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Análisis De "A La Deriva" De Horacio Quiroga


Enviado por   •  9 de Mayo de 2015  •  4.538 Palabras (19 Páginas)  •  1.497 Visitas

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ANÁLISIS

1. DATOS EXTERNOS

1.1. EL AUTOR: ÉPOCA Y MOVIMIENTO. VIDA Y OBRA.

El Modernismo surgió, en América Latina, a finales del siglo XIX. Este movimiento invirtió la tradicional dependencia de la producción literaria realizada en tierras periféricas con respecto a los dictados de las metrópolis europeas. A partir de los textos de José Martí, de Rubén Darío y de otros grandes escritores de ese momento, la literatura latinoamericana cobró conciencia de su propio valor y lugar en el contexto sociocultural.

Este proceso se deslizó por dos andariveles complementarios: en el plano social, la autoafirmación del escritor como figura independiente junto al reconocimiento de la singularidad de su quehacer, lo cual supuso dar los primeros pasos firmes en el camino de la profesionalización del escritor. A la vez, en el plano estricto de su trabajo, los modernistas han de reconocer el lenguaje como instrumento originario y clave de toda producción literaria.

Si bien es cierto que este cambio fue más profundo en el terreno de la poesía, en el de la ficción hay un nombre que establece un antes y un después: Horacio Quiroga. Su producción se compone de once libros más un texto escolar en colaboración, un abultado epistolario, incursiones en el cine y teatro e innumerables artículos, relatos y cuentos publicados en diarios y revistas y no recogidos en libros.

Quiroga nace en la ciudad uruguaya de Salto el 31 de diciembre de 1878. A los tres meses su padre muere accidentalmente en una incursión de caza. Al tiempo, su madre vuelve a casarse y su padrastro, con quien Horacio llega a tener una buena relación, se suicida.

Hacia 1896 se reúne con un grupo de amigos para intercambiar prosas y poesías, propias y ajenas, para leerlas en voz alta y jurar sobre la “Oda a la desnudez” de Leopoldo Lugones, dios de un Olimpo en el que también habitan Darío, Becquer, Gutiérrez Nájera y otros elegidos. Por esa época empiezan a aparecer sus primeras colaboraciones en las revistas salteñas. Tiempo después se instala en Montevideo y con dicho grupo de amigos, más algún nuevo adherente, fundan el Consistorio del Gay Saber, un cenáculo intelectual que será reconocido como “el primer laboratorio poético del Rio de la Plata”.

En 1901 edita Los arrecifes de coral, libro que alterna poesías y prosas poéticas. Pero la alegría es efímera. Quiroga pierde por esos días a dos de sus hermanos y, en un desafortunado episodio, mata accidentalmente a su mejor amigo. Se refugia entonces en la casa de su hermana mayor en Buenos Aires, quien lo protege y lo ayuda. En 1903 comienza a dar clases de castellano en el Colegio Británico y a colaborar en publicaciones porteñas; pero el hecho decisivo es su participación como fotógrafo en la expedición de estudio comandada por Lugones a las ruinas jesuíticas de Misiones: es su primer contacto con la selva y es el deslumbramiento ante esas tierras de fronteras. Tres años después, publica El crimen del otro.

Desde fines de 1905 Quiroga se reinserta en la vida cultural de Buenos Aires, retoma el magisterio, adquiere tierras en Misiones, colabora en Caras y Caretas, publica Historia de un amor turbio (1908) y se enamora de Ana María Cirés, una alumna de 15 años, con quien se casa. Juntos se van a vivir a la selva misionera. Allí, Quiroga escribe algunos de sus mejores relatos, aquellos que lo han de erigir en el fundador del cuento moderno en lengua española. Son los años de la maduración definitiva de su escritura: ante una naturaleza avasallante y un contorno social pleno de desafíos, Quiroga asume los grandes temas del hombre a partir de esa realidad que habita, despojando su prosa de todos los resabios decadentistas, hasta tornarla acerada, pura fibra, de segura eficacia. “A la deriva”, cuento publicado en el magazine Fray Mocho el 7 de junio de 1912, es uno de los grandes ejemplos en este sentido. Este relato pertenece al tipo de relato “cuentos de monte”, que Quiroga comienza a escribir alrededor de 1910, justo tras radicarse en la selva misionera. En él, igual que en muchos otros “cuentos de monte” aparecen todos los elementos que hacen inconfundibles sus textos más personales: la experiencia vivida que sirve como base para la elaboración de la ficción, la soledad del hombre en medio de la naturaleza hostil, el trabajo y la actividad constantes como medios para aprovechar el mundo natural y dominarlo, y por último, la muerte como resultado inevitable de esa relación entre el hombre y la naturaleza.

Su mujer, que no se adapta a ese ámbito semisalvaje, cae en frecuentes depresiones y termina suicidándose a fines de 1915. Un año después Quiroga regresa a Buenos Aires, donde escribe infatigablemente. En 1917 aparecen Cuentos de amor, de locura y de muerte.

En las publicaciones más prestigiosas de esa época aparecen sus colaboraciones. Muchos de sus cuentos son luego recogidos en libros: Cuentos de la selva (1918), El salvaje (1920), Anaconda (1921), El desierto (1924) y Los desterrados (1926). En esta etapa de su vida ha de saborear el reconocimiento y la gloria. Hasta llega a constituirse un grupo de artistas y escritores bajo su liderazgo, el grupo Anaconda. En 1927 se casa con María Elena Bravo, una bella muchacha veinteañera amiga de su hija Eglé.

Sin embargo, hacia fines de la década, gradualmente su aureola se ha de ir ensombreciendo. Aparecen jóvenes vanguardistas (Borges, Marechal, Girondo, González Tuñón) que desdeñan al barbado cuentista. Su segunda novela, Pasado amor (1929), no tiene éxito; cada vez los medios reclaman menos sus colaboraciones y el gobierno uruguayo cambia de signo y le quita el sueldo. En esos años irá dejando de escribir cuentos (Más allá, de 1935, recoge textos anteriores a esa fecha). En 1932 decide regresar a Misiones.

Allí, la convivencia se hace difícil y su mujer lo abandona. Queda solo, apenas con sus sueños y el cariño de unos pocos amigos lejanos. Como sus problemas de salud se irán agravando, vuelve a Buenos Aires a internarse en el Hospital de Clínicas. Cuando corrobora que padece de cáncer terminal, ingiere una fuerte dosis de cianuro. Es el 19 de febrero de 1937.

1.2 EL GÉNERO LITERARIO

A la deriva pertenece al género narrativo. Dentro de él, se ubica en la especie cuento, con sus características: brevedad, hecho único y final conclusivo. Es un relato realista: la historia es un hecho mostrado como real, pero es producto de la imaginación del autor.

2- DATOS INTERNOS

2.1. DESCRIPCIÓN DEL TEXTO

- Primera parte: La mordedura, los efectos del veneno y la llegada al rancho.

Los tres primeros párrafos del texto comienzan con la misma frase: “El hombre”. Este es un ser anónimo, un número, un hombre cualquiera, con toda su fragilidad,

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