Anatomia Y Fisiologia Del Sistema Cardiaco
Enviado por iselamoraro • 3 de Marzo de 2013 • 6.252 Palabras (26 Páginas) • 556 Visitas
TRACCIONES Y MANIPULACIONES
L.P. Rodriguez, J.C. Miangolarra Page y R. Valero Alcaide
TRACCIONES
Técnica terapéutica ya descrita por Hipócrates en el siglo V a.C., de cuyos trabajos se hicieron eco Asclepía¬des y Galeno en el siglo II d.C., proponiéndola en la escoliosis. Los cordobeses Avicena y Albucasis, en el siglo XI, continuaron recomendándola en desviaciones del eje de la columna vertebral, fracturas y algias. La influencia clásica se extiende hasta el Renacimiento en numerosos tratados clínicos y descripciones gráfi¬cas (fig. 4.1). En todas las épocas, numerosos médicos se han interesado por ella, entre los que destacan Ambroise Paré, en el siglo XVI, y Cyriax, como el “redescubridor” y actualizador a partir de 1950.
Concepto
Se define tracción como la “acción o efecto de tirar de alguna cosa para moverla o arrastrarla” (Diccio¬nario de la Real Academia de la Lengua Española). La tracción terapéutica es la «aplicación de una fuerza a una parte del cuerpo para estirar los tejidos, sepa¬rar las superficies articulares o fragmentos óseos». Se trata, por lo tanto, de una fuerza aplicada esencial¬mente perpendicular a las carillas articulares y se¬cundariamente paralela al eje de las palancas óseas o del segmento corporal traccionado.
Se emplea en ortopedia como técnica de realinea¬miento y contención ósea tras traumatismos acci-dentales y cirugía. En medicina física tiene su base clínica como terapéutica conservadora no quirúrgi¬ca, con la finalidad de provocar la separación ósea con incremento de la interlínea articular; nos referi¬remos exclusivamente a esta acepción en adelante.
Principios y objetivos
Las tracciones se han propuesto como la modalidad de tratamiento para los desórdenes dolorosos, las deformidades y la pérdida del arco articular, especialmente de la columna vertebral. Esta técnica se encuentra sometida a discusión, consecuencia de diversos factores:
1) Procedimiento terapéutico conocido desde la anti¬güedad y aplicado a casi todas las afecciones os¬teoarticulares
2) Bases terapéuticas empíricas.
3) Pocos estudios controlados.
4) Métodos de aplicación diversos, que han contribui¬do al confusionismo.
5) Parámetros de aplicación diversos no protocoli¬zados ni comprobados.
6) Discordancia clinicorradiológica.
Desde el punto de vista fisiopatológico, se ha dife¬renciado entre el efecto descompresión, generado por la tracción en la interlínea articular, lo que alivia la sintomatología, pero con separación virtual no obser¬vable por medios diagnósticos, y el efecto decoap¬tación, generado por una fuerza de tracción de mayor intensidad, que genera separación real y objetivable, como en el caso de la columna vertebral cervical cuando se provoca «elongación», secundaria a una fuerza de solicitación tractora, es decir, un aumento de su longitud.
A pesar del escepticismo sobre la eficacia postrac¬ción y de las opiniones negativas, como la de Weim¬bergen: «irracional, contraproducente, no fisiológi¬ca y traumática» (su trabajo adolece de defectos de forma y de fondo en la recopilación de datos serios), deben analizarse las conclusiones establecidas por gran número de estudios de carácter anatómico-experimental:
1. Los ligamentos toleran mejor incrementos pro¬gresivos de la carga; separaciones interverte-brales de 1-2 mm son inferiores al punto lími¬te de tolerancia a la ruptura del ligamento.
2. El disco intervertebral recupera su estructura macroscópica y microscópica con verticaliza-ción de las fibras del anillo fibroso. Se produce incremento de la cavidad intradiscal, así como el fenómeno de aspiración del disco hacia su interior, por succión, consecuencia de presiones intradiscales negativas, si bien estudios con autotracción de baja intensidad no lo eviden-ciaban, posiblemente por contracción isométrica muscular defensiva, recientes trabajos sí muestran caídas del orden del 25% de la presión, incluso hasta -100 a -160 mm Hg en disco L4-L5 con cargas de 22 a 45 kg. Sobre la hernia discal, los datos macroscópicos se mues¬tran discordantes, según diversos autores. Si bien no se evidencia disminución de la protru¬sión tras la tracción, no se excluye el hecho de una regresión temporal que alivie la presión sobre la raíz nerviosa y permita recuperar la microcirculación, atenuando la inflamación perineural y generando: alivio del dolor, ate¬nuación de los potenciales evocados soma¬tosensoriales, normalización de la temperatura cutánea y mejora de la fuerza medida isoci¬néticamente.
3. Las articulaciones interapofisarias posteriores se deslizan longitudinalmente con signos de re¬paración, con adelgazamiento de los ligamen¬tos amarillos en el área lumbar, descompri-miendo formaciones meniscales o repliegues sinoviales.
4. Sobre los músculos paravertebrales se ha for¬mulado la hipótesis de un efecto decontracturante por el estiramiento pasivo. Exclusivamen¬te en tracción invertida por gravedad se ha demostrado, en el resto de las técnicas, que la actividad electromiográfica se incrementaba o permanecía invariable (especialmente se obser¬vaban estos fenómenos en el músculo trapecio superior, si además se flexionaba la columna cervical para la tracción entre los 10 y 35 grados) ; atri¬buible al reflejo miotático al inicio de la trac¬ción, se atenuaba a partir de los 3 a 6 minutos, lo que apoyaba la idea clásica de Cyriax de fa¬tigar el músculo por estiramiento con traccio¬nes mantenidas de larga duración.
5. Las vías nerviosas de la nocicepción son esti¬muladas -cabe suponer que se bloquea la señal dolorosa según la teoría del gate control por los numerosos mecanorreceptores de los múscu-los, tendones, ligamentos intervertebrales y cápsula articular, pero hasta el presente no se ha demostrado.
Se consideran objetivos de las tracciones vertebrales: elongar la región espinal posterior; ensanchar el es¬pacio discal; separar las articulaciones apofisarias vertebrales; aumentar el espacio intervertebral fo¬raminal; facilitar estiramientos musculotendinosos y de los ligamentos y disminuir el dolor de origen radiculovertebral.
Clasificación
Según el agente motor de la solicitación, las traccio¬nes articulares se dividen en: activas (el propio pa¬ciente es agente motor, autotracciones), de carácter manual o mediante sistemas intermediarios meca¬noterápicos sencillos, y pasivas (el agente motor es alguien o algo exterior al paciente).
Según el objetivo articular, se diferencia entre trac¬ciones vertebrales y de otras articulaciones. Dentro de las pasivas, ambas pueden ser, a su vez: manuales (se denominan, según las diversas escuelas: técnicas ci¬nesiterápicas pasivas forzadas, manipulaciones,
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