Campo Fenomenologico
Enviado por gilcastellanos • 23 de Agosto de 2013 • 3.232 Palabras (13 Páginas) • 446 Visitas
EL EMBUSTERO
Había una vez, un hombre muy enfermo y sin recursos, que desesperado se comprometió a sacrificar la cantidad de cien bueyes a los dioses, si estos le ayudaban a curarse completamente.
Los dioses, a los que siempre les gusta probar a los mortales, decidieron ayudarle y comprobar si era cierto lo que el hombre decía.
Recuperado por completo de sus dolencias y al no tener los animales, ni el suficiente dinero para darles la ofrenda prometida a sus benefactores, fabricó cien bueyes de sebo y los llevó al templo para que fueran sacrificados.
-Oh Dioses, aquí tenéis lo que os había prometido.
Al verse engañados, trazaron un plan para darle una buena lección a este hombre tan embustero. Mientras dormía, se introdujeron en uno de sus sueños, mostrándole una gran bolsa con mil moneda de plata en una playa cercana.
Extasiado ante esa enorme fortuna, se despertó inmediatamente, dirigiéndose todo lo rápido que pudo hasta la playa. Allí, no solo no encontró ninguna bolsa, sino que además fue capturado por unos piratas, que lo vendieron como esclavo en la ciudad más cercana, obteniendo por su venta mil monedas de plata.
Moraleja: aquel que engaña a la personas, siempre acaba siendo engañado.
LA TETERA
Había una vez una tetera muy orgullosa; tan orgullosa estaba de sus formas y de todos los elementos que la formaban, que no paraba de presumir de su hermosura. De todos menos de su tapa encolada y rota a causa de un mal golpe. Una tapa que ella admitía como su más terrible secreto y que pensaba que era usada por los demás para reírse de ella.
-Mira esas tazas tan perfectas y relucientes-pensaba para sí misma- se creen tan bonitas, que no ven todos los fallos que tiene su decoración. Menos mal que yo sé diferenciar entre mis cualidades y mis defectos, admitiendo estos últimos con humildad.
En todas estas cavilaciones estaba la tetera durante su dorada juventud. Un mal día, mientras cumplía su misión en la mesa, una mano bastante torpe, la hizo caer al suelo y perder su preciosa asa y su extraordinario pitón. Mientras el contenido se escapaba por las grietas, todos sus compañeros se reían de su lastimosa apariencia.
Que ingrato recuerdo-exclamaba la tetera al recordar aquel episodio-.Ese fue mi fin, ya nunca volvieron a usarme y a los pocos días, abandone mi hogar en las manos de una mujer que vino buscando algo de comida. Me deprimí enormemente, pues había perdido toda mi categoría, pero un tiempo después, descubrí que podía seguir siendo útil. Rellenaron mi cuerpo de tierra y enterraron en ella un pequeño bulbo, que comenzó a crecer en mi interior, descubriéndome una vida nueva llena de luz y color, en la que lo que más me importaba era mi precioso compañero.
FELIZ CUPLEAÑOS
Nico, era uno de esos niños, que prefería pasar horas y horas jugando con su ordenador a disfrutar del aire libre junto a sus compañeros de clase. Tantas horas pasaba encerrado, que su piel tenía un color tan blanco como la leche.
Los días pasaban y la única preocupación del pequeño, era tener juegos nuevos para su más preciada posesión. Tal era su obsesión, que al llegar su cumpleaños, lo único que les pidió a sus padres, un videojuego de marcianos y un ratón que fuera más preciso que el que tenía.
Preocupados por el estado del pequeño, decidieron montar a sus espaldas una gran fiesta de cumpleaños, para intentar a alejarle de tan peligrosa afición. Cuando llegó el gran día y Nico bajó a desayunar, sus padres le obsequiaron con un bonito pez de colores como regalo. Muy enfadado por no encontrar lo que deseaba, se dirige hasta el jardín.
Allí, junto a una gran cantidad de globos, luces y serpentinas, se encuentra con una enorme fiesta, en la que están invitados todos sus compañeros de clase y en la que una gran tarta lleva escrito su nombre. Fue entonces, cuando se dio cuenta de lo equivocado que había estado todo este tiempo y de lo mucho que le gustaba jugar con sus amigos.
Desde ese día, Nico sale a jugar con sus amigos y usa su ordenador durante muy poco tiempo
EL LABRADOR Y SUS HIJOS
Tras muchos años de duro trabajo, un viejo labrador, comenzó a notar que sus fuerzas iban mermando cada vez más. Como no quería que sus tierras fueran abandonadas tras su muerte, trazó un plan, para que sus hijos aprendieran a cuidarlas, sin darse cuenta.
Cuando tuvo todo apunto, les llamó hasta su presencia y les anunció:
-Queridos hijos míos, siento que mi fin se está acercando; id a la viña que con tanto amor llevo cultivando todos estos años y buscad aquello que escondí para cuando llegara este día.
Pensando que se trataba de un enorme tesoro, corrieron raudos y veloces al lugar que su padre les había indicado. Allí, cavaron y cavaron durante horas, hasta que no quedaba ni un solo centímetro de tierra sin remover.
A pesar de su empeño y del esfuerzo realizado, no encontraron nada que mereciera la pena vender. Apesadumbrados por el engaño de su padre, se marcharon a su casa, sin sospechar el verdadero propósito de su progenitor.
Meses después, cuando uno de los hermano pasaba por allí, descubrió que todo su trabajo no había sido en balde, ya que la viña estaba llena de apetitosos frutos, con los que pudieron enriquecerse.
Moraleja: El mejor de los tesoros, es el que se consigue con nuestro propio esfuerzo.
LA ESTRELLA DIMINUTA
Había una vez en una galaxia muy lejana, una pequeña y simpática estrellita, a la que encantaba descubrir el mundo que la rodeaba. Un buen día, a pesar de las advertencias de sus padres, decidió salir a explorar por su cuenta, ese precioso planeta de color azul que veía desde su morada. Tan emocionada estaba por su visión, que no tomó ninguna referencia para volver a casa.
Resignada a su suerte, decidió inspeccionar detenidamente el planeta e intentar disfrutar todo lo posible de su aventura. Allí, dado su gran brillo, todos la tomaron por una extraña luciérnaga, a la que deseaban atrapar. Volando todo lo rápido que pudo, se encontró con una gran sábana, tras la que se ocultó. Al ver que la sábana se movía sola, la gente creyó que se trataba de un fantasma, huyendo del lugar. Tan divertida escena, sirvió a la estrella para olvidarse que estaba perdida y divertirse de lo lindo.
Una diversión, que se terminó, cuando fue a visitar al dragón de la montaña e intento asustarle con su disfraz. Lo que no sabía, es que el dragón no le tenía miedo a nada y que su osadía, la iba a llevar a las llamas que salían de la boca del animal.
Pasado este mal trago, dio con la solución para conseguir encontrar el camino de vuelta:
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