Disponen Siempre Los Alumnos De Las Informaciones Necesarias Para Poder Comprender?
Enviado por alecsflo7 • 9 de Octubre de 2013 • 572 Palabras (3 Páginas) • 587 Visitas
¿Disponen siempre los alumnos de las informaciones necesarias para poder comprender?
Todos nosotros hemos sido alumnos. Como tales hemos tenido que exponer nuestras ideas antes, incluso, de comenzar a estudiar. Si no lo hemos tenido que hacer a menudo oralmente, al menos si lo hemos hecho por escrito. Esta experiencia nos ha demostrado que podíamos hacemos entender, comunicar nuestro saber a nuestros profesores. Por eso, hemos podido concluir, al comienzo del ejercicio de nuestra profesión, que la enseñanza podría ser una tarea fácil, ya que en adelante no consistiría en exponer nuestros conocimientos a los profesores, más sabios que nosotros, sino a los alumnos. La experiencia, sin embargo, nos hace constatar que es mas fácil dirigimos a personas mejor informadas que nosotros que a personas con unos rudimentos en la materia que se les explica. Efectivamente, los alumnos a menudo se muestran más críticos que nuestros profesores. Mas aun, ordinariamente tenemos la impresión de ser mejor comprendidos cuando hablamos con nuestros colegas o con otros especialistas: estos añaden informaciones pertinentes, abren, con sus preguntas, pistas de reflexión interesantes, corroboran la verdad de lo que decimos, etc. Lo que sucede con los alumnos es otra cosa muy diferente: pierden el hilo del desarrollo de nuestro pensamiento, nos interrumpen para que les expliquemos detalles, no tienen en cuenta todos los elementos proporcionados para valorar la precisión de nuestros argumentos, no tienen en consideración nuestras explicaciones al aplicar lo que se les ha explicado, etc. ¿Por que, de hecho, es mas complicado lo que, en principio, debería ser mas sencillo? Esta es quizás la pregunta más fundamental en nuestros primeros años de enseñanza. No es raro que la respuesta a la pregunta sea una referenda a la mala voluntad o al bajo nivel de nuestros alumnos. Además, el ritmo con que tenemos que hacer nuestras exposiciones (diferente en gran medida del que conocimos como alumnos) nos puede llevar a pensar que es solo un simple problema de preparación. Con el tiempo, nuestras clases las tenemos preparadas y estamos menos preocupados por lo que tenemos que decir. Los años de practica nos permiten «dominar nuestra materia». En este momento, los resultados de la evaluación de los aprendizajes toman para nosotros una nueva significación: un cierto número de alumnos no consiguen aun entender lo que les decimos. Esta toma de conciencia es a veces dolorosa: el alumno competente, capaz de comunicar su saber a sus profesores, puede verse convertido en el profesor incompetente, incapaz de explicar su materia. Con el fin de superar esta dificultad, nos es necesario entonces comprobar y admitir que una cosa es exponer los propios conocimientos a alguien que sabe tanto como nosotros, y otra, a personas que deben adquirirlos. En efecto, los alumnos que se acercan por primera vez a una materia no disponen de todas las capacidades que les permitirían
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