África antes del primer contacto europeo en gran escala
Enviado por syuribeolmos • 5 de Julio de 2014 • Tutorial • 4.348 Palabras (18 Páginas) • 387 Visitas
África antes del primer contacto europeo en gran escala
El imperialismo no consiste solo en ejércitos, mano de obra y oro. El imperialismo tiene una dimensión cultural. Cuando una parte del mundo oprime sistemáticamente a otra, ello no cambia solamente la estructura material de esas sociedades, sino que también afecta a su cultura. Se trata de un caso patente de dialéctica del señor y del esclavo. Los opresores, en esa relación, tienen necesidad de verse a sí mismos y a sus víctimas de un modo distinto a como son realmente. Para justificar sus actos inhumanos, los imperialistas deben elaborar narrativas que no los presenten como villanos. Para lograrlo, los imperialistas a menudo nos muestran a África como una jungla incivilizada antes del primer contacto masivo con los europeos en el siglo XV. Retratan a los africanos como recién salidos de la selva, como seres próximos a los animales salvajes, a los simios. La versión más extrema de esta narrativa racista no solo exonera a los esclavistas europeos, sino que los convierte en héroes. Los esclavistas domestican a los simios y los convierten en hombres, o al menos en dos tercios de hombre. Las plantaciones no eran algo similar a los campos de concentración. Por el contrario, la plantación era una gran familia feliz. El amo era amable y paternal con sus “niños” oscuros. Esa es la mentira, el mito del Sur gentil. Algunos incluso han protestado que los negros no solo no merecen reparaciones, sino que, antes bien, deberían estar agradecidos a los Estados Unidos por haberlos salvado de la eterna noche africana. Este tipo de narrativa, y otras parecidas o más sutiles, descansan en el mito de que África se encontraba en una situación de atraso irremediable antes del contacto en gran escala con los europeos. Rodney refuta completamente este mito. Demuestra que África tenía una larga y rica tradición de civilización antes del contacto con Europa. Aunque el desarrollo africano no era igual que el europeo, África se había estado desarrollando satisfactoriamente:
“África en el siglo XVI no era simplemente una mescolanza de “tribus”. Había un patrón y había movimiento histórico. Sociedades como Etiopía y el Egipto feudales se encontraban en el punto más avanzado del proceso evolutivo de su desarrollo. Los estados de Zimbabwe y Bachwezi también estaban claramente alzándose por encima de la etapa del comunalismo, pero en un estadio de desarrollo inferior al de los Estados feudales y de unos pocos que todavía no eran feudales como los de Sudán occidental.”
Rodney afirma:
“Se puede decir que la mayor parte de las sociedades africanas no habían alcanzado un nuevo estadio, marcadamente distinto del comunalismo”
Algunos de los primeros viajeros europeos a África quedaban a menudo impresionados por lo que veían. Rodney cita a un temprano viajero holandés que visitó Benin.
“Las ciudades parecen muy grandes. Cuando se entra en ellas, se va por una gran calle amplia, no pavimentada, que parece siete u ocho veces más ancha que Warmoes en Amsterdam…
El palacio del rey es una colección de edificios que ocupa tanto espacio como la ciudad de Harlem, y está rodeada por muros. Hay numerosos apartamentos para los ministros del príncipe y hermosas galerías, la mayor parte de las cuales son tan grandes como las de la Bolsa de Amsterdam. Se apoyan en pilares de madera revestidos de cobre, donde se representan sus victorias, y se mantienen escrupulosamente limpias.
La ciudad se compone de 30 calles principales, muy derechas y de 120 pies de anchura (40 metros), además de un sinfín de pequeñas calles que las cortan. Las casas se alzan cerca unas de otras, dispuestas en buen orden. Esa gente no es inferior en ningún modo a los holandeses en lo que toca a la limpieza…” (69)
Obviamente, también hay grandes diferencias entre Holanda y África. Sin embargo, es puro racismo retratar a África como bárbara o incivilizada antes del contacto europeo en gran escala. Estas concepciones racistas no tienen ningún fundamento real. Son parte de una narrativa compleja, en evolución y, a menudo, contradictoria que se ha usado durante cientos de años para justificar el saqueo y la explotación de África por los europeos y otros imperialistas. Cuentos similares se han utilizado para justificar la conquista imperial de las Américas y de Asia.
Al tiempo que señala los logros tempranos de África, Rodney no menosprecia las diferencias entre Europa occidental y África. Rodney no exagera el desarrollo de África previo al siglo XV. Rodney no podría estar más lejos de muchos afrocentristas que falsifican locamente la historia para reivindicar virtualmente a África como el centro de todos los grandes avances. Rodney es un científico, no un cuentista ni un muñidor de mitos. Es parte de la tradición marxista. Él no romantiza el África postcolonial. Rodney no es un utópico que añora el regreso a una “edad de oro” que nunca existió. Rodney pone de manifiesto que las sociedades africanas tenían sus propias contradicciones y distribuciones de poder.
Metafísica imperialista y productivista
En el Manifiesto, Karl Marx describe el desarrollo de la sociedad europea occidental, y del mundo, como una marcha desde el comunismo primitivo a la sociedad esclavista, al feudalismo y al capitalismo. Aunque en otros escritos Marx a veces postuló otros modos de producción, como el “modo asiático”, algunos sostienen que esta marcha, este patrón de desarrollo es inevitable y universal. A menudo tales afirmaciones se hacen con poca base en investigaciones concretas sobre las particularidades del desarrollo, especialmente fuera de Europa. Con frecuencia tal perspectiva sirve a los llamados marxistas que disculpan o que incluso se ponen de parte del imperialismo. Desafortunadamente, estos farsantes encuentran algo de apoyo para sus puntos de vista reaccionarios en ciertos aspectos de la tradición marxista, especialmente en obras que sobrestiman el papel del desarrollo de las fuerzas productivas como motor de la historia. Ciertos aspectos de esa tradición fueron criticados por los maoístas, a la cual daban el nombre de teoría de las fuerzas productivas, una teoría revisionista.
Los primermundistas, chovinistas y racistas a menudo aseguran que el imperialismo, a pesar de sí mismo, es bueno para las regiones atrasadas del mundo porque les lleva tecnología, sirve para modernizar y barre los primitivos grilletes feudales que impiden el desarrollo. De esa manera, invocan a Marx para hacerse eco de la narrativa de los esclavistas. Este modo de pensamiento revisionista es común, en grado variable, entre un gran número de políticos revisionistas, desde Kautsky, Trotsky y Krushschev hasta Liu Shaoqi y Den Xiaoping. A veces se le encuentra, aunque en menor grado, entre marxistas que forman
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