EL LOCO QUE VENDE SABIDURIA

ENMS SALAMANCA [pic 1]

NOMBRE: MARIA CLARISSA HERNÁNDEZ MORALES        GRUPO: 5BCNE

MATERIA: LITERATURA                       NUA:394370  

NOMBRE DE LA LECCIÓN: LITERATURA BARROCA Y NEOCLÁSICA.

El loco vendiendo sabiduría

Jean de La Fontaine

Huye siempre de los locos, es el mejor consejo que puedo darte. Abundan en la corte, y suelen gustar de ellos los príncipes, porque asestan sus tiros a los bribones y a los majaderos.

Iba gritando un loco por las calles y plazuelas que vendía sabiduría, y muchos crédulos corrían a comprarla. Hacíales extrañas gesticulaciones, y después de sacarles el dinero, les obsequiaba con un tremendo bofetón y un cordel de dos brazas de largo. La mayor parte de los engañados se sulfuraba; pero ¿de qué les servía? Quedaban burlados doblemente: lo mejor era tomarlo a risa o marcharse sin abrir la boca con el cordel y la bofetada.

Buscar a aquello algún sentido hubiera sido hacerse silbar como solemnes tontos. ¿Qué razón explica los actos de un loco? El azar es la causa de todo lo que pasa en una mollera trastornada. Pero, cavilando sobre el bofetón y el cordel, uno de los burlados fue a buscar a cierto doctor varón, que sin vacilar le contestó:

-El cordel y la bofetada son preciosos jeroglíficos: toda persona de seso debe mantenerse apartada de los locos la longitud de ese cordel. Y si no lo hace así, se expone a atrapar algún sopapo. No los engaña el loco: vende sabiduría.

FIN

La moraleja de la historia nos da a entender que a veces un loco nos puede dar una lección sobre si realmente somos nosotros los cuerdos.

Esto debido a que si la idea común de que los cuerdos debemos mantenernos lo más alejados posible de los “locos”, aunque en esta ocasión tal parece que el loco, no estuvo tan loco, puesto que a los crédulos acercarse, les dio una lección y un recordatorio, sobre que deberíamos mantenernos alejados de los locos o ignorarlos.

Algunas veces las personas que consideramos como locas son las que terminan enseñándonos a los cuerdos, esto porque solemos ser muy crédulos, y aun siendo conscientes de que pueden ser locuras las que nos dicen, terminamos creyéndolas.

El varón le dice al que salió burlado que el loco realmente no los engañó, porque ellos dudaron de su propia sabiduría y el loco les dio la bofetada y el cordel, como recordatorio al cuidado que deben tener con los locos.

Así que por esta vez el loco sí les dio la sabiduría, aunque ellos no lo pudieron entender.

El ambiente está narrado en una plaza, donde claramente hay un gran público, dando como mensaje que también hay un efecto de credibilidad en multitud hacia lo que una persona puede decir, esto debido a la persuasión hacia las personas.

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