Administracion Del Tiempo
Enviado por Otinice • 5 de Octubre de 2013 • 1.488 Palabras (6 Páginas) • 360 Visitas
Principios generales: Teóricos
• El tiempo es un acuerdo noble y justo que se distribuye equitativamente a nobles y ricos, a débiles y poderosos, a jóvenes y ancianos. Todo mundo dispone de todo el tiempo que hay, ni más ni menos
• Nuestro tiempo es un campo muy expuesto a engaños y a ilusiones. La mayoría de las personas no sabemos de manera exacta cómo lo estamos administrando
• La mayor parte de los problemas y de las pérdidas de tiempo surgen de actuar sin pensar. El buen uso del tiempo exige planear igualmente nuestro futuro mediato (objetivos a largo plazo) nuestro futuro inmediato (objetivos a mediano y corto plazo)
• Las tareas que cualquier persona afronta no tienen la misma importancia. El tiempo disponible les debe ser asignado en orden de prioridades
• Como nadie tiene el control absoluto de todas las circunstancias y factores , toda programación del tiempo personal debe ser flexible para poder adaptarse a los imprevistos
• En muchas ocasiones se crea una tensión entre lo urgente y lo importante (lo urgente es lo que exige atención inmediata). La tirania de lo urgente hace postergar los objetivos más importantes a largo plazo, olvidar las prioridades y responder en exceso a los problemas como si todos fueran crisis
• El uso del tiempo es óptimo cuando se logran los máximos beneficios con un mínimo de esfuerzo
• Hay problemas que tienden a solucionarse por sí solos. El saber identificarlos y dejarlos de lado redunda en un ahorro de tiempo y de energía (principio del descuido calculado)
• El hábito de posponer decisiones y acciones es un modo común de perder no solo el tiempo, sino muchas oportunidades valiosas de todo género
• Es frecuente que actividades que rinden poco consuman mucho tiempo de las personas y de las organizaciones (alrededor del 80%) actividades que rinden mucho consuman poco tiempo ( alrededor del 20%). Este principio es conocido como “la regla de 80/20”
Principios prácticos: aplicados
• Para quien sinceramente se propone mejorar la administración de su propio tiempo, el primer paso consistirá en averiguar como lo esta empleando (análisis del tiempo)
• Anticipar y prevenir es mejor que remediar. Casi todo toma más tiempo del que originalmente se piensa. Si se prevé lo inesperado se evitan desagradables sorpresas y se tiene la capacidad de mantenerse dueños de la situación
• Los plazos definidos fuerzan en forma adecuada la acción. El imponerse a si mismo fechas límite facilita la autodisciplina y la toma de decisiones, y de este modo favorece la eficiencia
• Tener los propios objetivos vitales por escrito y revisarlos periódicamente ( por ejemplo, una vez al mes, o al menos cada seis meses) parece ser la mejor garantía de no perder la orientación y de no malgastar el tiempo y energías en cosas secundarias
• Agrupar tareas similares formando bloques evita confusiones, elimina repeticiones y economiza tiempo y esfuerzos
• Siendo las interrupciones enemigos crónicos del tiempo, conviene diseñar tales programas y controles que, por su propio peso reduzcan dichas interrupciones
• Algo útil para lograr una estructura consiste en dividir los propios objetivos en:
Objetivos de mantenimiento: actividades de alimentación, ejercicio, recreo, terapias
Objetivos de crecimiento: fortalecerse física y mentalmente, aprender (leer, tomar cursos), ocupar determinados cargos
Objetivos de innovación: nuevos métodos, nuevos campos de acción, nuevas relaciones sociales, productos más creativos.
• Los conflictos entre objetivos se resuelven estableciendo y decidiendo prioridades
“LADRONES DEL TIEMPO DEL EJECUTIVO”
• Planeación deficiente, ya sea porque los objetivos no quedan claros o porque falla su distribución en las cuatro categorías: inmediatos, a corto, mediano y largo plazo.
• Jerarquización insuficiente de prioridades.
• Incapacidad para decir “NO”, fuente a su vez de múltiples interferencias extrañas.
• Poca habilidad en el manejo de las interrupciones.
• Resistencia de delegar, o el no saber cómo delegar en forma adecuada.
• Falta de motivación y disciplina de él y su equipo.
• “Abarcar mucho y apretar poco”: el empeño en hacer demasiadas cosas al mismo tiempo.
• Apoyo secretarial ineficiente.
MITOS
Existen también algunos mitos, que son otros tantos “ladrones del tiempo” del ejecutivo.
• El mito del activismo: “El ejecutivo más lleno de trabajo es el más eficiente”. Se repite la ironía del caminante que, al perder la ruta, redobla el paso y se agita más… para no llegar a ninguna parte.
• El mito del centralismo: “cuando más alto sea el nivel en que se manejen los asuntos, tanto mejor”. Se regatea la delegación y se pretende hacer las cosas uno mismo “para estar en todo”: invadiendo puestos, aplastando
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