Unificación de Alemania del siglo XIX

República Bolivariana de Venezuela

Universidad Santa María

Facultad de ciencias económicas y sociales

Cátedra: Fundamentos económicos y sociales

Profesor: Jesus Gonzales.[pic 1]

Proceso de unificación de Alemania.

Integrantes:      

-Alejandra Vallejo V-00.000.000

-Anderson Mejia V-00.000.000

-Breynnere Velasquez V-28.052.269

-Claudia Bohorquez V-00.000.000

-Johana Ferreira V-00.000.000

Caracas, junio 2024

     -Introducción: La unificación de Alemania en el siglo XIX fue un proceso complejo para lograr la integración y la posterior unificación de diferentes estados Germánicos en una sola Alemania, que tuvo varios momentos clave que definieron la historia de esta nación. A lo largo de este siglo, Alemania pasó por periodos de división y conflicto, pero también de desarrollo y progreso, dirigido por el primer ministro Prusiano Otto von Bismarck, conocido como el Canciller de Hierro, y culminaría con la formación del Segundo Reich "Segundo Imperio Aleman", Consolidando la unificación creando el Imperio Alemán en 1871, que duro hasta la caída del Muro de Berlín en 1989, la historia de Alemania en el siglo XIX está marcada por eventos significativos que influyeron no solo en su propio destino, sino también en el panorama mundial.      

     -Antecedentes:

En el siglo XIX, bajo la influencia de diversas naciones que aspiraron a convertirse en un único país. Alemania quiso ser una de ellas. Alemania estaba dividida en más de 39 estados dentro de los que destacan Austria y Prusia. Austria era un imperio plurinacional y conservador, cuyos súbditos eran en buena parte católicos, Prusia en cambio era un reino mayoritariamente protestante, burgués y algo más liberal, aunque igualmente autoritario.

Los estados querían llegar a convertirse en un país unificado, pero la cuestión era cómo: aunque compartieran una lengua y hasta cierto punto una cultura común, existían grandes diferencias entre ellas. Austria y Prusia, los dos estados germánicos más poderosos tras la desintegración del Sacro Imperio, y por ende los únicos en condiciones de liderar el camino hacia la unidad, eran muy diferentes y se convirtieron en rivales feroces, La élite prusiana abogaba por la creación de una Gran Alemania que se uniera bajo su liderazgo todos los territorios de cultura alemana, algo a lo que se oponía la corte austríaca, puesto que temía renunciar a buena parte de sus territorios y terminar probablemente en un lugar secundario respecto a Prusia.

Prusia tenía buenos motivos para desear la unidad más que Austria, su industria y comercio podían beneficiarse enormemente de la exportación de productos y materias primeras.

Un primer paso en ese sentido fue la creación en 1815 de la Confederación Germánica, formada por los 39 estados incluyendo a Austria y a Prusia. Aunque sus miembros mantenían su independencia, el objetivo era avanzar hacia una unidad mercantil y política, pero la rivalidad austro-prusiana lo impidió y finalmente la Confederación Germánica se disolvió en 1848.

La Revolución de 1830 fue un proceso revolucionario que comenzó en París, Francia, con la denominada Revolución de Julio o Trois Glorieuses jornadas revolucionarias de París que llevaron al trono a Luis Felipe I de Francia y abrieron el periodo conocido como Monarquía de Julio. Se extendió por buena parte del continente europeo, especialmente en Bélgica, que obtuvo la independencia frente a Países Bajos, Alemania e Italia, donde se identificó con los movimientos de tipo nacionalista unificador, Polonia y el Imperio austríaco, donde se identificó con movimientos de tipo nacionalista disgregador.

El Zollverein fue la primera unión aduanera alemana creada el 1 de enero de 1834, por la que se eliminaron los aranceles entre los 39 estados miembros de la Confederación Germánica, a excepción de Austria, esto sirvió de base para el proceso de la unificación alemana, que tras la guerra franco-prusiana que daría lugar al nacimiento del Imperio alemán, ​ cuyos límites territoriales fueron esencialmente los mismos de la Zollverein.

La Revolución de 1848 tuvo una doble inclinación en Alemania. Por un lado, se dieron Revoluciones en muchos de los Estados alemanes cuestionando el orden político existente en los mismos, pero, por otro lado, y esto constituye una particularidad en relación con lo que ocurrió en otros lugares, se planteó una vía liberal hacia la unificación en el Parlamento de Frankfurt. Al final, tanto las Revoluciones particulares como este intento de plantear una Alemania unida bajo un signo relativamente progresista, fracasaron.

     -Causas: Entre las causas de mayor peso se encuentra la Unión Soviética que necesitó el desarme como condición indispensable para el éxito de la perestroika. Durante cinco años intentó en vano negociar la retirada conjunta de las tropas norteamericanas de la Europa occidental y de las soviéticas de la Oriental.

A la debilidad soviética se suma la de la República Democrática Alemana. La situación económica y social de la RDA se mostró mucho más grave de lo que se creía, la RDA fue incapaz de salir de la crisis por sus propias fuerzas, si en un año no se lograba la unidad, corría el peligro de que la RDA no pudiera superar dicha crisis, a este hecho se suma que la República Federal fuese la menos interesada en frenar esta crisis o en ayudar económicamente a un estado que pretendía anexionar sin condiciones.  El interés primordial de la República Federal no podía ser otro que la absorción de la RDA de la forma más rápida y al menor costo. La República Federal es económicamente lo bastante potente para imponer la unificación en el ámbito internacional, una vez que la Unión Soviética diese el visto bueno. Los Estados Unidos no podían oponer razón alguna, máxime cuando se había aceptado la condición fundamental de que la Alemania unida permanezca en la Alianza Atlántica.

Otras razones son mucho más oportunas, pero no por ello menos efectivas es que el año 1990 haya sido un año electoral en la RFA esto ha contribuido a acelerar el proceso de unificación, ya que ningún partido, a excepción del Grupo Verde, quiso ser sobrepasado por otro en el firmeza nacionalista y éstos lo han pagado en las elecciones del 2 de diciembre con su desaparición del Parlamento, donde sólo queda una mínima representa[pic 2]ción proveniente de Alemania oriental.

     -Etapas de la unificación: La guerra de los Ducados o segunda guerra de Schleswig fue un conflicto militar que enfrentó al Imperio austríaco y Prusia contra Dinamarca en 1864. Este último país salió derrotado, por lo que debió ceder Schleswig-Holstein que fue anexionado por las otras dos potencias. ​La guerra terminó el 30 de octubre de 1864, cuando el Tratado de Viena formalizó la cesión de Dinamarca de los ducados de Schleswig, Holstein y Sajonia-Lauenburgo a Prusia y Austria.

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