Una Nueva Mirada De Juana Azurduy De Padilla

RESUMEN: “UNA MIRADA SOBRE JUANA AZURDUY DE PADILLA”

VIOLETA HERRERO

Capítulo 1

Una ciudad al pie de los Andes Sucre ciudad blanca de América hoy conocida como “ La ciudad de los cuatro nombres”, su importancia era mucha, sede de la Audiencia de Charcas y la Universidad de san Francisco que tenía el orgullo de poseer los mismos honores que la Universidad de Salamanca. El descontento venia de todos los pobladores en general que no fueran españoles, por eso el 25 de mayo de 1809 se consolido la revolución mediante una guerra contra los realistas. Para los indígenas que participaron activamente en esos combates enviaron un mensaje de liberación, y fue doña Juana Azurduy de Padilla quien sintió un amor y respeto por ellos y encabezo su rebelión.

Capítulo 2

Brota una flor Juana nació el 12 de julio de 1780 hija de Eulalia Bermúdez y Matías Azurduy descendientes de los Azur, padre devoto que educo a su hija como un varón le enseño a montar a caballo y dar incursiones en sus fincas vigilando a los indígenas que de él aprendo el cariño hacia ellos su juventud no fue muy agradable ya que la paso en un convento en el cual su aburría de le las normas pues ella no pertenecía ahí, tras fallecer sus padres estuvo bajo el cuidado de su tía Petrona que quiso enseñarle a ser una mujercita de época pues ella nunca pudo hacer estoy ya que en Juana corría ese aire de libertad, cuando conoció a Manuel Ascencio Padilla se enamoró de él, almas gemelas que en su sangre corría los mismos ideales que en ella pues Manuel frecuentaba con los doctores de ideales semejantes de la universidad de San Francisco, no pasara mucho tiempo para que decidiera se parte activa de la revolución. Juana y Manuel se casaron en 1805.

Capítulo 3

Los amores de Juana.- Manuel y la libertad Juana Azurduy y Manuel Padilla Tuvieron cuatro hijos dos varones y dos mujeres uno por cada año desde 1806 que fueron Manuel, Mariano, Juliana y Mercedes, cuando ocurrió la revolución en Chuquisaca, Padilla fue im

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pulsado por la causa americana hasta que logro el cargo del teniente coronel otorgado por el mismo Belgrano en la batalla de Salta y no fue solo eso lo que obtuvo sino también una serie de heridas y un brazo facturado junto a ello al que Juana atendió hasta su completa recuperación y le imploro volver a la batalla junto a ello, él se negó con el corazón roto pero era necesario que tenía que cuidar a sus cuatro hijos. Pese a eso cuando Padilla partió a Tarabuco, al día siguiente Juana dejo a sus hijos con sus parientes Martin Azurduy y Gregoria Cuba en la población de La Laguna y partió rumbo al encuentro con su esposo.

Capítulo 4

La gesta de la heroína (primera parte) Juana consiguió unos diez mil hombres

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