Eclipse De La Familia: Reporte De Lectura

Título: Capítulo 3 “El eclipse de la familia” – “El Valor de Educar”.

Tesis central:

“El eclipse de la familia” como unidad educativa: la casi nula socialización familiar provoca la falta del principio de la realidad en los niños.

Argumentos que apoyan esta tesis:

La falta de socialización familiar primaria y el principio de la realidad, debido a una “crisis de autoridad” en estas, provoca actualmente que los maestros, instituciones y/o Estado se vuelvan objeto de demandas para las cuales no están preparados; las cuales deben ser cubiertas por las propias familias, en la transmisión de todas aquellos principios y aptitudes fundamentales y que se supone deberán ser pulidas al entrar a la escuela.

Actualmente con mayor frecuencia se presenta por el desinterés o desánimo por parte de los padres y otros familiares a cargo de los niños, quedando así “eclipsada” esta socialización familiar.

Este principio de la realidad, mencionado anteriormente, es fundado por el miedo iniciático en la primera infancia.

En generaciones anteriores el padre era estereotipado como el modelo de autoridad, considerado como “la figura temible y amenazadora, pero también afectuosa y justa”; actualmente esta figura paternal es la más “eclipsada” de todas, ya que han adoptado el ideal de querer “ser buen padre como lo fue su madre con él”, debido a que ahora la mujer es protegida socialmente por los gobiernos de distintos países, como E.E.U.U. y Europa, al divorciarse o estar soltera. Estudios demuestran que la pérdida de esta autoridad o la formación de distintos tipos de familia (monoparentales, etc.) ha causado el aumento de la delincuencia juvenil y la pérdida de autoestima en los hijos.

El autor menciona que no sólo los cambios ocurridos en los adultos han sido factor del “eclipse de la familia” como unidad educativa, sino también la “desaparición de la infancia” con la aparición de la caja tonta: la televisión. Este medio de información masiva, “educa demasiado”, bombardeando de información y conocimiento sin medida ni control alguno a los niños. Es así que mientras la autoridad paternal es eclipsada, la televisión se vuelve en un ejemplarizante; ofrece maneras de vivir y cada vez con mayor auge y todo sin respeto a los trámites pedagógicos.

Todo esto permitido por la “ausencia” de los padres, mientras que en otras ocasiones cuando “están”, están igual de mudos e hipnotizados ante la pantalla como los propios niños.

Así la tarea actual de la escuela se complica, pues tiene que encargarse de la formación básica de la conciencia social y moral de los niños, qué antes eran responsabilidad de la socialización primaria ya mencionada; todo esto mediante métodos más distanciados y menos afectivos que en el ambiente familiar. Pero que además de sustituir la socialización familiar, debe nadar contra corriente contra la socialización televisiva.

Menciona también que ahora la tarea del maestro es ayudar a organizar esa información, desmentirla o brindarle las bases sólidas para qué esta sea de provecho o por lo menos no dañina.

El punto a favor de todo esto, según señala Juan Carlos Tedesco, es qué con esta “nueva

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