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El Libro de la Educadora


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2014  •  Resumen  •  4.440 Palabras (18 Páginas)  •  757 Visitas

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Secretaría de Educación Pública

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las educadoras un esfuerzo constante por involucrarlos en actividades que despierten y mantengan en ellos el interés por aprender. Este esfuerzo significa la creación de estrategias de trabajo y el uso de materiales pertinentes para lograr los propósitos de la educación preescolar establecidos en el currículo.

Este Libro de la Educadora contiene propuestas didácticas para el trabajo con el material denominado Mi álbum. Educación Preescolar que la Secretaría de Educación Pública distribuirá a los niños de primer, segundo y tercer grados de este nivel educativo a partir del ciclo escolar 2014-2015.

El Libro de la Educadora es un material de apoyo para enriquecer el trabajo pedagógico y también un recurso útil para el intercambio académico entre el personal docente y directivo de cada plantel. El hecho de que todas las educadoras conozcan las propuestas didácticas para los tres grados brinda oportunidades para acordar el trabajo con alguna de ellas y analizar la experiencia después de haberla puesto en práctica con los niños.

Si bien las propuestas didácticas se organizan por grado, cada educadora puede adecuar las que le parezcan pertinentes para trabajarlas con su grupo. Asimismo, conocerlas todas sirve para tener ideas acerca de lo que se puede hacer antes de trabajar con alguna lámina didáctica, si es que los niños no han tenido experiencias relacionadas con lo que les demandan las actividades.

La Secretaría de Educación Pública ha preparado este libro para que las educadoras encuentren en él orientaciones que les pemitan diversificar el trabajo con sus alumnos y comprender mejor la importante función de la educación preescolar como fundamento de la educación básica obligatoria; de esta manera, se espera que cada educadora continúe los intentos por la transformación y el mejoramiento de su práctica y, con ello, fortalezca su proceso de aprendizaje profesional.

1 . Los niños pequeños y el papel de la escuela

La curiosidad y la exploración para conocer el entorno, la necesidad de jugar y convivir, el natural deseo de aprender son características de los niños pequeños; es tarea de los maestros y la escuela ofrecerles experiencias que los hagan poner en juego sus capacidades de pensamiento y comunicación para desplegar sus potencialidades y seguir aprendiendo.

A tan corta edad como la que tienen los niños cuando comienzan a cursar la educación preescolar, las diferencias individuales son evidentes: hay niños que hablan con claridad y quienes no lo hacen, niños autosuficientes para hacer cosas en las que otros requieren ayuda (amarrarse las agujetas, ponerse el suéter, ir al baño, asearse), niños que aceptan quedarse en la escuela desde el primer día

Es tarea de los maestros y la escuela ofrecerles experiencias que los hagan poner en juego sus capacidades de pensamiento y comunicación

para desplegar sus potencialidades y seguir aprendiendo. y otros que lloran durante varias semanas cuando sus padres los dejan al inicio de la jornada.

Ante este panorama de gran diversidad que incluye también las diferencias culturales, lingüísticas y de contextos en los que se desenvuelven los niños, la educadora enfrenta el desafío de que su trabajo contribuya a que, sea cual fuere la condición específica de cada niño, avance en sus procesos de desarrollo y aprendizaje.

Durante la educación preescolar se pretende que los niños adquieran gradualmente seguridad y confianza en sí mismos, que sientan que son capaces de pensar y buscar soluciones a ciertos problemas (matemáticos y de otro tipo), de expresarse a través de la palabra, del cuerpo y de los lenguajes artísticos, de interactuar con su entorno y de relacionarse con sus pares y con adultos.

Lograr lo anterior significa que el trabajo de la educadora se centre en proponer a los niños situaciones y experiencias en las que, al participar, usen las capacidades y los conocimientos que tienen; de esta manera, fortalecen aquellas al tiempo que amplían sus conocimientos y construyen otros.

2 . La alfabetización, una tarea de la escuela

Como parte de los procesos de desarrollo de los niños que cursan educación preescolar, el fortalecimiento de la expresión oral es una prioridad que debe atender la educadora, porque en la medida en que el niño sea capaz de comunicar lo que piensa, de manera cada vez más precisa, logra organizar su pensamiento, ampliar su vocabulario y construir significados.

En educación preescolar se

Junto a la riqueza de experiencias que los niños vivan para aprender a hablar mejor (describir, narrar, conversar), es también importante propiciar que desarrollen interés y gusto por la lectura y se inicien en la práctica de la escritura, con lo cual se propicia también de manera intencionada y sistemática el proceso de alfabetización.

Ser una persona alfabetizada significa usar la escritura y la lectura de diversos tipos de texto con propósitos claros y también diversos; pretende que los niños sean usuarios de textos y avancen en el conocimiento (no dominio autónomo) de algunas características del sistema de escritura (direccionalidad,

empezar a comprender relaciones entre lo oral y lo escrito).

es ser parte de la cultura escrita. Para serlo de manera autónoma se requiere de tiempo y experiencias con la interpretación y producción de textos.

En educación preescolar se pretende que los niños sean usuarios de textos y avancen en el conocimiento (no dominio autónomo) de algunas características del sistema de escritura (direccionalidad, empezar a comprender relaciones entre lo oral y lo escrito).

Lo anterior se basa tanto en la importancia de formar parte de la cultura escrita desde una edad temprana, como en los procesos que siguen los niños para aprender cómo funciona el sistema de escritura.

Como parte de su proceso de aprendizaje, por un periodo los niños pueden interpretar y asumir que una letra escrita representa una sílaba oral; esto pudiera coincidir con las hipótesis que los pequeños formulan sobre el número de caracteres que se necesitan para que un texto pueda decir algo. Por esta manera de razonar, los niños se confunden cuando se pretende que aprendan a leer letras sueltas, pues en ellas no hay ningún mensaje.

Con base en lo anterior, es importante que se atiendan las siguientes consideraciones:

• Los niños identifican poco a poco la relación entre escritura y oralidad en palabras escritas: “dónde dice mi nombre”, “dónde panadería” (y productos comerciales que identifican bien en algunos contextos), “dónde dice Caperucita roja”. Cuando los niños pregunten “¿cuál es la ma?”

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