Tres Capituos De El Principe

El príncipe

Leí los primeros tres capítulos de la obra más representativa de Nicolás Maquiavelo (De las distintas clases de principiados y la forma en que se adquieren, De los principiados hereditarios y De los principiados mixtos). Debido a su extensión y parecido, los primeros dos se comentaron al mismo tiempo, siendo el tercero el de mayor extensión e importancia.

En el primer capítulo se habló sobre los tipos de principiados. Primero se tienen a los de carácter hereditario; que se presentan cuando una misma familia ha reinado la región por mucho tiempo.

El otro tipo de principiado son los nuevos. Se tienen dos variables de estos: los nuevos del todo y los agregados al estado hereditario.

El segundo capítulo dice que es más fácil conservar un Estado hereditario, ya que está acostumbrado a una sola dinastía. Conservar un principiado nuevo es más complicado, pero basta con no alterar el orden establecido por el gobierno anterior y adaptarse y ser paciente con los cambios que se quieren ejercer.

Se debe tomar en cuenta que este libro fue escrito en 1532, y la forma de gobierno era el principiado, lejos de parecerse a nuestro sistema democrático, por lo tanto se torna un poco difícil encontrar cosas descritas por Maquiavelo que se puedan aplicar hoy en día.

De las cosas aplicables en la actualidad, creo yo, es la estrategia que se debe seguir al instaurar un nuevo gobernante, se debe ser cauteloso y paciente.

El tercer capítulo habla de las dificultades que existen en los nuevos principados como miembro agregado a un conjunto anterior, sus incertidumbres nacen de una simple dificultad que se encuentra en todos los principados nuevos: “los hombres cambian con gusto de señor, creyendo mejorar, impulsados a tomar armas contra él en lo cual se engañan pues luego han empeorado” (P.7)

Al príncipe no le queda más que ofender a sus súbditos, de modo que tiene por enemigos a todos los que se ha ofendido al ocupar el principado, y no se puede conservar como amigos a los que les han ayudado a conquistarlo porque no se pueden satisfacer las necesidades como ellos esperaban.

Es mucho más fácil controlar y conservar un principado recién conquistado cuando este comparte lengua y costumbres con el conquistador; sobre todo cuando están acostumbrados a vivir libres; y para mantenerse de manera pacífica en el poder, es necesario conservar sus costumbres. “Se deben tener dos cuidados: que la descendencia del príncipe anterior desaparezca y que ni sus leyes ni sus atributos sean alterados.”(P.8)

Cuando el territorio conquistado no comparte lengua, leyes y costumbres, vienen dificultades.

Dice que un buen remedio para evitar problemas es enviar algunas colonias a ciertos lugares que sean como llaves para aquel Estado.; las colonias son mucho más baratas que un ejército y son más fieles. Esto conviene porque los damnificados no pueden

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