Conejo Burlon
Enviado por cmiloguerra • 6 de Julio de 2015 • 421 Palabras (2 Páginas) • 214 Visitas
Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que veía algún animal del bosque se burlaba de él. Un día, estaba sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una ardilla: Hola señor conejo. El conejo no respondió.
Le miró, le sacó la lengua y salió corriendo. ¡Qué maleducado!, pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró con un cervatillo, que también quiso saludarle: Buenos días señor conejo. De nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo.
Así una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su camino.
Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que veía algún animal del bosque se burlaba de él. Un día, estaba sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una ardilla: Hola señor conejo. El conejo no respondió.
Le miró, le sacó la lengua y salió corriendo. ¡Qué maleducado!, pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró con un cervatillo, que también quiso saludarle: Buenos días señor conejo. De nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo.
Así una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su camino.
Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que veía algún animal del bosque se burlaba de él. Un día, estaba sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una ardilla: Hola señor conejo. El conejo no respondió.
Le miró, le sacó la lengua y salió corriendo. ¡Qué maleducado!, pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró con un cervatillo, que también quiso saludarle: Buenos días señor conejo. De nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo.
Así una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su camino.
Vivía en el bosque verde un conejito dulce, tierno y esponjoso. Siempre que veía algún animal del bosque se burlaba de él. Un día, estaba sentado a la sombra de un árbol, cuando se le acercó una ardilla: Hola señor conejo. El conejo no respondió.
Le miró, le sacó la lengua y salió corriendo. ¡Qué maleducado!, pensó la ardilla. De camino a su madriguera, se encontró con un cervatillo, que también quiso saludarle: Buenos días señor conejo. De nuevo el conejo sacó su lengua al cervatillo y se fue corriendo.
Así una y otra vez a todos los animales del bosque que se iba encontrando en su camino.
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