Análisis Desde La Semiótica Del Teatro A La Obra "Anfitrión" De Plauto
Enviado por yamyla • 13 de Junio de 2013 • 5.296 Palabras (22 Páginas) • 1.467 Visitas
El helenismo es la adopción de las costumbres, la filosofía, el arte y la religión griega. Es así que, los romanos adquirieron los modelos de las comedias griegas y las romanizaron, surgiendo así lo que hoy llamamos comedia latina.
Anfitrión es una de las obras más famosas escrita por Tito Maccio Plauto, y es la única comedia de este autor que presenta un tema mitológico. Júpiter, haciéndose pasar por Anfitrión, quien está en la guerra contra los teleboas, se aprovecha de su esposa Alcmena. Mercurio se transforma en el esclavo Sosia, que también está ausente, y Alcmena es víctima del engaño de ambos dioses. Al volver el verdadero Anfitrión y el verdadero Sosia, son burlados los dos de una forma inesperada. El resultado es la pelea y el escándalo entre marido y mujer, hasta que Júpiter hace sonar un trueno y confiesa su adulterio. Entonces, se puede decir que esta obra tiene como tema principal el engaño, que a la vez sirve de conflicto. Por un lado, Alcmena, sin saberlo, le es infiel a su esposo, Anfitrión, con el dios Júpiter; haciendo que el verdadero Anfitrión desconfié de lo que le cuenta su esposa. Por otro, surge un conflicto secundario, paralelo con el anterior, establecido entre Sosia y Mercurio por la transformación de éste.
Además, en el teatro plautino, funcionan temas inmediatos y cotidianos de la existencia humana, donde predomina una ética intencionada o involuntaria que los personajes simbolizan. En suma, la fecha de la obra es, a pesar de los muchos y diversos intentos, desconocida.
Fernando de Toro, expresa que el discurso teatral no es solamente texto dramático sino también texto espectacular y que el texto dramático no es teatro hasta su materialización escénica, ya que sin esta estaría incompleto.
Es por esto que, se realizará un análisis desde la semiótica del teatro aplicada a la obra Anfitrión, donde se considerará sólo algunos aspectos del discurso teatral: locutor/alocutor; enunciación/enunciado; deixis/anáfora y los diferentes signos presentes en dicha obra. La perspectiva de este análisis estará basada en los capítulos I y III del libro Semiótica del teatro. Del texto a puesta en escena, de Fernando de Toro y en la teoría de Pierce, de donde se extraerá el concepto de signo ya que, el teatro, como ha advertido Fernando De Toro, es un lugar privilegiado de signo, puesto que en el espacio escénico todo es signo, artificial o natural, todo es visto, percibido como signo por el espectador: la pluralidad y polifonía de signos en el teatro es inmensa . Sin embargo, primeramente se expondrá muy brevemente los orígenes de la literatura dramática, y a qué tipo de drama pertenece la obra seleccionada.
La palabra drama proviene del verbo griego dráo, que significa: actuar. Con este término se designaba en la antigua Grecia un género literario que abarcaba la comedia, la tragedia y el drama satírico. Es Livio Andronico, el iniciador de dicho género en Roma, pues fue el primer autor que presentó una tragedia. Sin embargo, Tito Livio cuenta que, ya en el 364 a.C, bailarines etruscos representaron en Roma danzas mímicas con acompañamiento de flauta.
Por otro lado, en Roma, el teatro fue considerado un espectáculo, y las representaciones tenían lugar en el marco de grandes fiestas públicas. Aunque, al principio no existían teatros estables en Roma, y los actores acudían allí, donde se celebraba cualquier fiesta. Más tarde se construyeron teatros desmontables de madera, y en el año 55 a. C. Pompeyo mandó a construir un teatro de piedra, al que siguieron los de Marcelo y Cornelio Balbo. Luego, todas las ciudades del Imperio edificaron sus propios teatros a imitación del modelo romano. Ahora bien, la literatura dramática romana se clasifica en dos tipos: tragedia y comedia, cuya clasificación se basa en diferencias muy evidentes de contenido, tono y lenguaje. La primera suele tener como protagonistas a dioses, héroes o personajes míticos, inmersos en situaciones límites de aflicción o de espanto; plantea problemas morales nacidos de las pasiones humanas, y presenta una acción seria, caracterizada por un lenguaje prudente. En cambio, la comedia pone en escena a personajes comunes, con más vicios que virtudes y con lenguaje vulgar y a menudo grosero.
Desde esta perspectiva, podemos clasificar a la obra “Anfitrión” como una tragicomedia pero, antes de hablar de la tragicomedia en sí, sería bueno aclarar que en la época de Plauto, la aparición de dioses sugería tragedia, mientras que la de esclavos, comedia.
La tragicomedia es una comedia en la que se interfieren componentes mitológicos, es decir la presencia significativa, no secundaria, sino casi principal, de los dioses. Aunque, los personajes de los dioses no representan seres inferiores pero si aparecen reducidos, ya que se les atribuyen vicios humanos. Este género de tragicomedia que caracteriza a la obra Anfitrión de Plauto aparece básicamente porque en la época del autor, los dioses eran, por así decirlo, la base de todo.
Anfitrión, tiene como tema principal el engaño, que a su vez sirve de conflicto ya que Alcmena, sin saberlo, le es infiel a su esposo, Anfitrión, con el dios Júpiter. Debemos mencionar la degradación que se hace de los dioses, humanizándolos, mostrando los vicios de las grandes divinidades, como la necesidad de Júpiter de poseer a Alcmena, es decir que, el dios, al estar enamorado se valió de artimañas para acostarse con la esposa de Anfitrión.
Ahora bien, según Fernando de Toro, el discurso teatral no es solamente texto dramático sino también texto espectacular. Sin la materialización escénica, el texto dramático estaría incompleto. Cabe aclarar, que sólo contamos con el texto dramático, por lo que observaremos los siguientes aspectos encontrados en la obra de Plauto.
Locutor/ Alocutor
Este es uno de los componentes esenciales del discurso teatral, y es representado en la estructura del dialogo, consintiendo la existencia del teatro. Pero esta relación en el teatro es mucho más compleja que en otros discursos literarios, por tratarse de un discurso que comparte elementos tanto de lo literario como del espectáculo. Asimismo, la comunicación en el teatro no opera con el código básico de la comunicación cotidiana sino con un desdoblamiento de emisores-receptores de signos-mensajes.
El modelo de la comunicación en el teatro, según Ubersfeld, solicita la presencia de un discurso informante (discours rapporfeur) cuyo destinador es el autor y/o escritor y un discurso relatado (discours papporté) cuyo destinador es el personaje. Es decir que autor/escritor emite su discurso para un público dado. Pero al mismo tiempo,
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