Cuento La Gran Tormenta

La gran tormenta

Autor: Eva María Rodríguez

Edades: A partir de 6 años

Valores valentía, trabajo en equipo, ayudar, aceptación

El cielo amaneció cubierto de nubes negras. Todos los animales del bosque estaban asustados. Muchos intentaron huir, pero no sabían adónde ir. Y el viento era cada vez más fuerte. Eso complicaba las cosas para la mayoría. 

-Hay que buscar un refugio -decían-. El viento se está llevando el hogar de muchos de nosotros. Y en cuanto empiece a llover muchas guaridas quedarán inundadas.

¿Por qué debían buscar refugio los animales del bosque?

-Yo puedo ayudar.

Era Lupo, el zorro. En realidad no era más que un cachorro perdido que se divertía jugando con los conejitos y los pájaros, y que nunca había hecho daño a nadie. Pero era un zorro, al fin y al cabo. Tarde o temprano les atacaría.

¿Quién era Lupo?

¿Cuáles son las cualidades que tiene?

-Vete, Lupo -le gritaron los animales del bosque.

Tú lo que quieres es comernos. Vete -dijo el Viejo Conejo.

-Yo solo quiero ayudar -dijo Lupo-. Conozco un lugar seguro.

-Pues dinos dónde está y luego márchate -dijo el Gran Pájaro.

-Hay una cueva hacia el norte -dijo Lupo-. Si van  ahora llegaran a tiempo.

-Está bien -dijo Don Ciervo-. Pero tú te quedas aquí. Si te vemos aparecer probarás mi cornamenta y la de toda mi familia.

Lupo se quedó allí, viendo cómo todos se iban a la cueva. El pobre zorro no tenía ningún lugar al que ir, pues la cueva a la que todos se dirigían era su propia guarida.

Cuando los animales llegaron a la cueva que les había dicho Lupo y comprobaron que era segura se acomodaron allí. El Gran Búho empezó a hacer recuento. Pero no hizo falta. Pronto empezó a cundir el pánico. ¡Faltaban media docena de cachorros de diferentes especies!

¿En que lugar encontraron refugios los animales?

-Es peligroso, pero hay que salir a por ellos -dijeron los adultos.
Pero justo en ese momento cayó un rayo junto a la cueva e hizo caer un gran árbol justo delante de la entrada. Era imposible salir. Solo los pájaros podían, pero la lluvia y el viento no les dejarían ir muy lejos.

¿Por qué  creen que no podrían llegar muy lejos las aves?

Entretanto, los cachorros que se habían escapado iban en busca de Lupo. Ellos sabían que la cueva a la que se dirigían era la guarida del pequeño zorro, pues habían ido a jugar con él a escondidas muchas veces. No podían dejar a su amigo solo.

¿Quién ayudo a los cachorros perdidos en medio la tormenta?

-¿Qué hacen insensatos? -les dijo Lupo cuando se encontró con ellos.
-Ven con nosotros. Es injusto que te quedes sin refugio. Es tu hogar. Nosotros te defenderemos de los mayores.

Pero la lluvia era ya muy intensa, y caían rayos por todas partes. Tenían que ponerse a salvo.

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