El Corazón Nunca Olvida

-Oh claro, entonces me viste la cara de tonta, ¿no?-Dije enfadada

-Amor no digas eso...-

-No me llames amor- Interrumpí

-Violet por favor, deja el drama- Dijo con una elaborada mueca de fastidio

-Hablo en serio...-Dije sin la mas mínima chispa de felicidad en mi expresión

En ese momento su piel se torno blanca como la nieve y su expresión un poco más seria

-...No quiero que hablemos...- Proseguí guiada por el enfado- ...Nunca, ya no quiero saber de ti... Jamas

-Deberías pensarlo mejor- Dijo con la decepción plasmada en su rostro

-Ya lo hice...- Respondí

Louis me observo detenidamente, su expresión era de una persona sin fuerzas, cada palabra que salia de mí lo heria, lo empujaba poco a poco hacia su infierno mas profundo, lucia desolado y completamente sin esperanzas...Yo por mi parte solo luchaba con el frió de la noche que me producía ganas de abrazarlo y entrar en calor junto con su cuerpo, estaba triste, herida, destrozada... Me sentía humillada, pero con ganas de besarle y olvidar todo, aun así no podía derrumbarme frente a él así que me escude tras mi orgullo y mordí mis labios fuertemente para no besarle

Duramos un largo tiempo en silencio, parados frente a frente sin saber que decir. Fue él quien decidió romper el silencio:

-¿Puedes al menos escuchar mis razones? - Dijo con el ceño fruncido mientras que aproximaba hacia mi

-No- Respondí fríamente mientras de un brinco me alejaba tratando de parecer lo más serena posible

-Yo te amo...- Dijo con un tono de voz casi inaudible y con su mirada clavada sobre mis ojos

Esas palabras lograron congelarme por septuagésima vez y sentí la necesidad de abrazarlo, pero mi orgullo no lo permitió; en cambio seguí escupiendo fuego gracias a mi enfado

-Entonces olvida lo que sientes- Dije victoriosa

-El corazón nunca olvida princesa...- Respondió sin siquiera esconder su tristeza; no supe que decir, así que solo llore, llore amargamente como una niña desconsolada, él se aproximo hacia mi y teniéndome entre sus brazos intento consolarme, aunque seguramente el mas dañado era él.

- Si no quería dejarte ir es porque te amo..., pero ya tomaste una decisión princesa- Dijo él mientras acariciaba suavemente mi cabello. Lo tenia cerca, muy cerca; mis manos podían sentir su fuerte espalda y mi cuerpo se llenaba con su calor. Quise quedarme así, quise sentir sus labios y volver a soñar como antes, pero luego salí de mi momento de éxtasis y fue el orgullo quien acudió a mi mas rápido que nunca

-No lo hagas más difícil por favor- Dije entre lagrimas, aunque con ganas de seguir entre sus fuertes brazos

- Esta bien princesa, haré

...