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UN EJEMPLO QUE PERDURA PARA ESTA Y NUEVAS GENERACIONES


Enviado por   •  19 de Enero de 2016  •  Ensayo  •  1.212 Palabras (5 Páginas)  •  251 Visitas

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Honorables miembros del Jurado Calificador,

Distinguidas autoridades que dan realce con su presencia a este evento de la palabra,

Apreciables maestros,

Queridos compañeros del concurso,

Público presente.

Es un gran honor discernir para ustedes el tema:

                 “JUAREZ, EJEMPLO QUE PERDURA PARA ESTAS Y NUEVAS GENERACIONES”

 “La Grandeza de un Hombre, no se mide por su tamaño, sino por la Grandeza de sus obras”

Nos encontramos ante un altar de la Patria, altar erigido al Indio de Guelatao que nació en el equinoccio de la primavera de 1806, como un destello de la naturaleza, un sol radiante que habría de iluminar el firmamento de todos los mexicanos.

¡México!, país grandioso, país hermoso, en el que se ha escrito la historia con las obras y la sangre de sus héroes, cada 21 de marzo nos congrega la gigantesca figura de Benito Juárez, a quién el gobierno de la hermana república Dominicana un 11 de mayo de 1867 le otorga el honroso título de “Benemérito de las Américas”.

Hoy rendimos homenaje a la figura más brillante y representativa de los valores universales, al hombre que en su tiempo supo dar cátedra de valentía, justicia, tenacidad, responsabilidad, equidad y patriotismo. Ese gigante hombre ¡compañeros! Fue Benito Pablo Juárez García.

Para ser grande, es preciso que el hombre logre hacerse dueño de sí mismo, Juárez fue uno de esos hombres fuertes del alma, tan fuerte en la derrota como en la victoria.

Recordemos que el Presidente Juárez sin congreso y sin poder judicial hizo valer la constitucionalidad de la República para que no se perdiera la esencia del estado mexicano. 

Juárez surge de la Sierra Oaxaqueña para dejar un gran legado al mundo entero, se abre paso entre el aislamiento, la ignorancia y la pobreza para alcanzar el más alto honor al conquistar la presidencia de la República.

Todos los momentos de su vida, todos sus aspectos, todos sus actos siempre han tenido algo qué comunicarnos, porque la obra de Juárez es enseñanza cívica en momentos de duda, en momentos de crisis.

Que quede claro: Juárez en principio se forjó a sí mismo, acto seguido, forjó a su manera y expresión la sociedad de su tiempo logró estructurar la nacionalidad mexicana, en los grandes principios de libertad, igualdad y fraternidad, conforme a los postulados de derecho, del trabajo, del respeto a lo ajeno, a la no intervención, de la nobleza y de la austeridad.

Juárez es un héroe contemporáneo porque su batalla no ha terminado, surge cada vez que los hombres que son marginados y explotados invocan su figura para continuar en la lucha por una mejor nación. Por eso fue liberal, por eso fue reformador, por eso fue grande, por eso encabezó a esa generación de hombres excepcionales como Miguel Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo y Francisco Zarco, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto y Matías Romero, hombres que pugnaron por la separación de las iglesias y el estado, hombres que plasmaron sus pensamientos e ideales que se trasladan hasta la vigente Constitución de 1917, ahí quedan proscritos los monopolios, se establece la abolición de la esclavitud y los trabajos forzadas y se consolida la organización del estado civil moderno, ahí proclama Juárez la democracia: Destino inevitable e irrebatible de la humanidad.

Nuestra Constitución contiene expresamente los principios Juaristas que gobiernan nuestras relaciones con el extranjero; de ellos destaca el principio de no intervención en los asuntos internos de otros países, apotegma del Benemérito. México cumple fielmente este principio y en consecuencia exige el respeto a nuestras decisiones internas, los mexicanos no admitimos, ni dentro ni fuera, nada que hegemónicamente trate de colocarse sobre nuestra autoridad soberana.

El estado que representa esa voluntad soberana nacional, no permitirá que ningún otro poder, sectario, teocrático o económico, se le sobreponga, nuestra Carta Magna contiene, garantiza y protege la libertad de creencias, porque cada individuo en su conciencia puede creer en lo que estime ético, individual y socialmente, y puede proyectar su inteligencia, su voluntad y su libre albedrío para lograr su verdad porque ello lo hará más libre. Juárez siempre exigió a sus conciudadanos el ser juzgado por sus actos y no por sus pensamientos. “Mis dichos son acciones”, afirmaba el patricio, su concepción ideológica de la realidad que enfrentó es clara y aleccionadora.

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