Un ensayo de Mexico Barbaro

México Bárbaro, yo no tenía el libro así que l fui a buscar a una librería de Zinacantepec y me dijeron que no lo tenían, después fui a varias librerías de Toluca y me dijeron que por el momento no se encontraba disponible ese libro, excepto el chico de una librería me dijo que si lo tenía pero que aún no le iba a llegar, hasta 5 días después, y pues como yo ya tenía que entregar el libro para la siguiente semana… Desesperada lo empezó a buscar y pedir prestado con algunos de mis compañeros, amigos, familiares, etc. Nadie lo tenía, pero había un detalle, que se me había olvidado preguntarle a mi primo que recientemente había salido hace un año, así que acudí a él, y definitivamente el si lo tenía. Solo que me dijo que lo debería buscar porque hace mucho que él no veía ese libro en su casa, así que pasaron los días y él no lo encontraba, hasta que se llegó el día de la entrega del libro, estábamos en clase de Historia y yo estaba así de “no tengo el libro”, “que voy a hacer”, “que le diré el profe”. Bueno ya estaba el profe en el salón, empezó a sacar la lista de mi grupo y como yo era la numero 1 de la lista…  bueno no tenía mucha ventaja, hasta que me nombro y yo hay voy hacia el escritorio del profe, el profe me pregunto; “su libro señorita” lo único que conteste fue “no lo traje” fue tan difícil para mí decir que no lo había traído porque yo trato de cumplir con todas las cosas, ese día le entregue todos los trabajos pendientes al profe excepto el libro. Una semana después de quien creen que me llego un mensaje? Así es! De mi primo… en el mensaje me decía que ya había encontrado que si todavía lo quería, y yo pues primero me enojo pero obvio no era su culpa porque el libro no los habían pedido desde mucho tiempo pero como todo buen mexicano… todo a la mera hora. En fin de todos modos acepte el libro porque lo tenía que leer si no, no iba a poder hacer mi ensayo final que me daba de3recho para presentar mi examen del último bimestre.

Bueno yo lo empecé a leer, y les voy a hacer sincera, ese libro desde un principio no fue tanto de mi interés, cuando lo empecé a leer enserió casi no le entendía y lo que le entendía o trataba de entender pues era muy poco, la verdad aun no lo eh terminado de leer pero si se me ah hecho un poco difícil entender como en esa época lograron meterle miedo (si puedo llamarlo así) a muchos mexicano así como también a extranjeros. Según yo el libro muestra los hechos ocurridos durante el porfiriato, el libro al mi parecer nos brinda otra cara de la historia de nuestro país.

Yo hasta donde alcance a leer fue en el capítulo V, que se llama “En el valle de la muerte”. El capítulo I se llama “Los esclavos de Yucatán”, trata de que cuando el periodista  John Kenneth Turner se encuentra con 4 presos mexicanos expulsados de la prisión de “Los Ángeles” por organizarse en secreto contra el gobierno de Díaz. Ellos le platican a John sobre la situación en México principalmente en la península de Yucatán, llego ahí fingiendo ser un inversionista rico para meterse en el negocio henequero, tras escuchar de que había rumores de que aún había esclavitud en América. La forma en que los “magnates del henequén”, (planta cultivada durante siglos de la región), hacían trabajar en las grandes haciendas a indios mayas y yaquis mandados desde el norte del país por el gobierno, alejándolos de sus familias. Eran esforzados a trabajar horas excesivas y podían ser comprados y vendidos. Los hacendados exhibían su complicidad con el gobierno más nunca se atrevieron a llamarle esclavitud.

El capítulo II se llama “El exterminio de los yaquis”. Los yaquis eran indios mandados del norte conocidos por ser los más fuerte, resistentes y confiables. A los extranjeros del norte les molestaba que fueran exiliados para que fueran mandados a trabajar en Yucatán, pues es que los consideraban grandes trabajadores. Ellos no los llamaban indios en el concepto norteamericano, pues para ellos no eran empleados. Explica la situación de los yaquis, a partir de un decreto del propio presidente para mandarlos a Yucatán. Este derecho también decía que las tierras de los yaquis debían ser confiscadas, aunque era de esperarse que fueran los presidentes municipales, gobernadores de los estados y amigos de Díaz, quienes se quedaron con las tierras.

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