Asi Que Quieres Ser Arquitecto
Enviado por WendonlySanchez • 30 de Enero de 2014 • 415 Palabras (2 Páginas) • 704 Visitas
Capitulo I. Ser o no ser… ¿arquitecto? Por qué no ser arquitecto. Pág. 48-57
Los riesgos de la envidia.
La fama y la posición social, una especie de estrellato o distinción, parecen ser aspiraciones en la arquitectura – su ausencia implica que el trabajo es incompetente, falto de interés anticuado o indigno de ser notado.
Existe una presión que motiva a los arquitectos pero que también puede producir celos o envidia.
Los celos profesionales ocurren en cualquier campo de trabajo, pero pueden sentirse con mayor intensidad en la arquitectura. Dada la competencia y los egos predominantes.
La envidia y los celos rara vez se exteriorizan en público. Pueden aparecer siempre que un arquitecto observe a otro ganar mientras el observador está perdiendo o es excluido. Paradójicamente, los arquitectos pueden experimentar en forma simultánea sentimientos de respeto y admiración por sus competidores y colegas envidiados.
Falta de poder e influencia
Algunas personas buscan algo más que la realización profesional y personal en su carrera y en su vida personal. Pueden aspirar a ganar reconocimiento público, distinción, poder e influencia, deseando ser respetados y admirados por un grupo ajeno al de sus propios colegas y clientes.
Si una persona demuestra esta inclinación, entonces tal vez la arquitectura no sea para ella. Los arquitectos rara vez alcanzan tal posición social.
Por desgracia, el perfil público relativamente bajo de los arquitectos, su participación mínima para tratar con la sociedad es un problema persistente.
La arquitectura no es una profesión de poder.
Ansiedad, desengaño y depresión
La depresión relacionada con en ejercicio profesional por lo general es causada por el fracaso o la expectativa del fracaso. Esto sugiere que para ser un arquitecto feliz debe poseerse fortaleza emocional. Una persona no debe ser arquitecto si sufre ansiedad aguda por causa del rechazo o miedo al fracaso, ya que las desilusiones y los reveses recurrentes están garantizados en esta profesión.
Como diseñadores profesionales, los arquitectos producen trabajo que de manera continua es objeto de escrutinio, prueba y crítica, que a menudo hay que rehacer y que con frecuencia es rechazado. Trillado como suena, el rechazo forma parte del terreno. A nadie le agrada, pero los arquitectos deben tener una capacidad especial para aceptarlo y hacerle frente.
El rechazo no significa necesariamente que no se haya aplicado talento y esfuerzo extraordinarios para crear un diseño arquitectónico. Todo el tiempo se rechazan proyectos brillantes, junto con los mediocres. Sin embargo emitir un juicio sobre la arquitectura puede ser un acto en alto grado subjetivo, basado en los valores y gustos de quien juzga.
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