Bienes Terrenales Del Hombre Cap. IV
Enviado por brandonlee333 • 4 de Septiembre de 2013 • 386 Palabras (2 Páginas) • 2.358 Visitas
Capítulo IV. Argumentación Nuevas Ideas por Viejas Ideas.
Los Bienes Terrenales del Hombre.
-Idea global del capítulo.
Nuevas ideas por viejas ideas. Se hace una comparación en la realidad, por ejemplo los préstamos
de dinero que se pueden acceder en cualquier banco hoy en día; estos préstamos con intereses se le
consideraban “usura” en la edad media, y eran prohibidos por la iglesia, el crecimiento del
comercio hizo forzar a la iglesia a ceder en sus doctrinas formando así una nueva sociedad.
-¿Cómo está estructurado el capítulo?
1. Se demuestra una comparación con la realidad, en este caso se menciona, los préstamos a los
bancos, hipotecas o toda aquella posibilidad de adquirir dinero ya sea por necesidad o por invertir el
dinero en algún proyecto económico.
2. Se describe él porque estaba prohibido por la iglesia el préstamo con intereses. En la edad media
los obispos y reyes, promulgaron leyes contra el interés de los prestamos ya que se consideraban
usura y por tanto pecado.
3. La iglesia fue cediendo poco a poco, después se fueron considerando casos especiales y
diferentes circunstancias en donde el préstamo con interés era permitido.
4. La doctrina de la iglesia fue desapareciendo y la práctica comercial se fue imponiendo día a día
esto obligo a la iglesia, a afrontar los cambios constantes.
5. las creencias, leyes, medios de convivencia, relaciones personales, todos estos aspectos se fueron
modificando al entrar una sociedad en una nueva fase de desarrollo.
-Resumen.
Con el incremento del comercio, el dinero fue a adquiriendo una importancia cada vez mayor, ya
que permitía hacer negocios con agilidad. Por este motivo se fue introduciendo la costumbre de
pedir prestado dinero con el fin de hacer negocios ventajosos para el comerciante.
Este nuevo sistema da lugar al interés que se paga por el préstamo de una cantidad de dinero. En
la época feudal, quien pedía prestado algo, lo hacía por absoluta necesidad personal inmediata;
cobrar interés era entonces abusar de la indigencia de alguien, se consideraba como usura y se
condenaba en las leyes civiles y en las de la Iglesia.
En el tránsito hacia la normalización del interés, la doctrina de la Iglesia se mantiene igual la
usura es pecado. Pero, poco a poco se va avanzando en la consideración del negocio del dinero,
con lo cual se comprende que quien pide prestado intenta a hacer una ganancia con ese dinero. Por
lo cual, un interés moderado se vuelve, lógicamente, lícito y aceptado por las leyes civiles y las
eclesiásticas
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