El Espejo

Era una día cálido y soleado, y Ben se levantó de su sueño pesado, estiró sus brazos y dejó salir un enorme bostezo. Se frotó los ojos y dirigió su atención hacia la ventana. Se paró, caminó hacia ella y corrió las cortinas para ver el vecindario. Sonrió, feliz consigo mismo de ver un día tan hermoso. Se dirigió al baño y se miró al espejo. En el momento en que tomaba su cepillo de dientes y la pasta, de repente vio una figura parada detrás suyo. Ben se quedó helado y no podía dejar de mirar a la persona allí parada. Era una niña, no mucho mayor que él. Lentamente se dio vuelta y en el momento que se puso frente a la niña, ésta desapareció. Ben comenzó a temblar, dejó caer el cepillo y la pasta en la pileta y corrió a buscar a su madre. Ben hablaba demasiado rápido como para que su madre pudiera comprenderlo, y ella intentó calmarlo, pero no pudo, y Ben arrastró a su madre hasta el baño para mostrarle lo que había visto. -La ví ahí adentro.- dijo, señalando el espejo. Su madre, Samantha, miró, pero no vio nada. -Tal vez fue una pesadilla- le dijo con calma. -No, no fue una pesadilla. La vi de verdad- dijo Ben. -Bueno, lo que haya sido se ha ido. Vamos, prepárate para ir al colegio, llegarás tarde. Ben olvidó cepillarse los dientes

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