ANÁLISIS CRÍTICO DEL LIBRO "ATILA, LOS SECRETOS DEL LIDERAZGO"

ASIGNATURA

LIDERAZGO ESTRATÉGICO

CATEDRÁTICO

MAG. FAP CESAR TORRES VEGA

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ENSAYO

ANÁLISIS CRÍTICO DEL LIBRO

"ATILA, LOS SECRETOS DEL LIDERAZGO"

COR. FAP MARCO APARICIO BACA

1. INTRODUCCIÓN

Atila es conocido en la historia como el “Azote de Dios” y su nombre ha pasado a ser sinónimo de crueldad y barbarie, pues a través de los años, la historia nos hizo conocerlo más como un tirano bárbaro, un guerrero salvaje y sin corazón, que como un ser humano con sus virtudes y defectos, pero que supo inculcar principios, unir a sus pueblos y ser amado por ellos, así como obtener grandes conquistas.

Para entrar en el contexto, sabemos que los Hunos eran un pueblo nómada y para el mundo civilizado de aquella época, se trataba de bárbaros no demasiado diferentes a los animales salvajes, tanto en su aspecto como en su vida. De este mundo bárbaro y confuso surgió uno de los líderes más formidables que el mundo haya conocido: Atila, Rey de los Hunos, quien nació el año 395, siendo hijo del Rey Mundziuck, quien murió cuando Atila todavía era un niño. Su tío Rodas fue coronado rey y cuando Atila contaba con doce años, fue enviado en calidad de rehén a la corte romana de Honorio. A cambio, Rodas acogió al joven Aecio, con lo cual se cumplía el acuerdo de intercambio perpetuado por los romanos.

Gracias a que Atila vivió su juventud en la corte romana pudo dedicarse a estudiar su política interior y exterior, así como a sus fuerzas militares, calibrando su potencia y su vulnerabilidad, sobretodo porque mantenía un fuerte odio y desprecio a la civilización romana. Cuando Atila regresó a su tierra, inició su ascenso al poder dedicándose a renovar y desarrollar sus relaciones con los jefes tribales. Una vez convertido en Rey, comenzó a unificar a las otras tribus para construir la nación de los hunos y aunque imponía su poder, demostró siempre mucha humildad y gozaba de una alta consideración, caracterizándose su reinado por la justicia.

En la obra “Atila, Los Secretos del Liderazgo”, el autor Wess Roberts, revela características de un líder con principios, valores y virtudes, que a pesar del tiempo transcurrido, no han perdido su vigencia, manifestando que nadie mejor que Atila, quien sufrió en carne propia los rigores de una vida cruel, ha sabido desarrollar y mantener la imagen de líder audaz, vigoroso y rudo, que realizó proezas impresionantes y que hizo gala en forma natural, de principios y fundamentos básicos del liderazgo, dándonos una perspectiva diferente de este personaje, ya que hoy en día podría ser descrito como un hombre emprendedor, diplomático, reformador social, estadista, civilizador y líder brillante, entre otros atributos.

En cada capítulo de la obra se hace una breve descripción de hechos en la vida de Atila que permitieron ubicarse en la situación descrita y en las experiencias que sustentan, con lo que se podría efectuar una comparación con algunos principios y conceptos de liderazgo. Por ello, el presente trabajo de análisis crítico sobre el libro de Wess Roberts, se desarrollará teniendo en cuenta la comparación con los conceptos generales de liderazgo y otros de gran importancia mencionados en clase, para determinar el tipo de liderazgo de Atila y su validación.

2. DESARROLLO

Desde el comienzo de la obra, se puede apreciar que la perseverancia y trabajo en equipo son factores que permitieron a Atila lograr sus objetivos, constituyéndose así en uno de los libros más completos en materia de Liderazgo, mostrando a este personaje en el desarrollo de muchos conceptos relacionados con la estrategia y la guerra en los escritos de Sun Tzu.^[1]

De conformidad con las enseñanzas de Atila, los líderes deben demostrar en todos los niveles, pericia, habilidad y actitud adecuada, que les permitan desempeñar con éxito las responsabilidades propias de su cargo, siendo esencial inculcar en los jóvenes las cualidades necesarias, que les permitan demostrar en todo momento, un excelente desempeño en los futuros cargos asignados. Estas cualidades son: lealtad, valor, deseo, resistencia emocional, resistencia física, comprensión, decisión, anticipación, oportunidad, espíritu de victoria, seguridad de sí mismo, tacto, responsabilidad, credibilidad, tenacidad, fiabilidad y organización

Con estos enunciados, Atila nos enseñó que las claves para asegurar la formación de excelentes líderes están referidas a poseer ciertas cualidades y a una vasta experiencia que los distingan sobre los demás. Los líderes comprometidos, aquellos que sienten la ambición del liderazgo y a quienes impulsa la voluntad de servir, se distinguirán por su sabiduría, sinceridad, benevolencia, autoridad y sobretodo su valentía, que según Sir Winston Churchill “la valentía es estimada correctamente como la primera de las cualidades humanas, porque es la que garantiza todas las demás”. ^[2]

El líder debe estar dispuesto a asumir las responsabilidades y a ser perseverantes y ambiciosos, demostrando siempre sabiduría, sinceridad, benevolencia, autoridad y valentía. Todo aquél que aspire a convertirse en un líder, debe aprender a adaptarse y adherirse a las costumbres de la organización a la que desea pertenecer; es por ello que a todos debe guiarlos el mismo propósito y, tener presente que cuando se establecen métodos, deben enseñarse a toda la organización para que entiendan lo que se espera de ellos en cada situación.

Es importante valorar la situación de la organización y el propósito de ella, a fin de establecer claramente las estrategias a aplicar y su estructura, todo ello orientado al cumplimiento de los objetivos trazados y a la unidad de la organización, siendo la moral y la disciplina fundamentales para ello. La moral es el espíritu que se pone a disposición de la organización y la disciplina produce la moral y la fuerza que guía a todos a cumplir los objetivos trazados. La falta de ambos es la peor enfermedad que pueda atacar a una organización.

Para desarrollar todo el potencial de los líderes, se debe buscar integrar a todo el personal de la organización y experimentar la satisfacción que se siente al saberse parte de ella. Su valía dependerá exclusivamente de su deseo de dar apoyo en cualquier circunstancia, a todas aquellas metas que se haya trazado. Para ello es importante inculcar en el personal el sentido de justicia y el respeto a las políticas de la organización. El espíritu de unidad, basado en el ejemplo y la confianza ganada, debe ser el principio fundamental que rija su comportamiento.

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