El Sueño Del Celta

El sueño del Celta

Roger nació en Dublin, pero amaba mucho Irlanda, en influencia por su padre que le inculcado que su familia siempre perteneció a la Irlanda británica.

Roger tenía tres hermanos Nina, Charles y Tom, su padre era capitán del Tercer Regimiento de Dragones Ligeros y su madre era Anne Jephson, una mujer muy hermosa a la cual la quería con dulzura en especial Roger la quería, él era el menor de los hermanos.

Roger admiraba a su padre por las historias que le relataba aventuras, desafíos, obstáculos a los cuales enfrentar en esos viajes cruzando selvas y montañas, a diferencia de sus hermanos que se aburrían al escucharlo Roger podía quedarse días escuchándolo, no era las armas lo que le atraía de las historias sino el camino de las montañas los viajes, la naturaleza.

Su mama le enseño a tocar piano y lo bautizo como católico a los cuatro años, aun cuando el padre era protestante, todo se hizo en secreto y no causo ninguna disputa pues su padre nunca lo supo.

Su madre murió cuando Roger tenía nueve y a los doce murió su padre, durante este tiempo fatal quedo enmudecido y aun cuando paso un largo tiempo el no podía tratar ni hablar de la muerte de sus padres cuando se le preguntaba. Su padre había muerto por qué extrañaba a su madre, la amaba tanto aun cuando no podía expresarse en palabras, su rostro y mirada cobraba una sensación de pena y tristeza durante la muerte de su madre, su padre se alejo de ello y después de tratar de contactar con su esposa mediante brujería había descuidado tanto su salud que murió de tuberculosis tres años después, nunca se le había visto así ni se le conocía la manera como le afecto la muerte de Anne Jephson.

Roger estudio en el Ballymena Diocesan School, era un alumno regular aficionado a la natación, destacaba en latín, francés e historia antigua, durante ese tiempo pasaba el día estudiando con Rose Maud Young, una escritora que le había enseñado sobre mitología irlandesa, su querida patria.

Roger se sentía extranjero en el solar de los Casement, después de la muerte de su madre se habían quedado allí con sus tíos abuelos paternos, Jhon y Charlotte, esta casa era una especie de mansión demasiado grande para él, tenebrosa, un silencio invadía en cada espacio de esa casa. A él le gustaba pasear por las aldeas y montañas vecinas, no podía quedarse en esa casa mucho tiempo, iba con Nina pues ella era la única de sus hermanos a la cual le gustaba pasear, ella era la preferida de los tíos y el recordó que para su mama él era el preferido, como había cambiado.

Pero más que los paseos le gustaban las vacaciones a Liverpool en la casa de la hermana de su madre, allí se sentía como si su madre la cuidara, sus tíos Grace y Edward Bannister habían recorrido juntos mucho mundo y hacían viajes de negocio al África, su tío pertenecía a la Eider Dempster Line; pero de las vacaciones lo que le gustaba más, era compartir su tiempo con Gee su prima, eran los mejores compañeros de juego. Nina les había bromeado que algún día terminarían casándose, Roger se sonrojaba y Gee se limitaba a decir que era solo una broma.

El tío Bannister también solía contarle historias del África, en esos relatos conoció al doctor Livingstone, héroe del relato que había ido al África y que había enfrentado la naturaleza para evangelizar a los indígenas y ayudarlos, que desapareció y que presuntamente murió, no se sabía ; su otro héroe fue Stanley un periodista que decidió aventurarse para buscar al doctor y lo encontró en las profundidades de la selva, el doctor Livingstone no deseaba salir de allí porque quería quedarse allí, mas tarde murió, y para Roger fue como si hubiera perdido un familiar. Roger cumplió quince años y no se contaba con la economía para que pueda seguir estudios universitarios así que el tío Jhon Casement le recomendó buscar un trabajo en Liverpool, el tío Bannister le consiguió un puesto en la Eider Dempster Line como aprendiste de la naviera, el tomo siempre su trabajo muy en serio y llego a administrar el departamento de Contabilidad. Sus jefes lo admiraban y se le respetaba.

Tenía unos profundos ojos grises, delgado, cabellos negros ensortijados, piel clara, dientes parejos, hablaba ingles con un acento irlandés, del cual sus hermanos se burlaban; fue siempre muy empeñoso y esforzado. No bebía y nunca frecuentaba bares y cantinas. Su mayor vicio era el de fumar demasiado. Con el tiempo conoció bien el sistema de la EDL y aunque solo escuchaba relatos sobre el Congo, podía contarlo a cualquiera como si él hubiera estado allí. Los domingos y feriados iba con Gee a pescar a nadar a cenar o quedar en casa a leer a su lado cuando llovía; Gee fue la primera en saber que Roger escribía poesía pues Roger se lo decía, Roger compartía gratos momentos con Gee, sabía que dejaría todo esto atrás cuando se aventurará a ir al Congo; y aun así lo hizo, renuncio a su empleo y se marcho, el día de la despedida Gee y Nina lloraban, Roger acaba de cumplir 20años.

Roger se encontraba en la celda, estaba recordando que él se había se había auto proclamado partidario de la pena de muerte al reclamar a Julio Arana, el rey del caucho, la muerte de muchas personas y que debía pagar con la horca. Ahora estas palabras escritas en su libro Informe sobre el Putumayo, lo convertían en una de las víctimas.

El sheriff solo solía asomarse a su celda cuando era visita, este lo miraba con asco, desprecio después de que hubo de leer su diario. El sheriff le recalco que él no estaba condenado a la horca por traidor sino por las asquerosidades de su diario.

Roger se limito a preguntar si ya había una sentencia del gabinete hacia él.

El sheriff contesto raudamente que aunque aún no había una sentencia, era de segura que se le condenaría culpable.

Roger sentía rabia hacia dentro pero se contenía porque ya estaba cerca al locutorio.

Roger esperaba a su abogado o al padre Carey pero no era ninguno de los dos, era su prima Gertrude, la recordaba como una mujer atractiva y esbelta, ahora los años habían envejecido esa belleza, estaba encogida y enfermiza; vestía con ropas gastadas y oscuras.

Roger aun l quería, la abrazo y se disculpo por su olor, le dijo que se bañaría cuando lo ejecutaran.

Gertrude con la voz tan quebrada le respondió que no debía pensar así, que el presidente Wilson (E.E.U.U) intercedería por ti, que se le otorgaría el pedido de clemencia.

Roger y Gertrude aun de pie, se encontraban encerrados en el pequeño locutorio.

Gee le dijo que los diarios que se habían publicado nadie los creía.

Roger la escuchaba sollozar bajito y el sabia que aun cuando lo que Gee le dijera que a nadie le afectaban sus diarios, Roger sabia

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