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Critica De La Tesis De Finarinzacion


Enviado por   •  6 de Octubre de 2012  •  13.376 Palabras (54 Páginas)  •  455 Visitas

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Crítica de la tesis de la financiarización

Rolando Astarita

diciembre de 2008

Desde hace años se ha ido consolidando en círculos de la izquierda una caracterización del capitalismo actual como de hegemonía del capital financiero por sobre el capital productivo. Por eso se habla de la etapa actual como la etapa de la financiarización. Se piensa que la crisis, y los problemas y padecimientos que sufren los pueblos, se deben en lo esencial a este dominio del capital financiero, y al parasitismo asociado al mismo. También se considera que el crecimiento del capitalismo norteamericano en los últimos años fue sólo hinchazón de capital ficticio y especulativo; y que la economía mundial estuvo, en el último cuarto de siglo, en crisis abierta o larvada.

El propósito de este trabajo es demostrar que si bien la tesis de la financiarización se basa en algunos hechos reales, los presenta de forma unilateral y deformada, para sacar conclusiones equivocadas. Comenzamos sintetizando las ideas centrales de la financiarización. Luego presentamos nuestra crítica, y por último sacamos algunas conclusiones.

La tesis de la financiarización

Aunque lo más representativo de la tesis de la financiarización son los escritos reunidos en Chesnais (1996), aquí vamos a tomarla tal como circula en textos y discursos de la izquierda y del campo progresista en Argentina, en especial de las facultades de Ciencias Sociales. Más que un análisis de textos y matices particulares, nos interesa abordar sus líneas de pensamiento fundamentales.

En lo esencial la tesis afirma que la producción gira, a partir del triunfo de la reacción neoliberal, en torno a las necesidades y exigencias del capital financiero. “Lo financiero” comprende a los accionistas, los tenedores de capital dinero, los fondos de inversiones, los bancos, las aseguradoras de riesgo y similares. Las finanzas habrían tomado las riendas de mando a partir del “golpe” de fines de la década de 1970, con la suba de las tasas de interés, y desde entonces el capital financiero se habría convertido en la fracción dominante de la clase capitalista, subordinando al capital industrial y comercial a su imperio. De manera que, según la financiarización, lo financiero controla a la sociedad; las instituciones financieras han reunido los recursos líquidos disponibles, y el poder capitalista se concentra en ellas. Todas las actividades empresariales se rigen según criterios de la rentabilidad inmediata, por encima de criterios productivos. Los accionistas exigen a los gerentes maximizar el valor bursátil de las empresas, y hacen prevalecer el imperativo de la rentabilidad por sobre cualquier otra necesidad social. Debido a que los gerentes son remunerados según la valoración bursátil de las empresas, tienden a alinearse con los intereses de los accionistas. Para maximizar los beneficios en el corto plazo, reestructuran empresas, echan trabajadores, cierran sectores no rentables y eliminan capacidad productiva. La acumulación capitalista ya no se funda en una inversión que maximice la producción, sino que la haga rentable aun a costa de frenarla. Por el mismo motivo las corporaciones implementan el re-engineering, que es concentrar las actividades empresarias en las actividades en donde tienen ventajas. Asimismo se trasladan a países que ofrecen mejores condiciones de explotación; avanzan en la flexibilización y precarización del trabajo, y hostigan a los sindicatos. Por eso la financiarización es la causa de que desaparezcan las responsabilidades sociales, laborales o medioambientales. Además, la dirección y dinámica del desarrollo no dejan lugar a dudas. Por todos lados avanza esta hegemonía financiera. Los fondos líquidos se convierten en propietarios de múltiples empresas; y lo financiero impone su lógica al punto que todo el que invierte en la producción reclama rendimientos iguales a los que se obtienen en los mercados financieros y bursátiles.

Lo anterior se combina con la idea de que se entró en una larga etapa de estancamiento capitalista, no sólo porque los criterios financieros van en contra de la producción, sino también porque la mayor parte del excedente va a parar a las finanzas. La mejora de las ganancias de las últimas décadas, en lo sustancial, fue solo para el sector financiero, parasitario y enemigo de la producción. La suba de las tasas de interés, se afirma, significa una punción permanente de plusvalía, y queda menos para la reinversión productiva. Por otra parte, la mayor parte del excedente la retienen los accionistas, y en consecuencia bajan los beneficios retenidos por las empresas que podrían destinarse a la inversión. Las consecuencias son que se debilita el crecimiento, se desestabiliza la macroeconomía y los Estados pierden el poder de regular. El capital financiero se convierte así en un tapón que reprime y condiciona cualquier solución de la crisis.

Además, las ganancias del capital son ficticias, porque provienen de la valorización especulativa –sin base en la acumulación “real”– de acciones y de otros títulos financieros. El capital productivo está dominado por el parasitismo, y el capital ficticio es un puro costo para el capital industrial y comercial. Algunos teóricos también piensan que el crecimiento del capital ficticio ha sostenido una demanda artificial, y que de no haber existido ésta, el capitalismo habría caído en una profunda depresión. Según otros defensores de la tesis del estancamiento del capitalismo, el crecimiento del crédito es una prueba de que el sistema capitalista está estancado a nivel global. En términos generales, y según la tesis de la financiarización, la contradicción dominante –y en muchos casos, la central– de la sociedad actual es la que existe entre las finanzas y los pueblos; o entre las finanzas y el sector productivo. Si bien se reconoce que en el fondo de la pirámide de exacción de plusvalía los que más sufren son los trabajadores, se considera que los males sociales se acabarían en buena medida si los pueblos pusieran límites al capital financiero.

Qué es el capital financiero

Si bien el término capital financiero es muy utilizado en la izquierda, no existe un acuerdo general sobre qué se entiende precisamente por el mismo. En la tradición marxista, además, la noción ha tenido diversas interpretaciones. La expresión “capital financiero” prácticamente no se encuentra en la obra de Marx, como señala Harvey (1990); Marx se refirió preferentemente al capital dinerario para denotar el capital que se presta a interés. En Lenin y Hilferding el término se utiliza para designar la fusión entre los bancos y la industria, con predominancia del primero. Pero Lenin y Hilferding se basaban en una situación que era

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