El Hombre Bicentenario
Enviado por juanlasso03 • 28 de Mayo de 2014 • 1.253 Palabras (6 Páginas) • 469 Visitas
Las Tres Leyes de la robótica
1. Un robot no debe dañar a un ser humano o dejar que un ser humano sufra daño
2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes obstruyen con la Primera Ley
3. Un robot debe proteger su propia existencia, a menos que esta protección no intervenga con la Primera o la Segunda Ley
Síntesis
Andrew Martin era el robot asistente de la familia Martin. Los integrantes de la casa eran el “señor”, la “señora”, la “señorita” y la “niña”, cuyos nombres Andrew conocia pero nunca los usaba. La familia Martin le tenia tanto cariño al robot, que a veces le hacian dejar su trabajo para jugar con las niñas.
Un dia, la niña (Amanda Laura Martin Charney) le ordeno a Andrew que le tallara un pendiente de madera. Esta quedo tan impresionada con la hermosura de su obra que se la mostro a su padre Gerald Martin (el señor para Andrew). Este le hizo leer libros de diseño de muebles a Andrew y aprendio a fabricar gabinetes y escritorios. El señor quedo tan asombrado que insistio en llevarlo a la oficina regional de Robots y Hombres Mecanicos de los Estados Unidos con el proposito de convencer al dueño de repetir el diseño de las sendas positronicas de Andrew; pero esto fue en vano con el pretexto de Merton Mansky de que el robot estaba defectuoso y que necesitaban reemplazarlo y Gerald opto por rechazar la oferta e irse de alli con el robot.
Ya todos habian crecido y el señor y la niña eran los unicos de la familia que le prestaban atencion al robot. Luego Gerald y Andrew fueron a visitar a John Feingold, el abogado del señor para averiguar si era legal dar la mitad de las ganancias millonarias por la venta de las obras de arte a Andrew, y este firmo un contrato junto con Gerald y Andrew para hacerlo legal, el que luego le seria util a Andrew mas adelante.
Con los años se producieron robots mas sofisticados y el señor se preocupaba por que Andrew tuviera cada nuevo dispositivo mientras no modifiquen sus sendas positronicas, pero Andrew insistia en pagar los gastos. Gerald Martin estaba cada vez mas viejo, la señora se habia unido a una colonia artistica en Europa, la señorita era poeta en Nueva York y la niña estaba casada, tenia un hijo (el señorito) y vivian a pocas cuadras de alli. Un dia, Andrew le planteo una propuesta inesperada al señor: dar seiscientos mil dolares al señor a cambio de que el pueda darle la libertad. El señor se sobresalto y la niña (Amanda habia insistido en que Andrew la llamara asi hasta el dia de su muerte) intervino para tranquilizar a su padre. Para arreglar esto, el señor, la niña y Andrew fueron al tribunal y al final le concedieron su libertad con la sentencia de que “No hay derecho a negar la libertad a ningun objeto que posea una mente tan avanzada como para entender y desear el estado de libertad”.
El dia que George (el señorito, hijo de la niña) fue a visitar a Andrew y a su abuelo, encontro a Amanda, a Andrew y al señor en su lecho de muerte. Luego de la muerte del señor, Andrew opto por no decir nada y comprendio que nunca habia sido libre sin el.
A partir de entonces, Andrew empezo a usar ropa ya que era un robot libre. George ya estaba casado, con un hijo (Paul), era candidato a la Legislatura y estaba incorporado a la firma de Feingold, que, con el transcurso de los años, comenzo a llamarse Feingold y Martin. Luego de una complicada charla con George debido al lenguaje moderno, Andrew opto por
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