Cultura Y Diversidad Cultural

“Cultura y diversidad Cultural” (capítulo 1 del texto ¿Culturas contra ciudadanía? Modelos inestables en educación)

En el texto ¿Culturas contra ciudadanía? Modelos inestables en educación, su autora Marí Ytarte (2007), centra la temática en el análisis de la concepción que en diferentes contextos sociales se tiene de la cultura y de ésta dentro de una dimensión de interculturalidad, para generar reflexiones conducentes a clarificar la significación de cultura y el sentido de la diversidad y las diferencias desde la pedagogía y su proyección en el contexto educativo.

Para ello, inicia aterrizándonos a una realidad vivida desde lo pedagógico, desde la que solemos abordar la cultura y la diversidad de manera descontextualizada al entenderlas confusamente como rasgos propios de grupos e individuos (Marí Ytarte, 2007) desde los cuales es posible identificar modos culturales y separarlos. Esto genera un análisis, al revelar la forma equívoca de esa manera de entenderlas, desde la cual se cree estar favoreciendo diferencias culturales y se da por sentado que la cultura y sus diversidades están así, claramente definidas y abordadas desde las situaciones educativas. Esta idea en el contexto pedagógico de considerar la cultura y la diversidad como posibles de definir desde rasgos visibles y únicos, nos aleja de la comprensión real sobre el verdadero enlace existente entre ellas.

Para desdibujarnos de dicha postura, en el texto clarifica la noción de cultura desde la interculturalidad, como función de identidad del sujeto (Marí Ytarte, 2007). Una identidad que no es estática ni está ligada a una herencia cultural que la enmarca, sino que está en constante construcción y cambio, a partir del contacto, la interacción y convivencia con otros sujetos, entre los que se generan situaciones de confrontación y reconocimiento de particularidades. En este orden de ideas, “(…) la identidad es pensada, desde la cultura, como manifestación de lo cultural”. Es decir, la cultura no debe pensarse como identidades definidas y propias respecto a un modo concreto, porque si bien la cultura se constituye de identidades, estas surgen a partir de un colectivo, que permite al sujeto reconocerse y definirse como un ser singular pero al lado de otros que también lo son.

Es así como el texto acude a la perspectiva antropológica para centrarnos en la concepción de cultura como “(…) la manifestación de la diversidad de los grupos humanos y de sus particularidades, de las identidades colectivas, como los estilos o maneras de hacer de las distintas sociedades humanas” (Marí Ytarte, 2007, p. 37). Desde esta concepción es posible entender que la cultura no es algo que le pertenece a un grupo determinado y que se hace universal a toda la sociedad, permitiendo comprender y definir a todos bajo el criterio de igualdad. Conduce a comprender que si se sigue en esta idea, seremos responsables de la mutilación del ser humano para que no diga lo que es, lo que siente, lo que piensa o lo que quiere. Es seguir los pasos de una cultura de la modernidad, “(…) una cultura universal, civilizadora y normativa” (Marí Ytarte, 2007, p. 39) que impide que las personas se definan autónomamente a partir de su propio grupo de referencia y al lado de las valoraciones compartidas con otros colectivos.

Por otra parte, Marí Ytarte (2007) resalta: “Las culturas no existen,

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