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COMO SE D ALA DIFERENCIACIÓN SOCIAL Y LA DIVISIÓN DEL TRABAJO: MARX, DURKHEIM Y WEBER CAPÍTULO XV. ANTHONY GIDDENS


Enviado por   •  19 de Junio de 2017  •  Ensayo  •  2.294 Palabras (10 Páginas)  •  540 Visitas

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DIFERENCIACIÓN SOCIAL Y LA DIVISIÓN DEL TRABAJO:

MARX, DURKHEIM Y WEBER

CAPÍTULO XV. ANTHONY GIDDENS  

Anthony Giddens, en su obra “El Capitalismo y la Moderna Teoría Social” en el capítulo XV “Diferenciación Social y la división del Trabajo” hace un extenso recorrido a través de las posturas de los autores Karl Marx, Emile Durkheim y Max Weber; buscando semejanzas y diferencias entre ellos e incluso discrepancias del mismo Giddens con los mismos.

Para empezar,seexplican los principios de cada uno de los autores de manera simple:

Émile Durkheim:Busca formular fundamentos científicos para la interpretación y el diagnostico de rasgos “patológicos”.

Karl Marx: crítica el capitalismo y explica que el orden burgués puede ser trascendido por un nuevo tipo de sociedad.

Max Weber: insiste en la dicotomía lógica entre el empirismo y la acción orientada a los valores, afirma con la misma fuerza que el análisis histórico y sociológico tienen que ver con el compromiso activo y la crítica social.

Según Giddens, las semejanzas entre los principios de los autores tienen que ver con la concepción de la naturaleza histórica del hombre; pues cada uno, por separado, reconoce la influencia de la misma para la definición de “estado natural” del hombre, para utilizarle de supuesto en la postura.

Vale la pena mencionar que aunque los tres autores asignen gran importancia a la “naturaleza histórica del hombre” cada uno orienta la mirada en dirección distinta. Giddens tilda como “simplificación excesiva”representar cada postura con aproximaciones filosóficas, es decir, Marx por ejemplo: es comúnmente identificado con la noción de hombre de Rousseau y Durkheim, por su parte, con Hobbes. Sin embargo, es prudente revisar semejante alegación, dado que necesariamente para estructurar argumentos de este tipo se necesita un supuesto que sustente la columna vertebral del razonamiento. Calificar de “simplificación excesiva” una tipificación que a pesar de no ser exacta, es representativa, podría ser en cambio calificado como “exagerado”.

Además, otra semejanza entre Marx y Durkheim (excluye a Weber) es que ambos rechazan el dualismo ético de Kant, intentan integrar una evaluación moral y fáctica de los rasgos característicos del orden social.

Así mismo, Durkheim criticó también a los autores “representativos” de su obra y de Marx: Hobbes y Rousseau. Dado que estos en ambas nociones parten del supuesto de una “solución de continuidad entre el individuo y la sociedad”, cuestión que niega en su crítica a la vida moderna, tal como lo hace Marx; ya que ambos defienden que “el hombre es naturalmente refractario a la vida común, no puede someterse a ella más que a la fuerza”.

Durkheim tiene posturas interesantes en cuanto a los conflictos nacidos o evolucionados en la sociedad moderna. Con respecto a la naturaleza histórica del hombre este dijo: “El presente se opone al pasado, y sin embargo procede de él y lo perpetúa”; atendiendo entonces a su sentido más empírico, acudiendo a la experiencia, al ensayo y error y convirtiendo leyes que comúnmente son de índole individual, en leyes de carácter societal.

Dirigiéndose también hacia el origen del egoísmo, plantea que es producto de la sociedad moderna y que empieza cuando se es niño, ya que se está limitado por necesidades biológicas que a través de la socialización, se exacerban, y además terminan por unirse a la búsqueda de la prosperidad económica individual. Durkheim además plantea que la estructura moderna exacerba la oposición entre el egoísmo y las exigencias morales que coloca sobre el individuo su condición de miembro de la colectividad, dicotomía que no es posible resolver dadas las características de la organización de la sociedad contemporánea que posibilita el desarrollo de la autoconciencia.

Entre las posturas de ambos autores hay ciertos argumentos en los que están de acuerdo, a pesar de que su espíritu sociológico está orientado a direcciones opuestas con lo que a división del trabajo se refiere. Entre las coincidencias de Marx y Durkheim figuran: que el egoísmo representa un riesgo para la unidad social, ambos sabían que los racionalistas del siglo XVIII atribuían al hombre en estado de naturaleza facultades que en realidad proceden de la sociedad, opinan también que las cualidades, motivos, y necesidades humanas son en gran parte producto del desarrollo social, y por último coinciden en que el defecto principal de la economía política es considerar el egoísmo como el fundamento de una teoría de orden social.

Además, Durkheim también se refiere a que independientemente de que un hombre sea “civilizado” o “primitivo” es un “homo dúplex”, refiriéndose a que en todo individuo existe oposición entre los impulsos egoístas y los de connotación moral, Fundamenta su dualismo de la personalidad humana en el supuesto de que posterior al desarrollo moral del niño nunca puede extirpar su egoísmo pero de igual manera, la personalidad individual recibe un influjo abrumador por parte de las características de la forma de la sociedad en que vive y dentro de la cual está socializado.

En este punto, podríamos comparar la postura de Durkheim de la dicotomía de los impulsos egoístas en contraposición a los impulsos de connotación moral con lo que hoy llamamos vulgarmente lo “políticamente correcto” y lo “políticamente incorrecto”pero, ¿De qué va el asunto? Lo políticamente correcto se entiende como aquello que es moralmente correcto y como el colectivo espera que actúes, en determinado especio geográfico, por lo tanto, lo políticamente correcto varía según la cultura. Por otro lado, lo “políticamente incorrecto” está referido a opiniones, actitudes y actos que van en contra de lo esperado por el colectivo pero atienden de manera más fiel a los impulsos egoístas del ser humano, aunque estos no calcen con lo predeterminado como socialmente aceptado.

Marx, por otro lado, tiene a mirada orientada en una dirección distinta, plantea que “el hombre es naturalmente bueno, pero la sociedad lo ha corrompido” y además que la diferenciación entre el humano y el animal, es por esencia, lo “social”.  

Para Marx, alejándose de la postura de Durkheim, el egoísmo no está en el ser humano por sus necesidades biológicas iniciales, sino que la oposición egoísta entre el individuo y la sociedad, se lo atribuye a  que se encuentra en la sociedad burguesa notablemente marcada y esta es nada más y nada menos producto de la división del trabajo.

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