El Llamado De La Selva

“Análisis critico: El llamado de la selva”

Cuando descubrió el valle de Sonoma, Jack London se enamoró de su paisaje y de su tranquilidad. Compró un rancho sin pararse a pensar que estaba abandonado y sus tierras agotadas. "Todo lo que quería era un lugar tranquilo en el campo, donde escribir y pasear", afirmó algún tiempo después.

Pronto, sin embargo, se consagró por entero a su rancho, incluso con más ilusión que a la escritura de nuevas obras. Su ambición era convertir el "Beauty Ranch" en una granja modelo, de las mejores del estado.

Por entonces afirmó "Creo que la tierra es nuestro mejor recurso" y se dedicó a ella con todas sus energías, como acostumbraba a hacer con todo lo que emprendía. Practicó en sus terrenos innovadores métodos de cultivo y fertilización, que lograron de unas tierras yermas las mejores cosechas de heno de Sonoma.

Ya entonces era el novelista y autor de cuentos más conocido y mejor pagado de su época. Reflexionó sobre la vida y la muerte, sobre la necesidad de vivir, y morir, con dignidad, y combinó sus conclusiones con sus propias experiencias en las minas de oro de Alaska, en los mares de medio mundo o en los campos y las fábricas de California.

En Sonoma quería establecerse y descansar de aquella ajetreada vida, de su incesante actividad e incansable capacidad de trabajo. Se estableció con su segunda mujer, Charmian, y las dos hijas que tuvo con la primera. Aquel lugar puede parecer el final de su evolución, el descanso de su vejez, pero lo cierto es que tenía sólo 29 años.

John Griffith London nació en San Francisco en 1876, hijo de una madre soltera de origen adinerado, Flora Wellman. Se cree que su padre debió ser William Chaney, periodista, abogado y figura destacada en el desarrollo de la astrología en los Estados Unidos.

Debido a la precaria salud de su madre, el joven Jack fue criado por una antigua esclava, Virginia Prentiss, que se convirtió en su segunda madre. Flora se casó con John London, veterano de la guerra civil, con quien se trasladaron a Oakland. Entonces pasaron a formar parte de la clase trabajadora, pero sin llegar nunca a acercarse a la pobreza.

En su adolescencia, Jack London desarrolló muchos y variados trabajos, como pescador y marino, antes de regresar a la escuela a los 19 años. Era un ávido lector y enseguida se planteó convertirse en escritor como alternativa a la rutinaria vida en las factorías de producción.

Estudió el trabajo de los grandes escritores y empezó a escribir cuentos, poemas y otras colaboraciones que, normalmente sin éxito, enviaba a diversas revistas y publicaciones. Pero fue el invierno de 1897, que pasó en el Yukón, el material que necesitaba para escribir sus primeras obras de éxito.

La fiebre del oro en Alaska, situada en el extremo noroeste del continente americano se halla formada por bosques que la mayor parte del tiempo se encuentran cubiertos por la nieve, donde el clima y el ambiente fríos y las extremas condiciones en que vivían los mineros y en general todos los seres que se encontraban ahí, fueron la excusa perfecta para insertar algo de su exacerbado socialismo en sus libros. Algunas de sus obras de más éxito provienen de esta ambientación, como "El llamado de la selva" (1903).

Esta obra está conformada por VII Capítulos.

• Capítulo I. Vuelta a lo primitivo.

• Capítulo II. La ley del garrote y el colmillo.

• Capítulo III. La dominante bestia primordial.

• Capítulo IV. El nuevo líder.

• Capitulo V. El esfuerzo en el sendero.

• Capítulo VI. Por el amor de un hombre.

• Capítulo VII. Las voces del llamado.

La Historia se desarrolla de la siguiente manera:

Buck era un perro el cual estaba acostumbrado a vivir cómodamente, vivía en la finca del juez Miller. Manuel uno de los ayudantes del jardinero se llevo a Buck. Buck pensó que era un simple paseo, pero pronto Manuel y él llegaron a una estación ferroviaria donde le dieron dinero y se llevan a Buck , él confiaba en los hombres, pero cuando paso el extremo de la soga a manos del desconocido empezó a gruñir, ataco al hombre que le salió al encuentro, pero como traía una cuerda en el cuello éste torció más la cuerda y derribo a Buck, quedo todo maltratado y jadeando, con la lengua de fuera, los ojos se le pusieron vidriosos.

Al detenerse el tren lo aventaron al vagón del equipaje, cuando despertó tuvo la sensación que estaba en un vehículo, Buck oyó el silbato del tren y supo donde estaba, porque había viajado antes con el juez Miller, y él sabía lo que era viajar en el vagón del equipaje.

Cuando abrió los ojos se reflejaba la incontenible ira que sentía, el hombre que lo retenia procuró asirlo por el cuello, pero Buck fue

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