Adaptacion Literaria De Un Cortometraje
Enviado por SasiGarcia • 11 de Marzo de 2012 • 2.768 Palabras (12 Páginas) • 721 Visitas
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
SISTEMA DE EDUCACION MEDIA SUPERIOR
PREPARATORIA REGIONAL DE CIHUATLAN
LECTURA RECREATIVA
ADAPTACION LITERARIA DE UN CORTOMETRAJE
“THE FANTASTIC FLYING BOOKS OF MR MORRIS LESSMORE”
(Corto animado de William Joyce y Brandon Oldenburg)
&
“DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS”
(Obra literaria de Gabriel García Márquez)
Profesor: David Contreras Estrella
4° Semestre B. Turno Matutino.
Autor: Sesasi Tsanda García Ruiz
Fecha: 08/03/12
El poder por fin darle un final a aquel libro le llevaría a la gloria, después de todo había dedicado los últimos 6 meses a poder terminar aquella obra y ese no era sino un esfuerzo extra comunal. Pero bueno eso no era lo importante, lo que realmente tenía importancia era que al fin había podido ponerle punto final a su libro. De pronto, la ciudad se oscureció y una neblina densa cubrió la ciudad, de tal manera, que incluso era imposible verse los pies.
“¿Qué es todo esto?...” pregunto para sus adentros mientras abrazaba contra su pecho el producto de sus últimos seis meses. Pasara lo que pasara, no abandonaría ese libro por nada del mundo; después un aire, con la fuerza del ojo de un huracán, comenzó a soplar llevándose consigo la ciudad por partes y, entre esas partes, arraso con la banca del parque en la que Gabito había estado toda la tarde dándole los últimos detalles a su obra literaria. No podía creer (a pesar de todos los mundos y situaciones ficticias que el mismo había creado) que todo aquello estuviera pasando y confió plenamente en que en algún momento despertaría babeando sobre el escritorio del despacho en su casa. Pero eso no pasaría, al menos no en ese momento, porque en un abrir y cerrar de ojos el aire dejo de soplar y con ello las casas cayeron al suelo del que en su momento habían sido arrancadas.
Gabriel realmente no sabía que pasaba allí, ningún lugar a los alrededores de Abdulia se parecía a aquel panorama que ahora contemplaba. Pero eso no era lo más importante en ese momento, lo realmente relevante era que a pesar de haber estado en medio de lo le había parecido el ojo de un huracán, estaba sano y salvo… completito. Pero de su libro ni un rastro… “No puedo creerlo, me esforcé demasiado… Tuve que forzarme a mí mismo para que saliera esa historia y lo he perdido” la indignación por lo que acababa de pasar lo embriago, pero aun así sabia que la pérdida de su libro recién terminado y el que no supiera realmente donde estaba eran solo insignificancias comparadas con el que en ese preciso momento siguiera respirando y pudiera levantarse a caminar sin la menor dolencia.
Pero lo que le pareció aun más sorprendente fue que el lugar estuviera tan gris como las películas que había podido ver en los cines de la ciudad, el solo estar allí; provocaba a uno la sensación de estar vacio y esa era una noción que no hacía muy feliz a Gabriel. Siguió caminando y entonces vio algo muchísimo más increíble que aquel sorpresivo huracán que lo había arrastrado hasta allí… algo aun más sorprendente que el estar en un mundo donde si su percepción no le fallaba todo era gris: libros volando cual pájaros en primavera. Se restregó dos veces los ojos e incluso se pellizco por si así podía volver a la realidad… Pero nada. Entonces alzo la vista al cielo y pudo ver a una hermosa joven volar atada de algunos de esos libros voladores, la joven le sonrió y un libro se dejo caer. Aterrizando a los pies del hombre, el libro increíblemente pasaba sus hojas a gran velocidad y aun más increíble era que a través de sus páginas ilustradas se expresara cual humano.
Y entre dudas y desconfianza, complació el pedido del libro de que le acompañara. Caminaron a travesando un campo que a diferencia de la parte de la ciudad que el había visto al llegar, si tenía color. Y no solo eso un gran número de libros sobrevolaban ese lugar y llegaban a un mismo punto un gran edificio en el centro de aquel lugar. Al entrar el hombre se vio rodeado de estantes y más estantes de libros, además de libros que al igual que el libro que lo había guiado hasta allí se movían a su placer y a sus maneras se comunicaban con él.
Entre tantas letras y hojas impresas el buen hombre se vio en un sueño hecho realidad… Una gran biblioteca con miles de libros llenos de información de distintos temas. Como es bien sabido “quien tenga tienda que la atienda” es decir, si bien nuestro amigo Gabriel se encontró con el sueño dorado de todos nosotros como lectores, tuvo que poner de su parte para que aquello siguiera funcionando: ponerle protectores a las pastas de los libros, darles muestras de cariño al leerlos y no solo eso sino también salvar a aquellos que estaban en estado decrepito y que con solo un pequeño roce se deshacían por completo.
Así mismo el escritor, gracias a la convivencia con tantos libros llenos de letras su gusto por la escritura volvió a aparecer. Tomo un libro que había encontrado, el cual estaba en blanco, y comenzó a llenarlo de letras. Esta vez quería empezar desde cero, que su historia se basara en sus sentimientos y en el mundo con el que ahora convivía…
Se escuchaba en la ciudad que un perro había mordido a algunas personas y que les había contagiado la rabia, a uno de ellos con el simple hecho de que una de sus heridas entrara en contacto con las babas del perro.
Ese mismo perro había mordido a Sierva María, una niña de doce años hija de unos marqueses quienes no le querían. La esclava que acompañaba a Sierva sólo le dio la noticia a la madre.
Unos días más tarde se enteró el padre y fue al hospital a ver a aquellos hombres a los que les había contagiado la rabia el perro. Estaban en muy mal estado, tirados en el suelo y se tenía sumo cuidado de no tener contacto alguno con ellos.
Mientras volvía el marqués a su casa vio en el camino a un hombre al lado de un caballo muerto, era nuestro buen amigo Gabito. En el camino comenzaron a hablar del caso de estos enfermos, ya que el padre de la niña se había interesado mucho en el tema.
Gabriel le preguntó porqué se interesaba tanto por este tema y el marqués le contó lo de su hija. El escritor que había leído sobre el tema en algún libro de la extensa biblioteca en la que ahora vivía, le dijo que las soluciones que existían para esa enfermedad, era dejar a esos enfermos solos hasta que murieran o se curaran por un milagro.
El escritor fue a visitar a Sierva María sin embargo esta no tenía ningún síntoma de rabia y ya hacía tres meses que el perro le había mordido, por tanto le dijo al marques que la sacara a ver
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