Cien Años De Soledad

- Estructura

Cien años de soledad es la crónica completa de Macondo, confundida con la

historia de la familia Buendía.

Tiempo y soledad son los dos temas que dirigen la novela, tal y como el

título indica.

Cada paso que dan los distintos miembros de la saga de los Buendía,

tratando de salir de sí mismos, lo conduce fatalmente, por destino trágico, a

la soledad. No hay otro camino posible. El tiempo va arrastrándolo todo

hacia la soledad. Los Buendía no eran capaces de amar y ahí está el secreto

de su soledad.

Aunque el narrador sea aparentemente clásico, juega con el tiempo.

Dispone de sus divisiones arbitrarias, de su fluir continuo o circular y juega

con él: de pronto fluye a ritmo normal, de pronto se acelera o se remansa. El

tiempo macondino es también mágico. Su libertad frente a Cronos le da

permiso para llevar a cabo juegos de perspectivas temporales que serían

pecado en un relato clásico: anacronismos, anticipaciones, hipérbatos

narrativos, integrándose en una estructura que es una espiral.

Una espiral porque los Buendía son la repetición de uno y otro. En el proceso

de sucesión de generaciones se advierte que unos repiten las acciones y

comportamientos de otros. Bien es sabido que los Aurelianos son retraídos,

pero de mentalidad lúcida; mientras que los José Arcadios son impulsivos y

emprendedores, por eso sólo ellos prolongan la estirpe Úrsula descubrió un

día, que cada miembro de la familia repetía todos los días, sin darse cuenta,

los mismos recorridos, los mismos actos y que casi repetía las mismas

palabras a la misma hora / el tiempo estaba dando vueltas en redondo.

Igualmente, señala: ya esto me lo sé de memoria... Es como si el tiempo

diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio.

En cuanto a pilar Ternera, que conocía los misterios de los Buendía, un siglo

de naipes y experiencia le había enseñado que la historia de la familia era un

engranaje de repeticiones irreparables, una rueda giratoria que hubiera

seguido dando vueltas hasta la eternidad, de no haber sido por el desgaste

progresivo e irremediable del eje.

Estas repeticiones hacen que Macondo sea la ciudad de los espejos, de ahí

las referencias al hielo, al agua transparente, al vidrio, etc.

Sin embargo hablamos de una espiral y no de un círculo. Por más que los

Buendía repitan las mismas posturas, incurran en los mismos errores y

reproduzcan las mismas locuras nunca acabarán con Cronos. Y es ahí

donde está la linearidad, el tiempo es inexorable. Sólo el último Aureliano

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comprende que la historia ha vencido, porque las estirpes condenadas a cien

años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.

Y todo esto es así porque están predeterminados: Aureliano, vestido de

paño negro, con los mismos botines de charol con ganchos metálicos que

había de llevar poco años después frente al pelotón de fusilamiento. También

sirve de ejemplo el hecho de que el matrimonio de Úrsula con José Arcadio

Buendía: era previsible desde que vinieron al mundo. El futuro está

perfectamente establecido y se nos es revelado. Melquíades tenía escrita la

historia antes de que todo ocurriera, es el profeta de la familia. Están todos

condenados a un destino, a la soledad y a repetir los comportamientos de

los otros. Y ese destino fatal terminará por extenderse a todo Macondo.

Todo es consecuencia del presagio original, en relación con el pecado del

incesto. José Arcadio y Úrsula tenían un remordimiento de conciencia: eran

primos entre sí.

- Aureliano Buendía

Hijo de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía. Uno de los personajes

principales. Solitario ya desde niño, uno de sus grandes rasgos de

personalidad. Crece con ciertas características inusuales, como predecir

ciertos sucesos o mover objetos con la mente. Durante la mayor parte de su

vida se dedica a promover luchas contra el gobierno: libra 32 guerras civiles

sin ganar ninguna.

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