Cazadores De Microbios Cap. 1

CAPITULO I

ANTHONY LEEUWENHOEK

(El Primer Cazador De Microbios)

Este capítulo empieza hablando de un hombre llamado Leeuwenhoek, quien fue el primero que descubrió el mundo de los microorganismos. Leeuwenhoek y su vida ahora son muy desconocidas pero él fue un hombre admirable a mi parecer, con cualidades como audacia y el deseo de exploración.

Los científicos son muy importantes en estos días y tienen muchas oportunidades de estudiar en cualquier especialidad de la ciencia, pero Leeuwenhoek era muy joven y acababa de salir de la escuela y aún no estaba seguro de escoger su carrera. En esos tiempos, la palabra del padre era lo que se creía porque era la mayor autoridad del hogar, así que solo se guiaban por ideologías que nadie se preocupaban por comprobarlo. En esas épocas apenas comenzaba a surgir la ciencia (búsqueda de la verdad por medio de observación) y aun no era aceptada por el mundo.

El padre de Leeuwenhoek murió cuando joven y por esa razón su mama lo mando a estudiar lejos, pero decidió tomar otro rumbo y se metió a trabajar en una tienda de telas pero a la edad de 21 años abandono la tienda y se casó. En el transcurso de 20 años tuvo hijos los cuales murieron a tierna edad, lo nombraron conserje en Delft y le vino una obsesión de tallar lentes porque quería ver cosas a mayor tamaño.

Obtuvo algunos conocimientos para elaborar lentes gracias a que visito algunas ópticas y empezó a trabajar en eso hasta que consiguió hacer los mejores lentes de Holanda. Mientras que en la actualidad los científicos cuentan con microscopios de la mejor calidad y mejor elaboración, para Leeuwenhoek no era así, pues todos se burlaban de él y lo llamaban loco, pero eso no le importaba. Comenzó examinando ojos de buey, lana de ovejas, hasta las cosas más pequeñas y diminutas como la cabeza de una mosca o las patas de un piojo y cada vez que examinaba cada una de esas cosas, quedaba sorprendido y maravillado por tanta belleza estructural, tanto así que miraba y no dejaba de ver sus muestras, y era tanto su deseo de ver más cosas, que elaboró varios microscopios para ver varias muestras y sus cambios al mismo tiempo.

El hacia todo esto por gusto y sin importarle lo que los demás le dirían. Trabajo aislado por mucho tiempo, pero en esas épocas ya empezaban a revelarse y a tener dudas de las cosas que se halaban, tanto así que querían comprobarlo. Algunos de los rebeldes, (por llamarlos así) formaron un grupo y se llamaron “The Invisible College” en el cual se encontraban Roberto Boyle e Isaac Newton.

Había un hombre en Delft que no se burlaba de Leeuwenhoek y era Regnier de Graaf. Leeuwenhoek le permitió a Graaf ver a través de sus lentes. Cuando Graaf vio el nuevo mundo descubierto por Leeuwenhoek, no tardo en escribirle a sus colegas de la Real Sociedad pidiéndoles que hicieran que Antonio Leeuwenhoek les escribiera acerca de sus descubrimientos.

Leeuwenhoek contestó al ruego de la Real Sociedad y les presento algunas de sus observaciones hechas con un microscopio ideado por él mismo La Real Sociedad quedo asombrada de las maravillas que Leeuwenhoek aseguraba haber visto a través de sus lentes, por tal razón, el Secretario de la Real Sociedad le pidió que le siguiera mandando cartas y así fue por 50 años.

El

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