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Cuento Con Caricia


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2012  •  750 Palabras (3 Páginas)  •  818 Visitas

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CUENTO CON CARICIA (Elsa Bornemann)

No sabía lo que era una caricia. Nunca lo habían acariciado antes. Por eso, cuando changuito rozó su plumaje junto a la laguna- alisándoselo suavemente con la mano-, el tero se voló. Su alegría era tanta que necesitaba todo el aire para desparramarla.

-¡teru! ¡teru! ¡teru! ¡teru! ¡teru!- se alejó chillando.

El changuito lo vio desaparecer, sorprendido. La tarde se quedó sentada a su lado sin entender nada. -¡hoy me han acariciado! ¡La caricia es hermosa!- seguía diciendo con sus teru, teru...-¡eh, tero! ¡Ven aquí! ¡Quiero saber que es una caricia!- le gritó una vaca al escucharlo.

El tero se dejó caer: un planeado blanco, negro y pardo, de gracioso copete, aterrizando junto a la vaca... ¡Esto es una caricia...! - le dijo el tero, mientras que con el ala izquierda rozaba una y otra vez una pata de la vaca. –me gusta tu cuero, ¿sabés?- no imaginaba que fuera tan distinto de mi plumaje...

La vaca no lo escuchaba ya. Pasto y cielo se iban mezclando en una cinta verde azul con cada aleteo del ave. Ni siquiera sentía las fastidiosas moscas...

Con varios felices Muuu...Muuu...se despidió entonces el tero.

¿Caminaba o frotaba? ¿Mugía o cantaba? ¿Soñaba? No. Era tan cierto como el sol del atardecer, bostezando sobre el campo. Era verdad: ella sabía ahora lo que era una caricia...

Distraída, atropelló un armadillo que descansaba entre unos matorrales;

-cuidado vaca, ¿no ves que casi me pisas? ¿Qué te pasa? ¿Estás enferma?

-este quirquincho no puede entender... -pensó la vaca. –es tan tonto..., y continuó caminando, flotando, mugiendo o cantando...

Pero el animalito peludo la siguió curioso, arrastrándose lentamente sobre sus patas. Finalmente, la chistó: sh...sh... ¿no vas a decirme qué te pasa?

Suspirando, la vaca decidió contarle.

-hoy he aprendido lo que es una caricia...estoy tan contenta...

-¿una caricia?-repitió el armadillo, tropezando con el nudo de una raíz.

-¿qué gusto tiene una caricia?

La vaca mugió divertida:

-no, no es algo para comer... acércate que te voy a enseñar... -y la vaca rozó con su cola el duro y espeso pelo del animalito.

Su coraza se estremeció; tampoco a él lo habían acariciado antes. ¿De modo que ese contacto tan lindo era una caricia? Para ocultar su emoción cavó rápidamente un agujero en la tierra y desapareció. La noche taconeaba ya sobre los pastos cuando el armadillo decidió salir.

La vaca se había ido, dejándole la caricia... ¿a quien regalarla? De pronto, un puercoespín se desperezó en la puerta de su grieta. Era la hora de salir a buscar alimentos.

-¡qué mala suerte tengo!- exclamó el armadillo- ¡encontrarte justamente a ti!

-¿se puede saber por qué dice esa tontería?- gruñó el puercoespín dándose vuelta enojado.

...

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