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EL ARTE DE LA GUERRA


Enviado por   •  16 de Abril de 2014  •  1.334 Palabras (6 Páginas)  •  300 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Sun Tzu fue un general chino que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo. El arte de la guerra es el tratado más antiguo que se conoce de este guerrero.

La filosofía de Sun Tzu sobre la guerra descansa en dos principios:

“Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño” y “El supremo Arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”.

Esta filosofía ha ido más allá de los límites militares, es aplicable a los negocios, deportes, la diplomacia e incluso el comportamiento personal. Muchas frases clave de los manuales modernos de gestión de empresas, son citas literales de la obra de Sun Tzu.

El presente ensayo trata sobre las enseñanzas de Sun Tzu, que pueden ser aplicadas para tener éxito en las batallas que enfrentemos.

DESARROLLO

El arte de la guerra fue escrito cuando China se encontraba atravesando por un difícil periodo en su historia, conocido como “Estados Combatientes”.

En este periodo la guerra se convirtió en un asunto de vital importancia para el estado, la supervivencia.

El conducir la guerra obteniendo el éxito requería de maniobrar las fuerzas con el propósito de buscar la superioridad sobre el enemigo, a través de una organizada labor de inteligencia y adecuado planeamiento.

Esto requería el establecer procedimientos. Sun Tzu fue quien los escribió y de esa manera estableció la “doctrina” para el ejército chino.

Según lo escrito en el libro “El Arte de la Guerra” el mayor éxito se obtiene al lograr vencer al enemigo sin llegar a la batalla. Para esto se debe efectuar un análisis desde ambos lados de la mesa contemplando la moral, el clima, el terreno, el mando y la doctrina.

Este análisis permite determinar el rumbo de la confrontación. Aquel que maneja o domina es quien tendrá más posibilidades de vencer, el que no, es el que tendrá más posibilidades de sufrir la derrota.

La agilidad de la maniobra, la rapidez para atacar las vulnerabilidades del enemigo, permite terminar con la confrontación lo más rápido posible. Los conflictos demasiado prolongados no producen ningún beneficio.

Debemos tener un conocimiento previo del enemigo y la visualización de la confrontación desde ambos lados para poder actuar, pero algo muy importante para poder asegurar que nuestro ataque tendrá éxito, es nuestra capacidad de inducir al enemigo a una posición de desventaja, lo cual es facilitado mediante el engaño.

Explotar las debilidades del enemigo, conocer sus capacidades para atacar, defenderse, retardar y obtener refuerzos, es lo que debemos conocer para poder atacarle en el lugar y momento específico para obtener la victoria. El espionaje y el engaño son herramientas claves.

En otras palabras, debemos anticipar la acción enemiga para poder atacar sus esquemas y estrategias planeadas, sorprenderlo y ganar la iniciativa.

Aplicando estos conocimiento a la empresa podemos decir que todos en la estructura tenemos que estar sintonizados en la misma frecuencia, la misma intención, objetivos y la voluntad de cooperar, ya que esto nos permite ser flexibles y actuar en combate en ausencia de instrucciones, y fácilmente acomodarnos a las situaciones cambiantes.

Emitir las órdenes de forma clara, es algo muy necesario que explicó Sun Tzu, ya que los planes complicados no son bien asimilados y las personas no actúan con confianza sino más bien con incertidumbre.

Al colocarse al otro lado de la mesa, del lado enemigo, nos permite asumir la reacción de este acuerdo a sus capacidades y limitaciones a nuestro plan. Esto permite perfeccionar y prever acciones en situaciones que se presenten de forma inesperada.

Sun Tzu nos dejó las siguientes enseñanzas, las cuáles pueden ser aplicables siempre que nos enfrentemos “ante el enemigo”:

Las batallas desangran, causan desgaste. El objetivo es minimizar los recursos y minimizar la destrucción. El interés no es lo gloria, sino ganar.

Dar instrucciones claras, si no, reformularlas.

Si las órdenes no fueron claras, la culpa es del general.

Si las órdenes fueron claras, la culpa es de los soldados.

Somete a tu enemigo sin luchar.

Evita lo que es fuerte, ataca lo que es débil.

Si se siguen tres reglas básicas, se puede predecir los resultados: Conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo y en 100 batallas

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