Como Se Lee

Puede describirse el entendimiento de un libro como una especie de acuerdo entre un escritor y lector. Están de acuerdo acerca del uso del idioma para expresar las ideas que este trata de expresar,

Si el lector entiende un libro ¿Cómo puede disentir con él?

Hay algunas personas que cometen el error que motiva esta aparente dificultad. Suponen erróneamente que en donde hay entendimiento entre hombres, el desacuerdo es imposible.

El error se corrige cuando recordamos que el autor está abriendo juicios sobre el mundo en que vivimos. Evidentemente, puede estar en lo cierto o equivocado.

Los problemas referente a hechos o costumbres es a causa de el encuentro de ustedes con la mente del autor por medio de una sensata interpretación de su libro, que puede decidirse sobre si debe convenir posición que él ha adoptado, o disentir con ella.

Consideremos ahora la situación en la cual, habiendo dicho ustedes que entienden, comienzan a disentir.

Puesto que los hombres son animales y racionales, es necesario admitir las emociones que conducen a una disputa, o aquellas que surgen en el transcurso de ella. De otro modo es probable que den rienda suelta a sentimientos en lugar de dar razones.

Más aun, deben poner en claro sus propias suposiciones: deben saber cuáles son sus prejuicios.

Si los prejuicios de ustedes corresponden al lado opuesto, y si no admiten que sean prejuicios, no deben prestar el caso del autor la justa atención debida.

Finalmente, sugiere que una tentativa de imparcialidad es un buen antídoto para la ceguera, inevitable en el partidarismo. Una controversia sin partidarismo es, por supuesto, imposible.

Son las siguientes indicaciones los cuatro modos en que un libro puede ser “adversamente” criticado:

• “Carece usted de información”. Para mantenerla, deben ustedes poder exponer los conocimientos que le faltan al autor y demostrar porque es pertinente, y como establece una diferencia en lo que a sus conclusiones se refiere.

• “Esta usted mal informado”. El autor propone como verdadero o más probable lo que lo que es en realidad falso o menos probable: pretende poseer un saber del que carece. Las suposiciones erróneas, sin embargo, conducen a conclusiones equivocadas y a soluciones insostenibles.

• “Es usted ilógico, su razonamiento no es conveniente”. En general las falacias son de dos índoles. Esta la non sequitur, que significa que lo que se saca en conclusión sencillamente no proviene de las razones ofrecidas. Y esta el caso de “”inconsistencia”, que significa que dos cosas que el autor a tratado de decir son incompatibles. Para hacer cualquiera de estas críticas el lector a de poder señalar el punto exacto en el cual el argumento del autor carece de fuerza lógica o moral y hay que ser un lector muy observador para descubrirlos.

• “Su análisis es incompleto”. Es decir que este no ha solucionado todos los problemas con que comenzó, no ha hecho un uso tan bueno de sus materiales como podía hacerlo, no vio todas sus complicaciones y ramificaciones, no logro establecer distinciones que son importantes para su empresa. Este punto es críticamente adverso solo en la medida que señala las limitaciones de la realización del autor. La suspensión de juicio de parte del lector, responde al fracaso del autor para solucionar perfectamente sus problemas.

Son ciertamente la objeciones principales que un lector que discrepe puede hacer. Pero el lector no puede hacer ninguna de estas observaciones sin ser definitivo y preciso acerca del punto en el cual el autor carece de información, o está mal informado, o es ilógico.

Los libros relacionados entre sí en el mismo terreno, pueden compararse críticamente en cuanto a estos cuatro criterios. Uno es mejor que otro en la proporción en que diga más la verdad y cometa menos errores.

Pueden ver también como la cuarta observación critica en cadena a las tres lecturas de cualquier libro. El último paso en la primera lectura consiste en conocer los problemas que el autor trata de solucionar, y cuáles no. El paso final de la crítica es el punto acerca de la plenitud. Concierne a la primera lectura en lo que esta considera cuan adecuadamente el autor expusos sus problemas, y a la segunda lectura en lo que este mide cuan satisfactoriamente los soluciono.

Los grandes escritores han sido siempre grandes lectores. Pero esto no significa que leyeron “todos” los libros que en su época eran considerados grandes e indispensables.

Existen, por supuesto, muchos libros dignos de ser bien leídos. Hay un número mucho mayor que debería ser solo escudriñado y examinado superficialmente.

I. “El análisis

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