierra, han inventado status y nos lo han impuesto; en este siglo de la globalización, todos estamos comunicados y exige el intercambio honesto y honorario. Dejemos de ser materia prima para esas mentes maquiavélicas; debemos de ser productos de calidad que aportemos al mundo.

¿Cómo quitarnos la mancha con que nos marcaron? No somos hispanos, no somos latinoamericanos; somos anahuacanos que tenemos una bella y gran historia como es la biodiversidad de nuestros territorio y que aportamos a la humanidad.

Encontrar y entender nuestra verdadera historia, es nuestro reto. Y se acabarán los cruzados modernos que califican y condenan a los que deben ser extinguidos. Ya no permitamos ser laboratorios o campos de ensayo de estrategias de una minoría que en lo oculto, dictaminan donde probar estos proyectos expoliatorios.

Europa es nuestra madrastra, nos negó, nos explotó y aún sigue con el cobro a través de sus planes científicos, inculcándonos dependencia, existe un apéndice de ella en nuestro continente; espero que cobre conciencia, ya que también es manipulado y astutamente explotado por sus altos representantes.

Así, tú mujer, tú también te has convertido en la madrastra de tus hijos, no impartes instrucciones como la orangutána para que el crío sea autosuficiente. Si optas por ser madre, acepta esta tarea como una gran misión, tienes la custodia un ser desvalido, enséñale a valer, porque tú vales. No entres en la inducción de propagandas que te hacen sentir minusválida.

Si eres jornalera, o profesionista, prepárate para que aportes tu creatividad, tu intuición que te componen. No imites la prepotencia del otro.

Tú hombre, reconoce tu invalidez mental que te programaron y que te fue inducida; esfuérzate, coopera y ayuda a esa víctima-victimaria, que en el influjo de las hormonas sexuales te hace sentir poderoso, este poder es necesario para la multiplicación y el gozo.

Tú mujer, permite soltar tu aportación, acepta la valoración y la responsabilidad de madurar la semilla, producto del amor y produce un fruto sano, imbuído de tu sensibilidad, suavidad e intuición. Deja de cultivar frutos inmaduros e incompletos. Reconoce en el otro su plenitud, así como tú integras tu totalidad.

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