Capítulo 6: Último Suspiro
Enviado por Jesus Romero Gutierrez • 25 de Noviembre de 2015 • Apuntes • 436 Palabras (2 Páginas) • 133 Visitas
Capítulo 6: Último Suspiro.
En el momento que lo vi imaginé que hacía aquí, volteé rápido y creí haberla visto a lo lejos. Luego sentí un gran golpe directo en mi nuca.
Caí al suelo y me dieron una paliza, entre patadas y risas, vi allí tirado en el piso el teléfono de ella, lo agarré y llame al número de emergencia, no sé cómo dije la dirección y quedé finalmente inconsciente.
No sé cuánto estuve así pero cuando desperté me dolía todo el cuerpo, perdí las ganas de hacer cualquier cosa, sentía que la vida se me escapaba. Justo cuando iba a cerrar mis ojos recordé que ella estaba cerca.
No sé de donde saqué la fuerza para levantarme e ir hacia donde ella estaba. Me acerqué y la vi, la desaté y le quiete una mordaza que tenía puesta, habían muchas cosas que quería decirle muchas cosas, pero lo único que pude decir fue: Te Amo. Y caí inconsciente nuevamente.
Podía escucharla llorando, nada más que solo su llanto en el vacio. Sentía una tristeza insoportable, tenia deseos de abrazarla, besarla, acariciarla… amarla.
Pude recobrar la consciencia por un momento y note que estaba en una especie de hospital rodeado de personas con tapabocas. Intente mantenerme despierto pero fue imposible, no sabía lo que sucedía, me sentía cansado y los parpados me pesaban, nuevamente me desmayé.
Cuando desperté estaba en una camilla pero no había nadie alrededor mío, había varias máquinas y yo tenía puesto un respirador.
Cuando me iba a quedar dormido escuché a alguien pasar… era mi madre que iba entrando con lágrimas en los ojos. En cuanto me vio cerró los ojos y empezó a llorar mucho, yo intenté hablar pero no pude, solo podía verla… Ni siquiera podía llorar.
Mi madre salió y me por fin me di cuenta que me estaba muriendo con cada segundo que pasaba, mi vida ahora mismo estaba yéndose de mi cuerpo… me sentía muy mal.
De pronto me acordé de ella… mi cuerpo se lleno de ansiedad por saber cómo estaba. Pero la ansiedad se fue en cuanto la vi, bella como siempre entrando por la puerta con unas ojeras muy grandes.
Me ve e igual que mi madre llora, sentí que debía decirle algo porque sabía que mi muerte estaba demasiado cerca. Así que con toda la fuerza que me quedaba, me quite el respirador y le dije: No llores cariño, te amo mucho y te voy a extrañar, pero lamentablemente jamás podremos estar juntos en vida. Vive feliz, en serio te amo con todo mi corazón y mi alma.
Luego de decirle esto, le sonreí y di el que creo, es mi último suspiro.
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