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Verdadera Historia De Adan Y Eva


Enviado por   •  13 de Junio de 2013  •  2.499 Palabras (10 Páginas)  •  631 Visitas

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LA VERDADERA HISTORIA DE ADAN Y EVA.

Por Abel, perseguido y maldito de Dios.

Oh, Señor! Perdona mi osadía, (...) mayor que la de mi padre, muerto por tu mano todopoderosa, al contradecir tu voluntad, a favor de mis hermanos los hombres.

Se que me has ordenado el silencio y entiendo que bases tu juicio divino, en la fe de que nosotros y nuestras generaciones futuras, sólo podremos superarnos partiendo de la seguridad, de que nuestra naturaleza es primariamente pura y bondadosa.

(...) Vuelvo a implorar clemencia divina, en la poca vida que presiento me queda, o a su defecto, luego de ella.

Debo agregar, mi creencia de que sólo conociendo y aceptando nuestras debilidades (y las tuyas), seremos capaces de crear un mejor hombre y mi anhelo de justicia, me lleva pues aquí a narrar la historia secreta (...) a bien de las generaciones venideras.

Todo comenzó, luego de que el Todopoderoso creó el Universo. Podríamos decir, que luego de cientos de miles de años (que valor tiene el tiempo en la eternidad?), observando su esplendor, la maravilla de los astros, las estelas luminosas de las colas de los cometas, los soles resplandecientes y esos agujeros negros por dónde arrojaba objetos como un juego, se hastió. (En esta parte del texto, sigue un sinfín de palabras excusatorias y se implora nuevamente la clemencia divina. *Nota del traductor)

Teniendo en cuenta su poderío, creó el mundo, le colocó un maravilloso jardín al que llamó Edén y en él, colocó todas las criaturas de que su creatividad fue capaz. Y creó al primer hombre, a su imágen y semejanza, al que llamó Adán. Fascinado por su propia capacidad, decidió hacer más interesante su campo de juegos. Dotó al hombre de libre albedrío, el don de la palabra y el dominio sobre el resto de los animales. Cuando observó la maravilla de su creación, deseó hacer más intentos de este estilo. Pensó, que una manera más económica y divertida de aplicar su idea, era crear un segundo ser complementario que se encargara de reproducirlos. Así fue como creó a Eva. Nacida de un trozo de Adán. Parte y complemento.

A ella, la dotó de una nueva cualidad (o defecto, en el texto original, la similitud de las palabras engendra dudas. *Nota del traductor), que había escatimado en Adán. Le dió la sensibilidad extrema. Le exacerbó los sentimientos, dándole así la capacidad de amar incondicionalmente a su compañero. Al fin y al cabo, ella no había perdido ninguna pieza de su organismo, por eso, el Todopoderoso consideró que sólo así sería justo. La vida en el Edén era idílica. Tenían todo lo que necesitaban, no existían ni el dolor ni la muerte, ya que el Señor les había obsequiado la eternidad. Bendición o maldición, deberán decidir los futuros sabios.

La única condición que les fué impuesta, era la total prohibición de tocar el árbol de la sabiduría.

Este era espléndido. De gruesa corteza y frondosa copa, estaba plagado de brillantes y tentadores frutos, de los cuáles no podrían comer. Dios, necesitaba continuamente corroborar, que su poder era aceptado por sus criaturas sin reparos.

Adán y Eva, eran criaturas aún inocentes que no tenían noción de su calidad lúdica. Estaban agradecidos al Señor por esa vida simple y sin complicaciones y dedicaban el día a nombrar las cosas y descubrir lo que los rodeaba.

El primer día que los sorprendió la lluvia, la reacción de ambos fue totalmente distinta. Para Adán, aquello era mas bien molesto. Le desagradaba la sensación de esas gotas húmedas recorriendo su cuerpo y no entendía para que era necesario pasar por esa experiencia fuera de su control.

Para Eva sin embargo, era un milagro; un regalo divino. Observaba como las pequeñísimas gotas golpeaban su piel desnuda, produciendo cientos de escalofríos, como pequeñas descargas eléctricas en la piel. Al ver cómo todos los seres que la rodeaban gozaban de este efecto, la invadió una emoción como no había sentido aún, provocándole un efecto nuevo: notó que de sus ojos, también se volcaba un líquido que a diferencia de la lluvia, era salado y suyo.

Adán corrió a refugiarse bajo un árbol. Y mirando hacia la copa que lo protegía, se le ocurrió una idea. Si unía algunas ramas, cortezas y algunos otros objetos adecuados, podría construírse un refugio ante lo que él denominó "inclemencias". La ventaja que tendría frente a cualquier árbol, es que podría colocar el refugio donde él quisiera. Por ejemplo, junto a aquella ribera mansa que le producía paz y alimento.

Quiso llamar a Eva para que también se protegiera y por primera vez, notó en ella una mirada incomprensible. Ella a su vez, entregada con sus cinco sentidos a la nueva experiencia, lo miró sin entender. No podía comprender que él no experimentara esa sensación tan maravillosa que la embargaba.

Así fue, como al otro día Adán comenzó a juntar todos los materiales para su primer refugio. Eva lo ayudaba mas por curiosidad que por interés personal, ya que pensaba seguir disfrutando de la lluvia.

El hombre sintió por primera vez una nueva sensación. Estaba creando por sus propios medios, sin ayuda ni opinión de Dios al respecto. Era su idea, su primera Obra. Súbitamente, lo invadió un orgullo nuevo. Se sintió libre e independiente. El resultado fue un tanto precario, pero lo suficientemente fuerte y espacioso para ambos.

Y la vida continuó... Inmutable.

Y como era de prever, Dios se aburrió... Y Adán, a su imágen y semejanza, también.

Mientras que Adán se iba de exploración, a recorrer por varios meses el mundo, Dios decidió practicar una pequeña prueba con ellos. En el árbol prohibido, colocó una nueva criatura inteligente, (se menciona un nombre, pero es por el momento imposible la traducción, por lo que asumimos, se refiere a la serpiente bíblica. *Nota del traductor) la cuál poseía también el don de la palabra.

Este animal perverso, se dedicó a convencer a Eva. Abusando de su sensibilidad extrema y de la soledad que la invadía cada vez que Adán se iba, comenzó a hacerle ver cuán tentadores eran los frutos del árbol prohibido. Le confió además, que en ellos se encerraba toda la sabiduría de Dios, el orígen del hombre y la explicación de por qué, estaba tan lejos del alma de Adán.

Los primeros días se rehusó a oír. Huyó al refugio tratando de escapar a la enorme curiosidad que la invadía.

En ese momento, Adán llegaba a una serie montañosa poblada de cuevas, dónde Dios había colocado una prueba para él. Había creado una nueva mujer. Totalmente distinta a Eva. Unica en su especie, ya que no era parte de nadie, un ser casi etéreo, leve, sensual y voluptuoso. Como una columna de humo, escurridiza al tacto.

Cuando Adán entró

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