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Ambar En Cuarto Y Sin Un Amigo


Enviado por   •  8 de Mayo de 2012  •  4.684 Palabras (19 Páginas)  •  1.884 Visitas

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Ambar en Cuarto y sin su amigo

(Paula Danziger)

Uno

Ambar había amanecido revisando el “Libro de Papá” este ere un libro que contenía fotografías de ella con él y algunas de su madre. Y también había fotografías de ellos dos solos antes que se separaran.

Su padre la había ido a ver a casa de tía Pam a Inglaterra ya que Ambar enfermó con varicela y no pudo viajar a Francia.

Ambar hablaba sola de estas cosas, recordando y pensando lo nerviosa que se encontraba porque estaba a punto de ingresar al colegio a cuarto grado y le habían comentado que cuarto grado era difícil y ya no estaría su profesor el Sr. Coten y no tendría un mejor amigo. Pues Justo se había cambiado con su familia a Alabama.

Le preocupaban muchas cosas, si el pupitre le tocaría cojo, si no podía conseguir un mejor amigo. Ambar seguía con sus dudas y por otra parte le hablaba a la fotografía de su padre como si pudiera escucharle. Le comentaba que su madre tenía un nuevo amigo llamado Max, había comenzado a salir con ella cuando Ambar estaba de vacaciones en Inglaterra. Al parecer a su madre le gustaba mucho.

Su madre había querido que se conocieran a lo que Ambar se había negado. No quería que su madre tuviera un amigo, esto la había hecho llorar muchísimo, con lágrimas de verdad como decía ella y no de mentira.

Le decía a la fotografía de su padre que si pensaba volver a vivir con ellas, lo hiciera pronto.

En ese momento apareció su madre a preguntarle cómo se veía, realmente se veía muy bien pero Ambar no quería decírselo. Olía muy bien, pero Ambar tampoco quería decírselo. Su madre saldría esa noche con su amigo Max. Le preguntaba a qué hora volvería y su madre le dijo que tarde pero, que no se preocupara porque Juana pasaría la noche en casa. Ambar insistió en que la esperaría despierta. En el intertanto de tanto nervio Ambar no dejaba de morderse el cabello a lo que su madre le recordó el gato de tía Pam que andaba escupiendo volas de pelo por la casa y que ella terminaría igual

Dos

Ambar no quería levantarse, para ella era muy difícil tener que oír a su madre comentar lo bien que lo había pasado con Max la noche anterior. A su mamá realmente le gustaba Max y le insistía, que a ella también le gustaría a lo que Ambar pensaba que no. Y también de lo que estaba segura era que no quería levantarse de la cama para ir al colegio.

Su despertador comenzaba a sonar, se lo había regalado su tía Pam. Este tenía forma de cerdo metido en un baño de espuma, cuando le metía una moneda se reía y le daba las gracias. Ambar lo apagaba para que no siguiera sonando pero luego venía el “Mamá Despertador” como llamaba ella a su mamá cuando venía despertarla. No había botón para apagar este despertador. Le hacía cosquillas y no había nada que le molestará más a Ambar que le hicieran cosquillas. Su madre le haría un desayuno muy alimenticio y luego la llevaría al colegio. Ambar le decía a su madre que ella podía ir sola. Era un tema que ya habían discutido, su madre la llevaría al colegio en auto y por la tarde la pasaría a buscar después de la permanencia.

Ambar pensaba que la culpa de todo, la tenía el padre de Justo, si no hubiera aceptado ese estúpido trabajo sus vidas no habrían cambiado. Entre tanto Ambar se hacía muchas preguntas. Si Justo estaría pensando lo mismo, si se estaría preparando para ir a su primer día de clases. Si él la echaría de menos como ella a él.

Mientras se duchaba pensaba en muchas cosas, cómo sería el profesor de este año, en qué banco se sentaría, quién se sentaría a su lado. Si, Ana Burton seguiría siendo antipática con ella. Si algunos chicos seguirían siendo igual de bobos como el año pasado. Si habría alguien nuevo en la clase que necesite un mejor amigo.

Se viste y sale con unas mallas negras y una camiseta negra que le había comprado tía Pam. Donde aparece el mapa del centro de Londres. No se la había puesto hasta ahora, pues la había guardado para el primer día de clases. Se ponía sus zapatos nuevos, primero el derecho y luego el izquierdo, era una manía.

Guardando sus cosas en su mochila de color rosa fosforescente, cuelga del cierre el duende de la buena suerte que le regaló su tía Pam hace dos años. En ese momento suena el teléfono, era su padre desde Francia.

Su padre la llamaba para desearle un estupendo primer día de colegio. Que le habría gustado haber estado ahí. Ambar preguntaba sin con ellas ya que le encantaría que su padre y su madre volvieran a vivir juntos. Su padre le aclara que en otra casa. Ambar le dice a su padre que lo echa de menos y él también a ella. Le prometió llamarla por la tarde para que le contara como le fue en todo. Al colgar hicieron un concurso de besos, ruido de besos y cada vez más de prisa hasta que uno de los dos se cansara. Ambar ganó como siempre.

Ese llamado había puesto muy contenta a Ambar, lo único que la entristecía era que él vivía muy lejos. Le gustaría que ya fuera el día siguiente y haber conocido a su profesor, que fuera estupendo y que la encontrara estupenda a ella también.

Tres

Ambar pensaba que el patio de recreos debía llevar el nombre de “el patio de hacer nada y hablar” por lo menos para los de cuarto para arriba. No veía nadie nuevo en cuarto. No había nadie sin mejor amigo, excepto ella.

Alicia Sánchez le preguntaba qué había hecho este verano. Ambar le contestaba que había ido a Inglaterra. Mentira decía Ana Burton, estas presumiendo. Noemí le preguntó a Ana que qué había hecho, su familia había arrendado una casa en la playa, por eso había llegado tan morena. Dónde está Brenda, preguntó Alicia. Ana se encogía de brazos. Al parecer Ana también estaba sin su mejor amiga al igual que Ambar, pero Ambar pensaba que era tan idiota que de ninguna manera quisiera ser su mejor amiga. Era un mounstruo que debería ser su Enemiga. Tifany le comenta a Ambar que se enteró que había tenido varicela en Londres, y Ana dijo inmediatamente, pero yo la tuve primero y ahí comenzó la discusión. Ana mostró una polera que habían traído sus padres de la playa que decía: “Mis padres se casaron y todo lo que trajeron al mundo fue esta estupenda criatura”.

En ese momento llegan Jaime y Roberto haciendo ruidos ordinarios. Jaime anuncia que harán las olimpiadas de los eructos y que todo el que quiera se puede inscribir. Ambar decidió ir a buscar su lápiz para inscribirse. Noemí también se inscribe. Roberto dice que habrá un estupendo premio. Jaime levanta la mano como señalando un invisible trofeo. Darían como l premio la sirena musical que Jaime le había regalado a su hermana en Navidad. A ella no le había gustado, se lo

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