EL Viejo Y El Mar
Enviado por takako • 12 de Junio de 2014 • 1.742 Palabras (7 Páginas) • 276 Visitas
Sinopsis:
La novela trata de un viejo pescador llamado Santiago que vivía en la Habana, Cuba, él vivía solo ya hacía muchos años y no tenía mucha suerte en la pesca. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho llamado Manolo. Pero después de cuarenta días sin haber pescado los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salado, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Al muchacho le entristecía ver al viejo regresar todos los días con su bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota.
Un día Santiago se lanzó al mar muy temprano como todos los días, cansado, con hambre y sin tantas fuerzas como en su tiempo de juventud, en busca de una mejor suerte en contraste del resto de los pobladores pescadores que salían con mejor suerte . Ya en el mar, Santiago hacía lo de costumbre, preparar la carnada, hablar solo, pues, no estaba acompañado y desde muy joven había aprendido a hablar de esta manera y en silencio. Como no estaba acompañado pensó que a nadie le importaría que hablara solo pues era más fácil. En un instante del medio día, un pez pico en la carnada y Santiago tomo con prisa el hilo para esperar el momento oportuno de la captura. Espero con la paciencia de los pescadores más experimentados y en el momento preciso tiro del hilo para provocarle una herida mortal al pez Para su sorpresa, este pez no tenía intenciones de rendirse fácilmente y en lugar de facilitarle su trabajo, inició una batalla por la vida tirando del hilo mientras Santiago no le permitía escapar. Santiago sintió que este esfuerzo no era usual, pero urgido de una victoria se hizo jurar a si mismo que lo perseguiría más allá de cualquier frontera, más lejos de donde cualquiera hubiese llegado jamás. Pasaron las horas y Santiago no tenía la menor idea de lo que enfrentaba, lo único que sabía era que se alejaba cada vez más de la costa mientras que aquel pez tiraba del hilo. Caería la noche y Santiago no tendría la dicha de saber quién era su rival al que, conforme pasó el tiempo, respetaría su gallardía. En medio de la oscuridad, Santiago empezó a sentir miedo y recurrió a sus recuerdos más valiosos, sus victorias, su mujer, el pequeño manolo al que extrañó y sintió que debió estar con él para ayudarle, pero enseguida desechó esa idea pues, al final de cuentas sabía que estaba solo. Después de tanto navegar el pez se dejó mirar era un pez espada bello y enorme, la lucha de Santiago con ese pez duro tres días Santiago no se dejaría vencer tan fácilmente él se quedaría con la victoria, Santiago no pudo subir al pez a su embarcación por sus grandes dimensiones y camino casa los tiburones comenzaron a mordisquearlo Santiago no se rindió y en lugar de aceptarlo, los hirió y mató con su arpón hasta antes de perderlo en las aguas, de igual manera utilizó un cuchillo y por último la caña del timón. A pesar de la valentía de Santiago, no pudo hacer nada para evitar que los tiburones se quedaran con su premio. Santiago entonces sintió una vez más la derrota y empezó a hablar con el pescado ya esecho, pero en su debilidad reconoció la valentía de ambos en aquella batalla que libraron y se hacía preguntas tales como cuántos tiburones debió matar el pez espada envida ya que por su tamaño era casi un hecho que debieron ser muchos y Santiago por su parte con el arpón y su cuchillo. Llego durante la oscuridad a puerto sin recompensa, con un montón de espinas de pescado atadas a su bote y con la moral por el suelo, casi arrastrándose llegó a su humilde morada y se acostó a dormir. Por la mañana, el pequeño Manolo fue a la casa de Santiago como todos los días durante su ausencia y rápidamente se percató del sufrimiento que padeció al ver sus manos y al verlo en esa condición no pudo evitar llorar. Ya adentrado el día Santiago fue por algo de comida para el viejo en el pequeño restaurante de la localidad en donde el dueño del local le envió con Manolo sus pesares al viejo de lo que le había pasado, no sin antes reconocer que el pez debió ser enorme. Los pobladores estaban asombrados con el tamaño inusual del pez espada que enfrentó Santiago y se acercaron a tomar algo de este.
Personajes:
Santiago: el protagonista de la obra, se nos presenta como un viejo pescador flaco y desgarbado, con arrugas profundas y piel quemada por el sol. A pesar de su vejez, se nos muestra como un hombre fuerte y valiente aunque se siente solo y su única compañía es la de un muchacho al que enseñó el oficio de la pesca. Este sentimiento de soledad se acentúa cuando se encuentra mar adentro en su bote, pues alude constantemente a su añoranza del chico y,
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